Salmo
CONFÍA EN EL SEÑOR, Y CON LA GRACIA DEL ALTÍSIMO NO VACILARÁS.
Señor, el rey se regocija por tu fuerza
¡y cuánto se alegra por tu victoria!
Tú has colmado los deseos de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.
Porque te anticipas a bendecirlo con el éxito
y pones en su cabeza una corona de oro puro.
Te pidió larga vida y se la diste:
días que se prolongan para siempre.
Su gloria se acrecentó por tu triunfo,
tú lo revistes de esplendor y majestad;
le concedes incesantes bendiciones,
lo colmas de alegría en tu presencia.
Sí, el rey confía en el Señor
y con la gracia del Altísimo no vacilará.