CLUB SOCIAL SAN JUSTO
Fundado: 21 de Diciembre de 1919

Dirección: Av. Arturo Illia 2632 - San Justo - La Matanza - Buenos Aires.
Correo Electronico: clubsocialsanjusto@gmail.com
Actividad: SOCIAL - CULTURAL - DEPORTIVA - FOMENTO - PRO BIBLIOTECA

"Al Servicio de la Comunidad de San Justo y La Matanza"

jueves, 30 de enero de 2014

Escuela Provincial Nº 69 en Colonia Cushamén

El 30 de enero de 1903 se crea el primer colegio aborigen de Colonia Cushamén en la provincia de Chubut, Escuela Provincial Nº 69, antes era la Escuela Nacional N° 15.
Este día llegó el primer docente, que atendía a 50 alumnos. Esta escuela fue construida por la comunidad mapuche en tierras donadas por ésta al Consejo Nacional de Educación. Se halla a 180 kilómetros al norte de Chubut y, además de inglés, se enseña el idioma indígena.
Fue primero una escuela albergue y después un internado. Durante muchos años tuvo tan sólo un maestro para 50 alumnos. Ahora, sus noventa internos cuentan con cuatro docentes de grado, tres especiales (jardinería, huerta y educación física) y cinco talleristas (cerámica, hilado y tejido, soguería, repostería, folclore y guitarra). En la actualidad además de inglés, se enseña el idioma indígena.
Construida en la estepa patagónica, el paisaje que rodea a la escuela, ciento ochenta kilómetros al norte de Esquel y doscientos al sur de Bariloche, describe el significado mapuche del nombre del lugar, Cushamén: “tierra de soledad”. Es el paraje al que llegó la comunidad de los Nahuelquir a fines del siglo XIX, cuando el general Julio Argentino Roca les cedió esa cincuenta leguas en reconocimiento por la colaboración que un joven cacique, Miguel Ñacuche, había brindado como baquiano en las tropas del Ejército y en las comisiones encargadas de definir la frontera con Chile.
La creación de la escuela les permitió a los hijos de los primeros habitantes aprender a leer y escribir. Ahora se está tratando de recuperar el idioma y las tradiciones mapuches, porque durante mucho tiempo en el mismo establecimiento se les prohibió hablar su lengua. Hoy se izan las banderas argentina y mapuche y se mantiene la identidad. Por ello los ancianos comenzaron las celebraciones por los cien años con uno de los ritos de oración de la etnia, el nguiyatun, para pedir especialmente por quienes colaboran con la escuela del poblado.
Su actividad educativa reconoce la existencia en nuestro país de una sociedad pluriétnica, pluricultural y multilingüística, tratando de reducir la tendencia social que niega la existencia de otros pueblos y plantea la diversidad como un problema. Haciendo suyo el principio de “que cada comunidad tiene el derecho humano de educarse, ejercer su propia cultura, singularizarse y expresarse conforme a sus propios proyectos históricos”. Por ello trabajan día a día en pos de recuperar su propia lengua y con ella su identidad mapuche.

martes, 28 de enero de 2014

Benito Quinquela Martín

El 28 de enero de 1977 fallece en Buenos Aires el pintor Benito Quinquela Martín, autor de las conocidas escenas del puerto de la Boca.
Fue además un notable filántropo y donó en su barrio terrenos para la construcción de escuelas y establecimientos de salud.
Cedió al Estado gran parte de su obra y construyó el teatro de la Ribera.
Nació en Buenos Aires el 1º de marzo de 1890.




lunes, 27 de enero de 2014

La Haya fijó un nuevo límite marítimo entre Chile y Perú

La Corte Internacional de Justicia respetó la línea marítima que defendía Chile pero hasta las 80 millas marinas, no hasta a las 200 como se demarcaba hasta ahora.

En un acto que duró cerca de dos horas, en La Haya, Holanda, el presidente de la Corte Internacional de Justicia, Peter Tomka, leyó el fallo que definió los nuevos límites marítimos entre Chile y Perú.
De acuerdo con BBC Mundo, en su sentencia, la CIJ respetó la línea marítima que defendía Chile pero hasta las 80 millas marinas, no hasta a las 200 como se demarcaba hasta ahora.
Desde las 80 millas baja ahora una línea equidistante que le entrega a Perú soberanía marítima sobre un espacio que había controlado Chile durante siglos.
Mientras en Lima los negociadores y analistas destacan que el país que interpuso la demanda en 2008 celebra esta ganancia, en Santiago, capital del país que no tenía nada que ganar excepto mantener el status quo, analizan las consecuencias que tiene el fallo sobre que la principal actividad económica en la región, la pesca, cuyos recursos más importantes habrían quedado en las 80 millas que mantiene Chile bajo su control.

jueves, 23 de enero de 2014

A 25 años del copamiento de los Cuarteles de La Tablada

El 23 de enero de 1989 se aconteció un hecho histórico en democracia denominado el Copamiento del Cuartel de La Tablada que fue el intento de la ocupación de los Cuarteles del Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 3 General Belgrano del Ejército Argentino en la localidad de La Tablada, Municipio de La Matanza en la Provincia de Buenos Aires, que duro los días el 23 y 24 de enero por parte de miembros del Movimiento Todos por la Patria.

Reglas de juego en el ajedrez

Cuando el juego comienza, un jugador controla 16 piezas blancas y otro jugador controla 16 piezas negras. El color asignado a cada jugador suele sortearse, aunque en el caso de los torneos está en función del emparejamiento de los jugadores. El tablero es colocado de tal forma que ambos jugadores tengan un escaque blanco en la casilla de la esquina derecha respectiva. Las piezas se ubican de la forma en que se muestra en el diagrama adyacente. Las torres, caballos y alfiles más cercanos al rey suelen llamarse de rey (ejemplo: torre de rey) y las más alejadas, más próximas a la dama se llaman de dama (ejemplo: alfil de dama). Asimismo, el lado donde se encuentran en origen ambos reyes se suele llamar flanco rey y el otro flanco dama.
En el ajedrez tradicional, las piezas se colocan siempre en la forma descrita. Hay variantes (poco frecuentes en la práctica) en las que la situación de las piezas en la primera fila puede variar (Ajedrez aleatorio de Fischer o Ajedrez 960).
Los jugadores mueven por turnos. En cada turno, un jugador sólo puede mover una pieza (con la única excepción de una jugada especial llamada enroque, en la cual el rey mueve dos casillas hacia la derecha o hacia la izquierda y la torre se ubica a su lado opuesto). El jugador que juega con las piezas blancas es siempre el que mueve primero.
Cada tipo de pieza se mueve de una forma diferente, aunque las normas comunes al movimiento de las piezas son:
Reglas del ajedrez: Movimiento de las piezas
Todas las piezas (excepto el caballo), independientemente de cuantos escaques puedan avanzar, tienen limitado su radio de acción por las otras piezas, propias o ajenas. Si una pieza propia está en su camino, no puede parar en el escaque de esta pieza propia, o ningún otro escaque, para llegar a ella, sino que debe pasar por el escaque ocupado. En el caso de una pieza ajena, todavía no se les permite entrar en un escaque pasando por la escaque ocupado, sin embargo, si es posible capturar la pieza del adversario, sacándola del juego y posicionando la pieza captora en el escaque que ocupaba la pieza enemiga.
  • La torre se mueve en direcciones ortogonales, es decir, por las filas (horizontales) y columnas (verticales), no pudiendo moverse por las diagonales. Ella puede moverse tantas casillas como se desee por las columnas y filas, pero sólo en una dirección en cada movimiento.
  • El alfil se mueve en direcciones diagonales, es decir, en la dirección de los escaques del mismo color. Se puede mover tantas casillas como desee por las diagonales, pero sólo en una dirección (cada juego), existe el alfil del escaque negro y el alfil del escaque blanco, y no pueden cambiar de color durante el juego.
  • La reina puede moverse tantas casillas como desee o pueda, en diagonal, vertical u horizontalmente, pero sólo en una dirección a cada turno, la dama (o reina) se desplaza con los movimientos de todas las demás piezas (excepto el caballo) desplazándose cuántos escaques quiera.
  • El rey puede moverse en todas las direcciones un solo escaque a la vez, mientras el movimiento no sea para un escaque amenazado por una pieza adversaria. El rey también puede capturar cualquier pieza enemiga, mientras que no tenga otra pieza defendiéndola. Un rey no puede dar jaque mate a otro rey.
  • El movimiento del caballo es en "forma de L", o sea, mueve dos escaques en horizontal o vertical y después un escaque vertical u horizontal, o viceversa. El caballo puede saltar sobre cualquier pieza suya o del adversario. La captura ocurre cuando una pieza del adversario se encuentra en el último escaque del movimiento realizado por el caballo.
  • El peón se mueve en la columna (vertical) a la parte delantera y sólo un escaque, nunca para atrás. Cuando un peón alcanza la última fila de la tabla (fila 8 para las blancas y 1 para las negras) ocurre lo que se denomina coronación del peón, es decir se promueve, convirtiéndose en una Torre, Alfil, Caballo o Dama, según el deseo del jugador.
Cada peón, en su primer movimiento, puede elegir por mover una o dos escaques, desde que exista esta opción (escaques libres por delante). El movimiento de captura el peón es diferente de la forma en que se mueve, o sea, la captura es hecha en diagonal, pudiendo capturar la pieza que se encuentra en la diagonal próxima, al frente. Si un peón encuentra una pieza del oponente en frente, se le impedirá moverse hasta que aparezca una pieza enemiga en su diagonal para capturarla.
  • Las piezas no pueden saltar, en su movimiento, una por encima de la otra (a excepción del caballo, que puede saltar sobre otras, moviendo en ‘L’, y de la torre, en el enroque).
  • Una pieza no puede ocupar una casilla ocupada por otra pieza del mismo color, pero sí una ocupada por otra del contrario, retirándola del tablero. Esta acción se conoce como “tomar” o “capturar”, y es voluntaria, a decisión del jugador.
  • Las casillas a las cuales puede moverse una pieza, se dice que están controladas por ésta. Si una pieza se encuentra dentro de las casillas controladas por una pieza de color contrario, se encuentra atacada por aquélla.
  • El rey es la única pieza que no puede moverse o pasar por casillas controladas por piezas contrarias.
Una jugada que ataque al rey se conoce como jaque; es obligatorio para el jugador cuyo rey esté atacado salir del jaque. Si no hay defensa posible contra un jaque, el rey está en jaque mate. Ese es el objetivo y quien lo inflige al rey rival, gana.
Una partida de ajedrez también termina cuando un jugador decide rendirse o abandonar, o si excede el tiempo establecido; en ambos casos el oponente gana el juego. También la partida termina cuando no es posible la victoria para ninguno de los jugadores, o si ambos acuerdan este resultado, conocido como tablas o empate. Igualmente la partida termina en tablas si se repite tres veces la misma posición sobre el tablero (por repetición de jugadas), cuando ninguno de los jugadores tiene piezas suficientes para dar jaque mate, o si el jugador que tiene el turno no puede realizar ninguna jugada reglamentaria, situación conocida como ahogado.
En torneos, y a efecto de computar los resultados, se otorga al ganador de una partida un punto, medio punto a cada jugador que ha hecho tablas, y cero puntos al perdedor de una partida. En algunos torneos se aplican 3 puntos al ganador; un punto a cada jugador si hay tablas y cero puntos al perdedor de una partida.

miércoles, 22 de enero de 2014

Elementos del juego de ajedrez

Para jugar, es preciso contar con el tablero de ajedrez y las piezas; si bien dos personas que sepan de memoria las posiciones, pueden jugar (a la ciega) simplemente diciendo los movimientos. Además, deben conocerse las reglas del juego. Opcionalmente, puede utilizarse un reloj de ajedrez, que es imprescindible en las competiciones.
Piezas de ajedrez
Para diferenciar un bando de otro, las piezas de un jugador son de color distinto, uno dirige las claras, llamadas «las blancas», y el otro las de color oscuro, llamadas «las negras». Cada jugador dispone de 16 trebejos (piezas) de seis tipos distintos, de los cuales cada jugador tiene: ocho peones, dos torres, dos caballos, dos alfiles, una dama (también llamada «reina») y un rey. Cada pieza se mueve en el tablero de forma diferente:
  • El Rey se puede mover en cualquier dirección (vertical, horizontal y diagonales) avanzando o retrocediendo una sola casilla (excepto en el enroque, en el cual se mueve 2).
  • La Dama también se puede mover en cualquier dirección avanzando o retrocediendo en el tablero el número de casillas que se desee, hasta topar con otra pieza o el borde del tablero.
  • El Alfil sólo se puede mover en dirección diagonal, tantas casillas como se desee hasta topar con otra pieza o el borde.
  • La Torre sólo se puede mover en las direcciones verticales y horizontales, no en diagonal, hasta topar con otra pieza o el borde del tablero.
  • El Caballo, según la definición oficial, se puede mover a la casilla más cercana que no se encuentre en su propia fila, columna o diagonal, aunque para simplificar se dice que se mueve avanzando 2 casillas en vertical y una en horizontal, o viceversa, realizando un movimiento de ‘L’, siendo la única pieza que puede saltar por encima de las demás piezas.
  • El peón puede avanzar una o dos casillas en dirección vertical en su primer movimiento, después de adelantado por primera vez sólo puede avanzar una casilla, a diferencia del resto de piezas no puede ir hacia atrás y no puede capturar las piezas contrarias que se encuentran en la misma dirección en la que se mueve, el peón podrá capturar las piezas que se encuentran a una casilla en diagonal respecto a él, no a las que estén delante de ellos (excepto en la toma de peón al paso). Un peón tiene la capacidad de transformarse en la pieza que su jugador desee (normalmente en dama) si es capaz de alcanzar la última fila del tablero opuesta a la de su bando, por lo que un peón puede adquirir un enorme poder táctico en determinadas posiciones donde no tiene oposición para "coronar" (peón pasado).
La palabra pieza, puede adoptar tres significados, dependiendo del contexto:
  • Puede referirse a cualquiera de las 32 figuras.
  • Puede hacer referencia sólo a la dama, torre, alfil, caballo, y tal vez también al rey, para diferenciarlos de los peones.
  • Puede referirse sólo a una pieza menor (alfil o caballo).
Puesto que las blancas tienen la ventaja de realizar la primera jugada, el color de las piezas se asigna a cada jugador mediante sorteo. En los torneos se procura que un jugador tenga el mismo número de partidas con piezas blancas y con piezas negras, ya sea mediante la elaboración de un fixture, de la alternación de colores en cada ronda, o de la disputa de un número de rondas par.
El modelo estándar de piezas usado en competiciones recibe el nombre de modelo Staunton (que se ve en la imagen adyacente), diseñado en 1849 por Nathaniel Cook, y llamado así en nombre del campeón inglés del siglo XIX Howard Staunton.
Tablero de ajedrez
El tablero de ajedrez es un cuadrado subdividido en 64 casillas o escaques iguales (8×8), también cuadradas, alternativamente de color claro y de color oscuro. Cada jugador se sitúa de cara al ajedrecista contrincante, colocando el tablero de manera tal que cada jugador tenga una casilla blanca en su esquina derecha.
Los elementos básicos del tablero de ajedrez son:
  • Fila. Es cada una de las ocho líneas de ocho casillas que se forman alineando éstas horizontalmente respecto a los jugadores. Se nombran con números del 1 al 8, comenzando desde la primera fila con respecto al bando de las piezas blancas.
  • Columna. Es cada una de las ocho líneas de ocho casillas que se forman alineando éstas verticalmente respecto a los jugadores. Se nombran con letras minúsculas de la a a la h, comenzando desde la primera columna izquierda con respecto al bando de las piezas blancas.
  • Diagonal. Es cada una de las 16 líneas que se forman agrupando las casillas diagonalmente. Las dos diagonales mayores tienen ocho casillas.
  • Centro. El centro del tablero son los cuatro escaques centrales. Por extensión, a veces se incluyen los 12 que rodean a esos cuatro.
  • Esquinas. Cada una de las cuatro casillas ubicadas en las esquinas del tablero.
  • Bordes. Las dos columnas (a y h) y dos filas (1 y 8) situadas en los extremos del tablero.
Un tablero puede tener los números y letras para identificar las filas, columnas y casillas, con el fin de registrar el desarrollo de las partidas mediante la notación algebraica, que es la notación oficial. Es frecuente en el mundo del ajedrez utilizar este sistema para poder reproducir y comentar las partidas. Debe, sin embargo, dejarse constancia de que muchos autores y especialistas han empleado o prefieren continuar utilizando la llamada notación descriptiva.
Reloj de ajedrez
El reloj de ajedrez consiste en un doble cronómetro que mide el tiempo que tiene cada jugador para realizar sus movimientos. Mientras que el reloj del jugador que tiene el turno está en marcha, el de su oponente permanece detenido, hasta cuando el primero efectúe su jugada y detenga su reloj, poniendo así en marcha el reloj del contrario.
Los relojes de ajedrez analógicos, están basados en un funcionamiento mecánico ya que para que funcionen, en su parte posterior hay una tuerca, la cual debe moverse en un sentido hasta que no se pueda mover más, llamado “darle cuerda al reloj” y que sirve para que el reloj funcione por un tiempo superior al de una partida. Antes de empezar una partida con este tipo de reloj, los jugadores se aseguran de darle cuerda al reloj, para que esté en su capacidad operativa al máximo y no se detenga en mitad de una partida. Estos relojes analógicos disponen de un elemento llamado “bandera”, el cual es sostenido por el minutero durante los últimos tres minutos del tiempo asignado a cada jugador. Cuando se excede ese tiempo, el minutero deja caer la bandera, y el primer jugador cuya bandera cae, pierde la partida si no ha completado las jugadas establecidas o excede el límite de tiempo.
Actualmente, los más utilizados son los relojes de ajedrez digitales basados en un funcionamiento electrónico, mediante pilas, que permiten configurar diferentes ritmos de juego, como por ejemplo el sistema Fischer (incremento de varios segundos por cada jugada) o el sistema Bronstein (igual que el sistema Fischer pero sin sobrepasar el tiempo inicial asignado); así como determinar con exactitud cuál jugador agota primero su tiempo.

Ritmos de juego en el ajedrez

Los controles de tiempo en ajedrez nacen de la necesidad de evitar que los jugadores tarden demasiado en reflexionar sus jugadas, algo muy común hasta finales del siglo XIX. En partidas amistosas, el ritmo de juego es normalmente acordado por los jugadores, que pueden decidir si utilizan un reloj o no. En cambio en torneos oficiales el tiempo disponible para cada jugador depende del tipo de torneo (normal, semirrápidas, ajedrez activo, etc.) y es establecido por la organización del torneo. Un jugador puede disponer de cierto tiempo para toda la partida, o para alcanzar un número de jugadas establecido; además puede recibir o no cierta bonificación en tiempo por cada jugada realizada. Si un jugador agota su tiempo o no es capaz de realizar el número de jugadas asignadas, pierde la partida.
De acuerdo con la duración de cada partida, esta puede ser:
  • Partida Blitz o relámpago: aquella en la cual cada jugador dispone de un máximo de 15 minutos para toda la partida, o bien, todas aquellas partidas con incremento de tiempo por jugada en las que de la suma del incremento multiplicado por 60 y el tiempo inicial de reflexión no se obtenga una cantidad mayor de los 15 minutos.
  • Partida rápida: aquella en la cual el tiempo para cada jugador está entre 15 y 60 minutos, o si se juega con incremento, aquella cuyo tiempo de reflexión inicial, más la suma del incremento multiplicado por sesenta, quede comprendida en ese intervalo. Normalmente este ritmo de juego se utiliza en desempates de torneos jugados con ritmo normal, y su tiempo se fija en 25 minutos.
  • Partida estándar (ritmo clásico): aquella en la cual el tiempo de reflexión por jugador es mayor de 60 minutos. Este es el ritmo de juego más usado a nivel magistral. En torneos con gran cantidad de participantes, suele existir un control de 90 minutos por jugador más 15 segundos de incremento por jugada, mientras que en torneos de élite se asignan controles de tiempo para cierto número de jugadas, más un tiempo para el final de la partida. También se las denomina partidas de ritmo normal o lento.
Las partidas sin reloj no tienen un nombre específico, aunque popularmente en España se las llama partidas amistosas o también partidas de café. El nombre de partidas amistosas viene en contraposición a que no es una partida de competición, por tanto el resultado no puede afectar al Elo ni crear disputa por algún tipo de clasificación o premio, ni crear rivalidad debido a esto. El nombre de partidas de café es debido a la costumbre de jugar este tipo de partidas, que no son de competición, en las mesas de un bar-café, generalmente de un centro cultural.

Eduardo Frei Montalva

Biografía de Eduardo Nicanor Frei Montalva: Nació en Santiago, chile el 16 de enero de 1911 fue un abogado, periodista y político demócrata cristiano chileno, hijo de padre suizo y miembro destacado de la familia Frei.
Formado en las filas del Partido Conservador y egresado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, fue uno de los fundadores de la Falange Nacional, una escisión del conservadurismo que proponía los postulados de la Doctrina Social de la Iglesia y el humanismo cristiano. Tras participar en el gabinete ministerial del presidente radical Juan Antonio Ríos, fue electo senador de la República entre 1949 y 1959 por las provincias de Atacama y Coquimbo, siendo reelecto para el período entre 1957 y 1965 por la provincia de Santiago.
En 1957, Frei participa en la reforma de la Falange Nacional que da vida al Partido Demócrata Cristiano de Chile, el cual lo proclama como su candidato para las elecciones presidenciales de 1958. Aunque es derrotado por Jorge Alessandri y Salvador Allende, obtiene un auspicioso 20,75% que levanta sus posibilidades para las elecciones presidenciales de 1964 donde nuevamente es presentado como candidato. En dichas elecciones es apoyado implícitamente por gran parte de la derecha para impedir la victoria de Allende, obteniendo un histórico 56,08% de los votos.
Tras el fin de su mandato, se convirtió en uno de los principales opositores del gobierno de la Unidad Popular liderada por Allende, asumiendo como Presidente del Senado tras las elecciones parlamentarias de 1973, donde ganó un escaño nuevamente por Santiago, cargo que desempeñó hasta la disolución del Congreso tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Durante el Régimen Militar, y tras un inicial apoyo al golpe de estado, se convirtió en una de las principales figuras de la oposición contra la dictadura de Augusto Pinochet, siendo el único permitido a realizar una manifestación contraria a la aprobación de la Constitución Política de 1980.
A los 71 años de edad Eduardo Frei Montalva falleció el 22 de enero de 1982 Santiago, Chile; tras una cirugía digestiva por una hernia de hiato. Aunque en un inicio oficialmente su muerte se explicó como resultado de un shock séptico tras la operación, derivado de complicaciones en la misma, durante el regreso a la democracia se inició una investigación judicial, tras la cual en diciembre de 2009 se le calificó como homicidio, procesándose a seis personas como presuntos autores y partícipes de dicho delito.
Frei Montalva, su muerte con el regreso de la democracia 
en el 2009 se le calificadó como un homicidio.

martes, 21 de enero de 2014

Introducción al juego de ajedrez

El ajedrez se juega entre dos jugadores; cada uno posee 16 piezas, siendo las de un jugador de color claro, llamadas blancas, y las de su oponente de color oscuro, llamadas negras. Las piezas se mueven sobre un tablero de ajedrez cuadrado de 8×8 = 64 casillas, con los mismos colores que las piezas colocadas alternativamente, 32 claras y 32 oscuras, también llamadas escaques. Las piezas de cada jugador al principio de la partida son:
  • Un rey
  • Una dama, también conocida popularmente como reina.
  • Dos alfiles
  • Dos caballos
  • Dos torres
  • Ocho peones
Cada tipo de pieza se mueve de una forma diferente, lo que determinará su potencia y su importancia en el desarrollo del juego.
El ajedrez no es un juego de azar, sino un juego racional, ya que cada jugador decidirá el movimiento de sus piezas en cada turno. El desarrollo del juego es tan complejo que ni siquiera los mejores jugadores (o los más potentes ordenadores existentes) pueden llegar a considerar todas las posibles combinaciones: aunque el juego sólo pueda desarrollarse en un tablero con sólo 64 casillas y 32 piezas al inicio, el número de diferentes partidas que pueden jugarse excede el número de átomos en el universo.
Comienza a jugar quien lleve las blancas, lo que le concede una ventaja pequeña pero esencial en los niveles altos de competición, por lo que el color de las piezas suele sortearse antes de la partida; y en el caso de los torneos se busca que un jugador tenga la misma cantidad de partidas con las piezas blancas que con las negras. A partir de entonces ambos jugadores se turnan para mover alguna de sus piezas. Cada jugador intentará obtener ventaja sobre su oponente, ya sea material o posicional; aunque el objetivo final es atacar al rey de modo que no pueda ser defendido, lo que es conocido como jaque mate.
La victoria puede obtenerse además, si el rival abandona o se le agota el tiempo. En los torneos también se declara perdedor a quien muestre conducta antideportiva, por ejemplo al negarse a saludar al comienzo de la partida o si suena el teléfono móvil durante ésta.
Otro resultado posible es el empate o tablas, que se produce en cualquiera de los siguientes casos:
Artículo principal: Tablas (ajedrez)
  • Por acuerdo común
  • Cuando ningún jugador tiene piezas suficientes para dar jaque mate
  • Si se repite tres veces la misma posición de las piezas en el tablero
  • Cuando un jugador, sin estar en jaque, no puede realizar en su turno ninguna jugada legal, lo que se denomina tablas por ahogado
  • Cuando después de cincuenta jugadas consecutivas no se ha hecho ninguna captura o se ha avanzado un peón.
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Cayetano Rodríguez

Biografía de Cayetano José Rodríguez: El fraile franciscano y poeta argentino nació en el pueblo del Rincón de San Pedro en la provincia de Buenos Aires en 1761. Fue protector y maestro de Mariano Moreno. Escribió un poema consagrado a la libertad de los esclavos que participaron en la defensa de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas. Fue diputado en la Asamblea General Constituyente de 1913 y redactor del diario de sesiones de la misma. Además de ser uno de los más destacados patriotas en la época de la Revolución de Mayo y de la declaración de la Independencia nacional, Fray Cayetano Rodríguez fue también un entusiasta promotor del avance cultural del país y un educador de trayectoria. Cursó sus estudios primarios en un colegio comandado por los Padres franciscanos y luego de bachillerarse, cuando tenía 16 años, ingresó a la Orden Franciscana, en calidad de novicio. Recibió las órdenes sacerdotales en 1793. Luego, en la Universidad de Córdoba, comandó las cátedras de teología y filosofía, entre los años 1783 y 1790. Las lecciones que Rodríguez dictó se conservan en varios códices que contienen la Lógica, la Física General, y la Física Particular. En 1790, regresó a Buenos Aires, y se dedicó a enseñar teología, filosofía hermenéutica y física en el Convento de los franciscanos. En esa época, la filosofía y la teología eran materias que tenían muchos puntos en contacto. La doctrina filosófica predominante, y a la que adhería la Iglesia, era el escolasticismo, derivado de las enseñanzas de Aristóteles. Y si bien en Europa el mecanicismo ya había comenzado a resquebrajar el monolítico edificio escolástico, en América la filosofía aun se enseñaba con estricto respeto por esta doctrina. En 1796, Rodríguez dictó un curso de lógica, del cual se conservan copias escritas en el convento de San Francisco, en Buenos Aires, y en la ciudad de Jujuy. En 1807, compuso un poema consagrado a la libertad de los esclavos que tomaron parte en la defensa de Buenos Aires. Eran tiempos difíciles, y Rodríguez se convirtió en un decidido patriota. En esos años, se relacionó estrechamente con el joven Mariano Moreno, y fue su protector y maestro. En mayo de 1810, Rodríguez tomó parte activa de los sucesos independentistas. El 24 de septiembre de 1810, a iniciativa de Moreno, fue nombrado por la Primera Junta de Gobierno director de la Biblioteca Pública, recién instaurada, cargo que desempeñó hasta 1814. En 1811, fue designado Ministro Provincial, y en 1812, comenzó su actuación política, como vocal de la Asamblea, que fue disuelta casi de inmediato por influencia de Rivadavia. Fue elegido diputado a la Asamblea General Constituyente de 1813, donde tuvo que redactar el diario de sesiones denominado Redactor de la Asamblea. En 1815, fue designado representante por Buenos Aires en el Congreso de Tucumán. Allí, presentó una moción para nombrar una comisión que debía preparar el proyecto de Constitución. Según se cree, y en virtud a sus dotes de redactor, es posible que el acta de la declaración de la Independencia argentina fuera obra de fray Cayetano Rodríguez. Posteriormente, vivió dedicado a sus trabajos sacerdotales y a la labor pública. En 1822, fundó el periódico El Oficial del Día, desde el cual defendió las ideas de la Iglesia en oposición al periódico El Centinela, que promovía reformas eclesiásticas y que apoyaba al gobierno de Rivadavia, con quien Rodríguez nunca coincidió. El 21 de enero de 1823 fallece a los 62 años de edad.

lunes, 20 de enero de 2014

Mantenimiento en la Institución

El Club Social San Justo informa a los socios y vecinos que se sigue con el mantenimiento y reparación de las tres aberturas laterales del salón fondo que dan al patio; En donde se amuraron las guías del piso de las aberturas (algunas fotos antes y después).





El ajedrez y su historia

El ajedrez es un juego entre dos personas, cada una de las cuales dispone de 16 piezas móviles que se colocan sobre un tablero dividido en 64 escaques. En su versión de competición está considerado como un deporte. Originalmente inventado como un juego para personas, a partir de la creación de computadoras y programas comerciales de ajedrez una partida de ajedrez puede ser jugada por dos personas, por una persona contra un programa de ajedrez o por dos programas de ajedrez entre sí.
Se juega sobre un tablero cuadriculado de 8×8 casillas, alternadas en colores blanco y negro, que constituyen las 64 posibles posiciones para el desarrollo del juego. Al principio del juego cada jugador tiene dieciséis piezas: un rey, una dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones. Se trata de un juego de estrategia en el que el objetivo es «derrocar» al rey del oponente. Esto se hace amenazando la casilla que ocupa el rey con alguna de las piezas propias sin que el otro jugador pueda proteger a su rey interponiendo una pieza entre su rey y la pieza que lo amenaza, mover su rey a un escaque libre o capturar a la pieza que lo está amenazando, lo que trae como resultado el jaque mate y el fin de la partida.
Este juego, tal como se conoce actualmente, surgió en Europa durante el siglo XV, como evolución del juego persa shatranj, que a su vez surgió a partir del más antiguo chaturanga, que se practicaba en la India en el siglo VI. La tradición de organizar competiciones de ajedrez empezó en el siglo XVI. El primer campeonato oficial del mundo de ajedrez se organizó en 1886. El ajedrez está considerado por el Comité Olímpico Internacional como un deporte, y las competiciones internacionales están reguladas por la FIDE. Los jugadores compiten a nivel individual en diferentes torneos, aunque también existen competiciones por equipos, siendo una de las más importantes las Olimpíadas de ajedrez.
La Historia del Ajedrez
El predecesor de todos los juegos de la familia del ajedrez, es decir, no sólo del ajedrez europeo sino también del xiangqi, shōgi o el markuk, surgió presumiblemente en la India septentrional como juego para cuatro. Este ajedrez primitivo se conocería como chaturanga (en Sánscrito) en Persia y tras la conquista por los árabes continuaría desarrollándose siguiendo las expansiones islámicas.
Los árabes conquistaron entre los años 632 y 651 el imperio Sasánida. Durante ese tiempo entraron en contacto con el ajedrez. Por ellos llegó el juego, que sólo por adaptación fonética se llama shatranj, a su primera época de gran esplendor. Como ajedrecistas de élite se nombra al-Adli (ca. 800-870), quien compuso el primer manual de ajedrez. Le siguen ar-Razi (ca. 825-860), Mawardi (en 900), as-Suli (880-946) y al-Lajlaj (en 970). Importantes fuentes literarias les debemos a Firdausi y a al-Mas'udi. Se desarrolló mediante una rica colección de aperturas (Tabjien) y situaciones finales (Mansuben). Un elemento clave del shantraj son el planteamiento y la resolución de problemas. Los árabes contribuyeron decisivamente a su expansión.
El juego entró en Europa a través de varios caminos. Uno de los primeros contactos se produjo a través del Imperio bizantino, especialmente en Constantinopla. El ajedrez bizantino o zatrikion, se distingue sin embargo del shatranj. Los varegos trajeron el juego de Constantinopla (Miklagard, para ellos) a Rusia, donde desde comienzos del siglo octavo comenzó a jugarse. A través de los árabes llegó el ajedrez en el siglo noveno a España. El texto europeo más antiguo, en el que se contienen las reglas del juego, es un libro del alto medioevo, titulado Versus de Scachis escrito en versos latinos por un compositor anónimo del siglo décimo. Procede probablemente de entre los años 900 y 950 y de Italia septentrional. Del siglo duodécimo procede un poemario compuesto en hebreo por el filósofo sefardí Abraham ibn Ezra (* 1089–† 1164). En el siglo décimo tercero se compuso bajo el patrocinio del rey Alfonso X un famoso manuscrito titulado Libro de los juegos y que trata sobre ajedrez, tablas reales (hoy backgammon) y dados. Desde España se expandió hacia Italia y la Provenza. De ahí, por ejemplo, los nombres de dos famosas aperturas: la española y la italiana.
Hacia finales del siglo décimo quinto comenzaron a cambiar las reglas de manera decisiva. Se regularían los movimientos del peón, el alfil y la dama. El peón podría ahora dar dos pasos en el primer movimiento (hasta entonces uno sólo); el alfil, a cualquier distancia (hasta entonces sólo saltaba dos escaques); y la dama, a discreción en cualquiera de las ocho direcciones (antes llamada alferza, avanzaba únicamente un escaque en dirección diagonal), con lo que de repente pasó de ser una figura relativamente débil a convertirse en la más importante del tablero y a dotar de gran espectacularidad al juego.
Mediante estos ajustes se cambió el juego completamente. Se trata del nacimiento del ajedrez moderno. El nuevo juego exigía distintas tácticas y aperturas. El ejercicio ganó en velocidad y, al mismo tiempo, en popularidad. Estas novedades se introdujeron probablemente en Valencia entre los años 1470 y 1490 y se manifestaron en el poema valenciano Scachs d′amor, el documento más antiguo sobre el ajedrez moderno. Los compositores y a la vez famosos ajedrecistas fueron Francesc de Castellvi, Narcis Vinyoles y Bernat Fenollar. En el año 1495 Francesch Vincent publicó el primer libro de ajedrez con el título Libre dels Jochs Partits dels Schacs en Nombre de 100 ordenat e compost. Durante mucho tiempo se consideró perdido, hasta que en 2005 J. Ant. Garzón descubrió un ejemplar en Italia y lo publicara en su libro El regreso de Francesch Vicent: La historia del nacimiento y expansión del ajedrez moderno. En él afirma, que también Fran Francesch Vicent participó de manera decisiva en la gestación del nuevo estilo, si acaso no fue su auténtico iniciador.
En el año 1498 apareció un libro de ajedrez de Luis Ramírez de Lucena: Repeticion de Amores e Arte de Axedres con CL Juegos de Partido. Pero la caligrafía gótica con que está escrito sólo surge hacia 1500, con lo que la autoría y la datación no están claras. Contiene doce aperturas según las nuevas reglas y treinta problemas de ajedrez. Hacia 1512 aparece en Roma el libro de aprendizaje de Pedro Damiano titulado Questo libro e da imparare giocare a scachi et de le partite. Esta primera edición marcó el comienzo del ajedrez moderno. Como consecuencia parece que surgieron círculos ajedrecistas especialmente en la Península Ibérica y en Italia. A finales del siglo décimo sexto era Ruy López de Segura el mejor jugador del mundo. Fue derrotado en 1575 en el primer torneo internacional de la historia organizado en la corte de Felipe II por el calabrés Giovanni Leonardo da Cutro, quien a continuación venció también al mejor jugador portugués, El Morro, y de regreso en Madrid, a su paisano Paolo Boi. De entre los mejores ajedrecistas de su tiempo destaca también Giulio Cesare Polerio. Estas personalidades fundaron la época dorada del ajedrez italiano, que finalizó en 1634 con Alessandro Salvio y la muerte de Gioacchino Greco.

domingo, 19 de enero de 2014

Los héroes solitarios

El último otoño, cuando le propuse a mi amigo el Dr. Carlos estudiar ajedrez, con la idea de emerger de nuestra rústica condición de jugadores de bar (Varela Varelita, viernes, 18.30), no había leído Muerte de reyes, de George Steiner (“La música, las matemáticas y el ajedrez son actividades maravillosamente inútiles, metafísicamente triviales e irresponsables. Se resisten a conectarse con el mundo y aceptar la realidad como árbitro”). Ignorantes, un viernes a las nueve de la noche entramos en la casona de Paraguay y Callao, cruzamos un pasillo con libros y apuntes anillados, y buscamos a nuestro profesor, Luis Scalise, ex compañero mío en Clarín, mítico personaje del Club Argentino de Ajedrez. No lo veía desde hacía trece años.
En el salón de la planta baja, entre hombres/escultura que sostenían sus mentones, pensadores de Rodin frente a tableros, lo reconocí de espaldas: Luis miraba una película en una computadora, sin sonido; un western, género que –lo supe después domina tanto como el ajedrez. Lo saludé con la mano. Ensanchó su sonrisa muda y con una mímica enfática, mezcla de saludo cordial y pedido de silencio, nos señaló el pasillo. Afuera, se sacudió un hombro, el otro, como si espantara mosquitos, y nos dijo: “Me llaman Caspablanca”. El mundo se divide, definitivamente, entre los capaces de reírse de sí y los incapaces.
Un misterio: parecía más sereno y feliz, aun, que en mi recuerdo. Subimos por una escalera de madera quejosa: en el descanso, un rey negro de medio metro y fotos de los campeones del mundo. En la planta superior, una atmósfera entre turfística y aristocrática. Las mesas de las finales Capablanca-Alekhine (1927) y Fischer-Petrosian (1971), con las piezas detenidas para siempre en la movida fatal o gloriosa, según la perspectiva. Hogares a leña, arañas, cortinas pesadas, juegos modelo Staunton, relojes dobles. Londres, siglo XIX, pensé. Y sin embargo, no sentí que aquel mundo fuera anacrónico ni ajeno.
Esa noche soñé con mi padre y su amigo Néstor jugando ajedrez: una escena real de mi infancia. Salvo que mi viejo, al que nunca vi fumar, sostenía un habano; y Néstor, con su cara vagamente anglosajona, vagamente equina, era Bobby Fischer y también Dick Van Dyke. Al despertarme, recordé una anécdota contada por Luis: el gran Najdorf, en Cuba, jugando simultáneas con los líderes de la Revolución. Diplomático, en un punto les ofreció tablas. El Che se negó: cayó dando batalla. Fischer, pensé por otro lado, era, a comienzos de los 70, el hombre que enfrentaba –sin más compañía que su genialidad y su locura– a la “poderosísima maquinaria soviética”. O eso, al menos, decían los medios.
Pero volvamos al presente. Desde aquella clase inaugural, con el Dr. aguardamos –como si fuéramos jóvenes, incapaces de presentir o, mejor, capaces de no presentir– el viaje de los viernes: Varela Varelita, colectivo 111, el hipertenso corazón porteño que se esfuma en Paraguay 1858, la sonrisa de Luis, nuestro generoso buda. El Club Argentino es, entre tantas otras cosas, una grieta en lo real. Un cosmos donde la elegancia puede prescindir de la vanidad; el coraje, de la autodestrucción; el lenguaje, de la palabra. Lo habitan héroes solitarios; algunos dirán antihéroes, da lo mismo. El Che, Bobby Fischer, el incesante Najdorf –que le daba 100 dólares al conserje para que no cerrara el club hasta las 6 de la mañana–, mi viejo, Néstor, el Dr. Carlos, los protagonistas de los westerns de Luis, Luis, sobre todo, y el resto de los ajedrecistas forman parte de lo que intento explicar.
A veces siento que los personajes del Club Argentino merecerían un documental. Me pregunto si sus extravagancias serán causa o consecuencia del ajedrez. La única certeza es que ahí se sienten –nos sentimos– a salvo de los fallos de la realidad. Preferible acatar los de Luis, que es árbitro internacional y nunca lastima. Dice Steiner:”Hay momentos mágicos en los que criaturas normales dedicadas a otra cosa, como Lenin o yo mismo, sienten la tentación de renunciar a todo –matrimonio, hipoteca, carrera o Revolución Rusa– para pasar días y noches moviendo pequeños objetos tallados, sobre un tablero cuadrado. Ante el tablero, aun cuando sea el más barato de los juegos portátiles de plástico, nuestros dedos se crispan y un leve escalofrío recorre la columna. Y no se trata de ganar dinero ni de obtener conocimiento o renombre, sino de un encantamiento autista, tan puro como los cánones invertidos de Bach o la fórmula de los poliedros de Euler”.
Por Miguel Frías
Fuente de la nota: Clarín.com 18-01-2014

Bartolomé Mitre

Biografía de Bartolomé Mitre Martínez: Nació en Buenos Aires, 26 de junio de 1821 fue un político, militar, historiador, escritor, periodista y estadista argentino; gobernador de la Provincia de Buenos Aires y Presidente de la Nación Argentina entre 1862 y 1868.
Nació en la Ciudad de Buenos Aires, en la actual esquina de Suipacha y Lavalle, el 26 de junio de 1821 y fue bautizado en la Iglesia de San Nicolás.
Hijo de Ambrosio Estanislao de la Concepción Mitre y Josefa Martínez Whetherton, sus hermanos fueron Emilio y Federico.
Su padre descendía de Ventura Demetrio Mitropoulos (apellido original de la familia) que fue un veneciano de origen griego, que había llegado a Buenos Aires a fines del siglo XVII. Con su familia se trasladaron cuando aún era niño a Carmen de Patagones. Su padre se desempeñó como tesorero del fuerte hasta mediados de 1827 cuando tras finalizar la Guerra contra el Imperio del Brasil en esa zona decidieron volver a Buenos Aires.
En 1829 se alojó en la estancia de Gervasio Rosas, hermano de Juan Manuel de Rosas y amigo de su padre; aunque el objetivo de la familia era que se formara como hombre de campo, este se interesaba más en los libros; al poco tiempo Gervasio Rosas lo devolvió a su casa con estas palabras: "Dígale a Don Ambrosio que aquí le devuelvo a este caballerito, que no sirve ni servirá para nada, porque cuando encuentra una sombrilla se baja del caballo y se pone a leer”.
En 1831 se trasladó con la familia a Montevideo, donde en 1836 se inscribió en la Escuela Militar de Montevideo. Allí estudió artillería alcanzando el grado de alférez en 1839. También publicó sus primeros poemas y escritos periodísticos en varios diarios, entre ellos El Iniciador, de Andrés Lamas y Miguel Cané quienes se contaban entre los proscriptos por el régimen de Rosas. Perteneció al Partido Colorado y en diciembre de dicho año participó en la batalla de Cagancha en las filas de Fructuoso Rivera.
El 11 de enero de 1841 se casó en la Catedral Metropolitana de Montevideo con Delfina María Luisa de Vedia y Pérez, con quien tendría dos hijas y cuatro hijos. La familia se trasladó a la ciudad de Canelones, donde el padre fue nombrado Tesorero General por el gobierno provisional de Uruguay.
El 6 de diciembre de 1842, ya capitán, estuvo entre los derrotados de la revolución de Rivera en la batalla de Arroyo Grande.
Participó del sitio grande de Montevideo, oportunidad en la que conoció a Giuseppe Garibaldi, a quien admiró.
En 1846 un conflicto con Rivera lo obligó a huir de Montevideo y se dirigió a Bolivia, donde fue contratado para armar y organizar la artillería del ejército. Mitre se sumó al círculo social y político del presidente José Ballivián y actuó en varias ocasiones contra la oposición. Finalmente Ballivián fue derrotado y Mitre terminó expulsado de Bolivia con un plazo de dos horas para salir del país.
En la segunda mitad de 1847 se trasladó nuevamente a Bolivia pero en 1848 fue deportado por Manuel Isidoro Belzú al Perú, donde fue nuevamente deportado ahora a Chile. Allí fue corredactor de Juan Bautista Alberdi, director del periódico El Comercio de Valparaíso y publicó Manuel Blanco Encalada y Thomas Cochrane.
A su labor en “El Comercio”, Mitre agregó un nuevo trabajo como redactor del periódico de Domingo Faustino Sarmiento “El Progreso”, desde donde pregonó la indivisibilidad territorial de la soberanía americana, defendió el derecho de pensamiento de los extranjeros (siempre que no atentasen contra la soberanía de los países que los acogían) y la democracia en un sentido integral, y emprendió campañas para mejorar social y económicamente al pueblo. Más tarde se convirtió en el nuevo dueño del periódico y desde sus páginas participó del debate político en ese país. En 1851 apoyo la revuelta de los liberales contra el presidente electo Manuel Montt, lo que le valió ser expulsado del país
Regresó después del derrocamiento de Rosas, fue uno de los líderes de la oposición porteña contra el Acuerdo de San Nicolás, que determinaba la forma en que se sancionaría la Constitución argentina de 1853; fue expulsado por Justo José de Urquiza; de regreso a Buenos Aires, lideró el alzamiento de la provincia de Buenos Aires contra el sistema federal que la Constitución, patrocinada por Urquiza, iba a imponer.
Tuvo un lugar destacado en la defensa contra el sitio que impuso a la ciudad el ejército federal entre 1852 y 1853, ocasión en que fue herido en la frente: un proyectil impactó en la escarapela de su quepis, que había sido cosida por su esposa Delfina, amortiguando el golpe y salvándole la vida.
Ocupó los cargos de miembro de la Legislatura provincial y ministro de Guerra, de Gobierno y de Relaciones Exteriores en el gobierno del Estado de Buenos Aires.
En mayo de 1855 organizó una campaña contra los indígenas, buscando las tolderías de los mismos más allá del arroyo Tapalqué, en el sur de la provincia, al frente de una división de las tres armas desde Azul, pero el ataque nocturno que había planeado terminó en un combate diurno, en que los indígenas aprovecharon la táctica de retirada fingida para obtener una victoria. El ejército de Mitre, sitiado por los indígenas, debió huir de noche y a pie, abandonando la artillería y gran parte de los caballos, y habiendo sufrido 17 muertes y 234 heridos.
En enero de 1856 Mitre y sus hombres persiguieron a partidarios de Urquiza dentro del territorio santafesino (cerca de la actual Villa Constitución) en un acto que fue considerado como una invasión y que reactivó los conflictos del Estado de Buenos Aires con la Confederación.
En 1859, siendo Ministro de Guerra, comandó el ejército provincial; la Legislatura le ordenó invadir la provincia de Santa Fe, ocasión en que enfrentó al general Urquiza en la batalla de Cepeda.
El ejército porteño operaba desde San Nicolás de los Arroyos; contaba con 9000 hombres (de los cuales, 4700 infantes y 4000 jinetes) con 24 piezas de artillería, bajo el mando de Mitre, ministro de guerra. Las fuerzas porteñas estaban muy disminuidas porque gran parte de sus fuerzas debían proteger la frontera de su provincia de las invasiones de los indígenas, algunos de los cuales (como Juan Calfucurá) eran aliados de Urquiza y sus incursiones formaban parte de la estrategia de éste.
El ejército de la Confederación, dirigido por Urquiza, inició la campaña hacia Buenos Aires desde Rosario; estaba formado por 14 000 hombres (de los cuales 10 000 de caballería y 3 000 de infantería) con 35 cañones y obuses; varias divisiones de indígenas ranqueles figuraban como auxiliares.
El 23 de octubre se inició la Batalla de Cepeda: la ventaja inicial favoreció a la infantería porteña, pero un hábil uso de la caballería por parte de Urquiza le permitió tomar la ofensiva, e incluso tres batallones porteños fueron destruidos. Una maniobra de flanco ordenada por Mitre desorganizó toda la formación, y la noche detuvo la batalla cuando la victoria de la Confederación era ya evidente.
Los porteños tuvieron 100 muertos, 90 heridos y 2000 prisioneros, además de perder 21 cañones. Los nacionales tuvieron 300 bajas fatales. En medio de la noche, Mitre comandó una ordenada retirada hacia San Nicolás, adonde llegó pasado el mediodía siguiente con sólo 2000 hombres. Carlos D'Amico relata que (si bien jamás ganó una batalla) lo cierto es que las retiradas de Mitre, heroicas algunas, como la de Cepeda, salvaron muchas vidas. A continuación embarcó todo su ejército, y (tras un breve combate) logró trasladarlo a Buenos Aires. Al llegar a la ciudad, arengó al pueblo con una notoria falsedad: “Os devuelvo intactas las legiones que me confiasteis”.
Mitre se puso al frente de la defensa, pero el avance de Urquiza sobre Buenos Aires resultó imparable; gracias a la mediación de Francisco Solano López, hijo del presidente del Paraguay, se logró la renuncia del gobernador Valentín Alsina y la firma del Pacto de San José de Flores, por el cual Buenos Aires se reincorporaba a la Confederación, reservándose el derecho de proponer reformas a la Constitución. La reforma constitucional de 1860 sancionó la forma en que la provincia se reincorporaría a la Nación.
En 1860, Mitre fue elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires, con el encargo de terminar el proceso de incorporación de la provincia en la Nación. Presionó sobre el presidente Santiago Derqui y obtuvo una modificación de las cláusulas del Pacto de San José de Flores, en junio de 1860, por el que Buenos Aires conservaba el manejo de la Aduana por un tiempo determinado, pero se comprometía a entregar 1 500 000 pesos mensuales a la Confederación. Derqui mantuvo relaciones muy cordiales con el gobernador porteño, e incluso incorporó dos de los ministros de éste (incluido el de Hacienda, clave en las circunstancias que atravesaba su gobierno) a su gabinete nacional. Incluso prometió a Mitre permitir a Buenos Aires la elección de sus diputados nacionales de acuerdo a la ley porteña, y no de acuerdo a la Constitución y la ley nacional. También otorgó a Mitre el grado de general de la Nación.
En 1861, el presidente Derqui ordenó la intervención federal en la provincia de San Juan, debido al asesinato del gobernador. La intervención terminó con la derrota militar de los insurrectos y el fusilamiento del gobernador rebelde, Antonino Aberastain. El gobierno y la prensa de Buenos Aires (que habían festejado la muerte del gobernador legal derrocado) exigieron a Derqui el castigo del interventor federal, Juan Saá, y la reposición de los liberales en el gobierno sanjuanino. Mitre calificó el episodio como "el último estertor de la barbarie y la violencia."
Las relaciones entre Buenos Aires y el gobierno nacional se cortaron abruptamente, y los ministros porteños se retiraron del gobierno. El gobierno porteño dejó de pagar las contribuciones (que estaba cumpliendo con mucho retraso) a que se había comprometido, con lo cual pensaba ahogar económicamente a la Nación.
No obstante los diputados por la Provincia de Buenos Aires, elegidos por circunscripciones uninominales, tal como disponía la ley porteña, se presentaron a incorporarse al Congreso. Pero el 13 de abril, los diputados porteños fueron rechazados por no haber sido elegidos según la ley nacional. Inmediatamente se retiraron también los senadores electos, y Mitre anunció que no realizaría nuevas elecciones.
Derqui se instaló en Córdoba, donde organizó un ejército. Los dos bandos se prepararon para la guerra; Mitre se puso al frente del ejército porteño: quería la guerra a toda costa, ya que creía contar con fuerzas suficientes para triunfar; había incorporado a las mismas un gran número de mercenarios, reclutados en Europa por Hilario Ascasubi; y a la mayor parte de las fracciones de indígenas ranqueles.
Las fuerzas porteñas estaban mejor armadas y más disciplinadas que las nacionales, y su inferioridad numérica no parecía excesiva: 15 400 porteños contra 17 000 nacionales. El 22 de agosto de 1861 las relaciones entre Buenos Aires y la Confederación se rompieron. El 17 de septiembre de 1861 Mitre, se preparaba y esperaba en la estancia de la familia Rueda, en la Provincia de Santa Fe.
El 17 de septiembre tuvo lugar la batalla de Pavón; la caballería nacional arrolló las dos alas de los porteños, mientras la infantería porteña desplazaba a la nacional. Sin haber utilizado su reserva (formada por las mejores fuerzas entrerrianas) Urquiza abandonó el campo de batalla, y dos días después cruzó el río Paraná, regresando a Entre Ríos.
Mitre se retiró hacia San Nicolás, como dos años antes; sólo varios días después se convenció de su triunfo, no debido al resultado bélico sino a la retirada de Urquiza. Mientras tanto, Derqui trataba de reunir sus tropas en Rosario; cuando supo que no lo lograría abandonó todo y huyó a Montevideo.
Pedernera asumió el gobierno, mientras las fuerzas porteñas ocupaban Rosario y enviaban desde allí varias divisiones hacia el interior. El general Venancio Flores destruyó al resto del ejército federal en la Matanza de Cañada de Gómez, y en los primeros días de diciembre entró en la ciudad de Santa Fe. Por su parte, otra división porteña al mando de Wenceslao Paunero avanzó hacia Córdoba, donde el coronel Marcos Paz se hizo nombrar gobernador.
En Corrientes, la noticia de la victoria porteña de Pavón alentó a los liberales, que en noviembre se lanzaron a la revolución con apoyo económico y armamento de Buenos Aires. Una breve guerra civil terminó con la renuncia del desmoralizado gobernador autonomista.
Los porteños más exaltados incitaron a Mitre a desconocer la Constitución Nacional y dictar otra, que estableciera un régimen unitario. Pero el gobernador porteño tenía un plan más realista, que llevó adelante exitosamente: declaró en plena vigencia la Constitución del 53, mientras enviaba al interior varias divisiones a deponer a los federales más exaltados, cuyas legislaturas reasumirían la autoridad delegada en el gobierno nacional y a continuación delegarían esta misma autoridad en el gobernador porteño. Entre los primeros en desconocer al gobierno federal estuvo el propio Urquiza, que también declaró que reincorporaba la ciudad de Paraná a su provincia.
El 12 de diciembre, cuando hacía ya varios días que la mayor parte de los legisladores habían abandonado Paraná, Pedernera declaró en receso el gobierno nacional.
El 12 de octubre de 1862, comienza con su presidencia una etapa decisiva en la construcción de la Nación Argentina. Militar, caudillo urbano, austero e ilustrado, poeta, orador, periodista y liberal convencido. Apodado "don Bartolo" acostumbra volver caminando por la calle Florida desde la Casa de Gobierno a su casa. Mitre debe consolidar el Estado Argentino y definir su inserción en el mundo en el momento en que los ingleses dominan África y la India. México proclama emperador a Maximiliano I de Habsburgo y la guerra civil en Estados Unidos permite la intervención europea en América.
Es el primer gobierno argentino que ejerce su autoridad sobre las catorce provincias. Intenta solucionar el grave problema de la Capital definitiva de la República, cuyos antecedentes vienen de Rivadavia. En la Legislatura por cuestiones de intereses las opiniones se dividen, de un lado los nacionalistas mitristas y del otro los autonomistas, cuyo jefe es Adolfo Alsina. La provincia se niega a ceder la Capital pero accede a un compromiso según el cual las autoridades nacionales pueden residir en Buenos Aires por cinco años renovables y que se mantendría vigente hasta 1880. Mitre quiere consolidar el Estado Argentino para aprovechar el crecimiento tecnológico de Europa y vencer la tenaz resistencia del interior a la hegemonía de la Capital. Este hecho produce durante su gobierno un centenar de rebeliones encabezadas por caudillos provinciales. La premisa "civilización o barbarie" enciende la chispa de la guerra civil en el norte y oeste del territorio y, a causa de las revueltas, intervienen Córdoba, Catamarca, La Rioja, Mendoza, Santa Fe y Corrientes. En 1865, arriban los pioneros galeses al Chubut preservando sus tradiciones.
Se le da prioridad a las comunicaciones, como servicio de postas y  telégrafo conectando Buenos Aires con Rosario y Montevideo,  y al tendido de ferrocarriles; aparece el tranvía a caballo que favorece el crecimiento de distintos barrios porteños y pueblos suburbanos. Organiza la Corte Suprema de Justicia con cinco miembros y la Justicia Federal en las provincias. Nacionaliza el Código de Comercio de Buenos Aires,  encarga a Dalmacio Vélez Sársfield la redacción del Código Civil. Se reforma la Constitución en 1866. En las relaciones exteriores, España reconoce formalmente la independencia argentina. Mitre recibe las finanzas con un gran déficit y estructura nuevamente el Banco de la Provincia para poder controlar la emisión monetaria y nacionalizar la Aduana. Los estancieros más progresistas forman la Sociedad Rural Argentina. Llegan al país doscientos mil inmigrantes europeos. Educar y argentinizar a sus hijos es para los liberales de 1860 indelegable. Se asignan subsidios a las provincias para escuelas secundarias y son creados: el Consejo de Instrucción Pública y el Colegio Nacional de Buenos Aires.
La guerra de la Triple Alianza, que concluye con la derrota del Paraguay, se inicia mucho antes entre España y Portugal por la disputa de territorios que deja al Paraguay sin fronteras definidas. Este conflicto es heredado por las naciones participantes de la guerra: Argentina, Brasil y Uruguay. Mitre va al frente de las tropas y en 1865 debe delegar sus funciones en su vicepresidente Marcos Paz. En 1868 y ante el  fallecimiento de éste, se produce un vacío legal durante dieciséis días, en los cuales los ministros asumen las resoluciones indispensables para la administración del país. Por tal motivo a su regreso se sanciona la ley de Acefalía. Mitre desgastado por la guerra, carece de fuerza política para imponer sucesor, aunque sostiene la de su canciller Rufino de Elizalde. Finalmente se dispone la candidatura de Domingo Faustino Sarmiento.
En 1868, culminó su período presidencial y se declaró prescindente en cuanto a apoyar a un candidato a sucesor, dejándole de esta manera el campo libre a Domingo Faustino Sarmiento, quien asumirá ese año la primera magistratura. Mitre, por su parte, fue electo senador por Buenos Aires. En 1869 compró el diario La Nación Argentina, fundado por Juan María Gutiérrez en 1862, y lo convirtió en La Nación, cuyo primer número salió a la calle el 4 de enero de 1870, mientras se libraban los últimos combates de la Guerra del Paraguay, con una tirada de mil ejemplares.
En 1871, como muchos porteños, cayó enfermo de fiebre amarilla. Tras su recuperación el presidente Sarmiento le encomendó una misión diplomática en Brasil para terminar de definir los límites modificados tras la Guerra del Paraguay.
En 1874, se presentó nuevamente como candidato a la presidencia. Ante el triunfo del tucumano Nicolás Avellaneda, denunció fraude y se sublevó contra las autoridades electas pero fue derrotado por las tropas leales, dirigidas por el coronel Julio A. Roca. Fue detenido y trasladado al Cabildo de Luján. Durante sus cuatro meses de prisión escribió el prólogo para su Historia de San Martín y de la independencia sudamericana.
Tras dedicarse a sus investigaciones y a la labor periodística, en 1890, volvió a la acción. La desastrosa administración de Juárez Celman, con su estela de negociados y corrupción, fomentó la unión de la oposición en un gran frente conocido como la Unión Cívica, bajo la conducción de Bartolomé Mitre y Leandro N. Alem.
El 26 de julio de 1890, la Unión Cívica decidió pasar a la acción. Estalló la "Revolución del Parque". Mitre decidió ausentarse del país, dejándole todo el peso de la conducción del movimiento a Alem, quien, a pesar de contar con cierto a poyo militar, fue derrotado.
Este hecho y las negociaciones posteriores concretadas por Roca y Mitre, que desembocaron en la renuncia de Juárez Celman y la asunción de Carlos Pellegrini, fueron vistas por Alem como una traición a los postulados de la Revolución del ’90. Esto condujo a la ruptura de la Unión Cívica en dos nuevos partidos: la Unión Cívica Nacional, encabezada por Mitre, y la Unión Cívica Radical, encabezada por Alem.
Mitre influyó decisivamente a través de su prestigio político y de su diario en los gobiernos que se sucedieron entre 1890 y 1906, el año de su muerte. Nada se hacía en las filas conservadoras sin consultar a "Don Bartolo", que se reservaba la última palabra.
En 1894, fue electo nuevamente senador nacional y participó activamente en los debates sin dejar de lado la escritura. Publicó por esos años su Estudio bibliográfico lingüístico de las obras del Padre Luis de Valdivieso sobre el araucano.
En 1901, al cumplir 80 años fue objeto de grandes homenajes y festejos. Pasó sus últimos años dedicado a la dirección de La Nación y a la traducción de La divina comedia de Dante Alighieri.
Falleció a los 84 años el 19 de enero de 1906. Una multitud acompañó sus restos hasta la Recoleta.