CLUB SOCIAL SAN JUSTO
Fundado: 21 de Diciembre de 1919

Dirección: Av. Arturo Illia 2632 - San Justo - La Matanza - Buenos Aires.
Correo Electronico: clubsocialsanjusto@gmail.com
Actividad: SOCIAL - CULTURAL - DEPORTIVA - FOMENTO - PRO BIBLIOTECA

"Al Servicio de la Comunidad de San Justo y La Matanza"

jueves, 2 de diciembre de 2010

Felices Fiestas



Diciembre 2010

Socios, Vecinos, Amigos y Familias de San Justo y La Matanza.


Les Deseamos Felices Fiestas y Un Prospero Año 2011.


Comisión Directiva
Club Social San Justo

lunes, 15 de marzo de 2010

Prof. Alfonso Corso, un socio destacado de nuestro club social


Aniversario de La Matanza; Alfonso Corso, historia andante de La Matanza

Fuente: DIARIO NCO 29/07/10

El que más sabía








Epígrafe: Imagen de 1964. Alfonso Corso en la Redacción del Diario Crónica



Edición especial La Matanza.- Murió hace casi tres años. Fue uno de los mayores promotores, si cabe la palabra, del partido de La Matanza. Sus cenizas fueron esparcidas por diversos puntos del distrito y otros lugares del mundo. Fuente de cualquier consulta se lo recuerda hoy como el hombre que más sabía sobre este territorio.

El 1º de julio pasado se recordó el Día del Historiador. Esta fecha fue instaurada en el año 2002 por el Congreso de la Nación en homenaje a escritores, investigadores, profesores y aficionados que se empeñan en reconstruir el pasado. La fecha no es caprichosa y tiene su origen en el año 1812 cuando el Primer Triunvirato ordenó dejar escrito los acontecimientos de la Revolución de Mayo con la finalidad de “perpetuar la memoria de los héroes y las virtudes de los hijos de América del Sud, y a la época gloriosa de nuestra independencia civil”.
En La Matanza existieron, existen y existirán muchos hombres y mujeres a los que se los podrá homenajear en ese día. Pero será la figura de Alfonso Corso la que recurrentemente emergerá entre ellas como símbolo de este esforzado oficio. Es por eso que este, el Mes del Historiador, y a pocos días de recordarse un nuevo aniversario de su fallecimiento (1º de agosto de 2007), es un buen momento para mencionar al querido Profesor Corso.
Había nacido un 8 de junio de 1928 en Calabria, Italia; pero eso fue circunstancial puesto que su lugar en el mundo siempre había sido La Matanza. Me solía contar que a fines de la década del ’40 había comprado un terreno en el primer loteo del barrio San Alberto de Isidro Casanova y que llegaba a ese terrenito caminando por las vías del ferrocarril. Sin embargo fue San Justo la ciudad matancera en la que se asentó junto a su familia.
Se desempeñó como periodista en el diario alemán Argentinischen Tageblatt durante casi 40 años. En los resquicios que le abría ese trabajo aprovechó para investigar en distintos centros de documentación histórica de la ciudad de Buenos Aires. Colaboró en varios periódicos locales y publicó libros que dieron el puntapié inicial para la historia matancera.
Empezó a trabajar con la historia argentina en 1972 y más tarde comenzó a centrarse en el distrito de La Matanza. Entre sus obras se destacan Historia de La Matanza, Historia de San Justo, Historia de Ramos Mejía e Historia del Periodismo en La Matanza entre otras.
Además fue fundador del Primer Museo Histórico Municipal, del Archivo Histórico e Integrante de la primera Junta de Estudios Históricos del Partido de La Matanza y Presidente de la Comisión de Homenaje a la Generación del 80.
Su amor por La Matanza no lo vamos descubrir ahora, pero como muestra alcanza un botón. Cuando promediaba la década del 60 Corso dedicaba gran parte de sus días a enviar cartas a diferentes personalidades del mundo para que conozcan a este distrito ubicado al oeste de la Capital Federal. Intercambió correspondencia con presidentes, políticos, artistas, reyes y príncipes que hoy son mosaicos en la historia del siglo XX. El Príncipe Rainiero de Mónaco, Charles De Gaulle, Fidel Castro, el egipcio Abdel Nasser y el Mariscal Tito de Yugoslavia fueron algunos de sus interlocutores epistolares. Por entonces ya había enviado más de 1.000 cartas y había recibido cerca de 500 respuestas.
Aquella labor le valió el reconocimiento del diario Crónica que le brindó una doble página en la revista ASI en el mes de junio de 1964. “El hombre que se cartea con presidentes y reyes”, se titulaba la nota en donde se ve a un joven Alfonso Corso visitando la redacción del Diario.
También el enorme Jorge Luis Borges sucumbió a la seducción de ese hombre de apellido italiano, con baja estatura y bigotes vigorosos le escribía sobre unas tierras ubicadas muy lejos de aquel Palermo orillero que él tan bien había narrado en sus cuentos. Corso solía recordar que conoció personalmente a Borges y que éste le había obsequiado algún libro.
Justamente un libro, que era uno de los objetos que el profe más apreciaba. Esos libros que fueron poblando la biblioteca en el fondo de su casa de José Martí. En materia de libros era capaz de coleccionar hasta los más inimaginables, como aquel ejemplar de no más de 3 milímetros y de 14 páginas en donde se podía leer el Padrenuestro.
Posteriormente se destacó en tareas que todos conocemos. La divulgación de la historia matancera y el papel que habría jugado este pago en distintos momentos fundacionales de la patria fueron algunas de sus preocupaciones y obsesiones. Inclusive hasta sus últimas horas.
Recuerdo el último Día del Periodista en que pude saludarlo. Fue el 7 de junio de 2007. Estaba junto a su querida esposa Alessandra, compartíamos una cena en el Centro de Panaderos de La Matanza y se lo veía más jovial que nunca.
Una de las últimas voluntades de Corso fue que sus cenizas descansen para siempre en lugares tan disímiles como distantes. Sus hijas, Julia y Caty, fueron las encargadas de cumplir aquel deseo. Distintos rincones de San Justo como el monumento a Almafuerte, a San Martín, a Juan Domingo Perón, a Evita y a los héroes de Malvinas (todos en la plaza San Martín). En otros puntos de la ciudad cabecera, como “el viejo surtidor” en la esquina de Villegas y Entre Ríos, el puesto del banderillero del ferrocarril en Villegas y las vías, y en la Plaza del Periodista también descansan los restos del Profe. Por último, sus familiares también llevaron sus restos a otros tres lugares tal como él lo había pedido: en el complejo Campanópolis de González Catán (donde hay un pasaje con su nombre), en el Coliseo Romano y en su casa natal de Badia en Italia.
El último puñadito de cenizas fue a ese lugar que él tanto amaba: su biblioteca. Biblioteca que, libro a libro, fue edificando en el fondo de su casa.
Por Alejandro Enrique

jueves, 11 de marzo de 2010

Un Hito De La Cultura Matancera


Club Social San Justo Un Hito De La Cultura Matancera

 Por: Profesor Alfonso Corso







Realmente hablar y referirse al Club Social San Justo, es uno de los hechos mas gratos a los que puede aspirar el que a veces debe o quiere enfrascarse en las lides de las letras, y lo es porque , desde el momento liminar del siglo XX se va gestando en San Justo la idea de contar con un lugar donde concentrarse para hablar, soñar, expresarse en aras de un sueño que no tardaría en ser un magnifica realidad: el de tener una ciudad modelo, una ciudad pujante y una ciudad humana, para ello, las tertulias entre vecinos no alcanzaba ya que estaban limitadas a dos o a lo sumo tres familias que se reunían en los días de visita y es por eso que van pensando en un centro de reuniones, obviamente que no estaban desinformados, aquí llegaban los periódicos capitalinos que a veces, muy pocas, alguna noticias del pago matancero traían, pero también aparecían algunas hojas locales, quien puede olvidar al inmortal Eco del Oeste, pionero de los periódicos matanceros dirigido por Don Ramón Quiroga, o a La Verdad, o la Gaceta de La Matanza, quien puede olvidar al “francesito”, Gardel dando sus serenatas en lo de la Dorotea, acompañado de la guitarrita que le había prestado Don Delmiro Santa Maria, y en esos mismos periódicos aparecería con el tiempo “la famosa nevada del 22” o las palabras del sacerdote Don Enrique P. Garrone con sus filipizas contra la guerra que azolaba el mundo.
Pero, no nos adelantemos a los hechos y recordemos a los vecinos que se iban congregando en el atrio de nuestra iglesia después de la misa, una misa en la que se recordaba a un inolvidable “Acquavella”, el primer (y único) cura intendente que tuvimos y allí estaban los recuerdos y palabras de Ezcurra, de Don José Indart, de los Echeverría, de los Llorega, de Recchera, los Satragno, y a veces en las grandes fiestas patronales, la llegada de los amigos y vecinos de la tierra, los Rolleri, Harghintegui, Villalonga, Fernández Mendy, Barrios y aquel atildado medico – político, de las camisas de seda y de las uñas pintadas, el recordado Dr. Ignacio Arrieta que comenzaba sus lides sociales, y un día, en la esquina de la calle Matanza se van congregando un grupito de vecinos y en esa cálida tarde de enero de 1919, en esa casa que era de Fernández Mendy, se labra una esperanzada acta numero uno, con la que se daba por nacido el Club Social, los limites de influencia eran muy ambiciosos: los limites de San Justo, por mejor decirlo, los limites ideales del estero, un lugar con un centro que era el municipio, la iglesia y un grupito de casas desparramadas en unas pocas calles habitadas, algunas de ellas sin iluminar, porque la luz era restringidas a ciertos horarios no siempre acorde con la luz natural, y el club sigue su marcha. Y en esa marcha esta lógicamente la cultura, una cultura que en esos momentos mostraba como centro básico la escuela Nº 1, construida por Sarmiento y aportada por Rosas, y los niños (y los grandes) querían y gustaban leer, por eso se abre la biblioteca, quizás una de las primeras en su estilo en la zona, y en la cual, entre otros concurriría, mas de una vez para preparar sus temas el mismísimo Pastor Florio., que ya soñaba con su templo, y los fundadores, mas de una vez debían pagar de su peculio los gastos para poder subsistir, indudablemente que la cultura nunca fue un buen negocio.
Y llega por fin el un 19 de octubre de 1933 cuando deciden mudarse a una casa que estaba ubicada en la calle Villegas 760, y en esa casa se va ampliando la lista de los socios, y entonces hay que buscar otra casa y otro local quizás mas amplio (o mas económicos) y allí no mas, a pocos pasos de la plaza del pueblo lo encuentran: es en la calle Buenos Aires Nº 661 y en esos históricos lugares aparecían en su lucha los nombres que hicieron y que hacen historia: Berruela, Carrara, Giovo, Della Madalena, Iparraguirre, Leguineche y hasta la querida maestra  Lezcano.
El 9 de marzo ya estaban en la nueva sede, y el tiempo va pasando, y en EL Mirador de Carretero ( como así también en La Voz de Los Pueblos y en Tribuna de Matanza) en el año 1940 ya se entra en la era de la Personería Jurídica, y ya se cree que es necesario contar con una sede propia y un techo propio, pero también pensamos que hay temas emotivos y patrióticos que hacen a la grandeza de la patria que hay que encarar, y uno de los principales es el tener en nuestra plaza al busto de San Martín, pero esfuerzo da para mas y con la presencia de todo el pueblo nucleado por el Club Social, el monumento sigue materializándose, el 27 de diciembre de 1942 se coloca la piedra fundamental, Chile dona una placa fundida con bronce de un cañón de la Guerra de la Independencia.
El 7 de marzo de 1944 se instala el monumento en el pedestal y el 27 de agosto del mismo año se inaugura con la presencia, por primera vez en el partido, de un presidente, este era El Gral. Farrel el que fue invitado por el club social.
El club no se detiene y logra la instalación de una sucursal del Banco de la Provincia, con la firma de Jauretche como presidente del banco, Casullo como primer Gerente y Monseñor Marcon como poseedor de la cuenta Nº1.
Pero, el progreso viene para unos y quizás, perjudico a otros, el día 11 de noviembre de 1946, el Club Social es intimado a proceder al desalojo de  sus bienes ya que la casa ha sido comprada por el Club Huracán, y es entonces que se piensa en una nueva sede, y la intervención de Echeverría el día 1 de abril de 1947, posibilita que la sucesión Larumbe propietaria de la casa de la calle Almafuerte, desocupe la casa de la Calle Buenos Aires.
La solidaridad se pone de manifiesto, allí aparece Gastelu que se ofrece a solventar la mayor parte de los gastos de la construcción de una casa para el club, pero por el momento hay que seguir alquilando.
El día 29 de junio de 1947 se alquila una casa en la calle Villegas, en pleno centro frente a la plaza, y allí el día 15 de agosto de 1948 entramos en la era moderna, el club compra su primer maquina de escribir.
De la calle Villegas y Almafuerte, en la década del 50 se produce un nuevo traslado, pasamos a la Calle Villegas al 700 (¡¡ Oh vieja nomenclatura!!), la casa pertenecía al ex socio y presidente del Club Social, Don Jerónimo Modesta y en ese mismo lugar, en el año 1956, se instala la hoy escuela Normal Nacional Almafuerte, y mas tarde el nuevo Banco Italiano, a fines de la década del 50, se compra la casa llamada de los Modesta, en la calle Catamarca entre Pichincha y Sarandi, la misma poco a poco se va transformando y transformándose en centro a la cultura sanjustence, allí estaría el Club Social, el Rotary Club, el Club de Leones, el circulo Ajedrecista Roberto Garau, el coro, y se logra edificar un enorme y suntuoso salón de actos( manes de José Barrios y Sconfienza) y a lo largo de los años vemos que la mayor parte de los integrantes van ocupando cargos de renombre en las instituciones del partido, e incluso del gobierno municipal, provincial o nacional con cargos de peso internacional, el Club Social fue un enorme y selecto semillero, y junto a los que ya nombramos, tenemos  a los Tasso, Laspiezcu, Izaguirre, Celina Arieta, Nicora, Kepler, Patrissans, Lartigoyeb, Agustoni, Gutiérrez, Viglione, Cohan, Fernández Duhalde, Judez, Peveri, Hegalini, Damonte, Werthein, Pelizzarri, Simons, Izzo, Curcio,  Amoroso, Donato, Fiks, Tomasin, Plata, Somosierra, Motta, Montagnoli, Lorente, Nervi, Cantero, Giménez y en algún momento hemos tenido el honor de figurar en su elenco, pero importante es saber que el Club Social de San Justo, ha demostrado siempre una permanente preocupación por el adelanto cultural, deportivo, social y edilicio del antiguo e histórico pueblo, hoy ciudad de San Justo, y recordemos la creación de la única en su estilo, hasta esos momentos, biblioteca publica, obras edilicias, monumento al Libertados, iniciativas estructurales, a la madre, a Almafuerte, escuelas, tramitaciones para instalar el primer banco en el año 1948, construcción de un cine teatro, apertura permanente de las calles cerradas, embellecimiento de lugares públicos, banda de música y un centenar mas de logros.
Hoy el Club Social totalmente renovado en su actividad social, y lo que es importantísimo en su actividad cultural, sigue su marcha ascendente y sin pausa para que su actividad sea, como hasta hoy lo fue, ejemplar y como decimos señera en este pago histórico que hace casi un siglo vio nacer los primeros intentos de ver su club y que cual nova no fugaz, nuclea en su seno a una pléyade de voluntades que por el solo, nada menos amor, al terruño trabajaban sin cesar para que el sueño de los soñadores liminares, después de materializado, siga soñando en un futuro, que sin duda será siempre luminoso, porque luminosas son las aspiraciones de sus socios que conforman la comisión directiva: Héctor Echeverría, Hugo Piñeiro, Mario Giménez, Antonio Di Paolo, Alfonso Corso, Nelson Cevallos, Alfredo Parle, Carlos Rodríguez, Claudio Andreetta, José María Barrio, Bernardo Kasparían, Rodolfo Aguirre, Héctor Castellano, Rafael Di Gregorio, Eduardo Miguel, Honorio Palacios, Juan Carlos Pitrelli.
 Diciembre 2005
Boletin Club Social San Justo 

miércoles, 10 de marzo de 2010

ACTIVIDADES



ACTIVIDADES


El Club Social de San Justo, es una asociación sin fines de lucro fundada el 21 de diciembre de 1919, que viene cumpliendo  a través de sus ya pasados 90 años de vida, una larga y fecunda labor social, cultural, educativa y recreativa de pública notoriedad en la ciudad de San Justo, cuenta con personería jurídica y registro municipal de entidad de bien público.

Algunas de las de las realizaciones como aportes a nuestra comunidad son:

  • La erección del monumento al Libertador San Martín en la plaza de la ciudad.
  • La creación de la Biblioteca Popular Bartolomé Mitre.
  • La organización de ciclos de conferencias con prestigiosas personalidades
  • La celebración de veladas artísticas y festivales benéficos.
  • Campeonatos de juegos de mesa que no sean de azar.
  • Colaboración con la comunidad cediendo las instalaciones para eventos realizados por otras instituciones como ser  La Municipalidad, el colegio de Abogados de la Matanza, el Centro de Ingenieros, la Asociación de Magistrados, diversas Cámaras y Colegios de La Matanza; además de reunirse el Rotary Club de Matanza y Club Leones de San Justo.-


martes, 9 de marzo de 2010

Comisión Directiva


Club Social San Justo

Honorable Comisión Directiva

Presidente: Héctor Echeverría
Vicepresidente: Hugo Piñeiro
Secretario: Antonio Di Paolo
Prosecretario: Nelson Cevallos
Secretario Actas: Claudio Andreetta
Tesorero: Mario Gimenez
Protesorero: Bernardo Kasparian
1º Vocal Titular: Carlos Rodríguez
2º Vocal Titular: Héctor Castellano
3º Vocal Titular: Honorio Palacios
4º Vocal Titular: Roberto Hawila
1º Vocal Suplente: Rafael Di Gregorio
2º Vocal Suplente: Rodolfo Brizuela
3º Vocal Suplente: Luis Alberto López
4º Vocal Suplente: Daniel Iglesias
Revisor de Cuentas Titular: Alfredo Parlé
Revisor de Cuentas Suplente: José María Barrios




domingo, 7 de marzo de 2010

Primera Sede

Primera Sede Club Social San Justo

Villegas 2429
Nuestra Historia: El 9 de Mayo de 1956 nace la Escuela Normal Almafuerte, donde es cedido por la comisión directiva del Club Social San Justo un espacio para el desarrollo escolar inicial, con una matricula de 210 alumnos y su rector fundador don Héctor D. Cufre.

Nacimiento Club Social San Justo

21 de Diciembre de 1919

El Club Social San Justo nació el 21 de diciembre de 1919, en casa del Sr. Fernández Mendy, quien reunió en esa época a los hombres más  representativos y capaces de San Justo, para transformar el poblado de tierra hacia el progreso.