El presente resumen los hemos
recibido en la Institución, y lo queremos compartir con los socios y vecinos y jóvenes
del pago, y expresa textual:
Estimados/as colegas, amigos/as:
El primer objetivo de la Agenda
para el Desarrollo Sostenible (ONU), es poner fin a la pobreza “en todas sus
formas y en todo el mundo” al 2030 y sin dudas, el trabajo decente es una
condición previa necesaria para lograrlo.
“El desarrollo viene con el
empleo”. Esta simple frase de la OIT resume una realidad: que el trabajo
permite a los hogares de bajos recursos superar la pobreza, y que la expansión
del empleo productivo y decente es la vía hacia el crecimiento y la diversificación
de las economías.
El empleo es un elemento esencial
para el sostenimiento y desarrollo de cualquier sociedad porque es la base de
la economía productiva y, como tal, un factor básico para el crecimiento y
funcionamiento económico. Es una relación que vincula el trabajo de una persona
con una organización dentro de un marco institucional y jurídico que está
definido independientemente de aquella, y que se constituyó antes de su ingreso
a la misma. Es una relación laboral que permanece en el tiempo y tiene un
carácter mercantil, porque se intercambia por un salario asignado
individualmente; goza de ciertas garantías jurídicas y de la protección social
y está normatizado mediante una clasificación resultante de reglas codificadas
en los estatutos profesionales o en los convenios colectivos de trabajo.
Pero el empleo funciona también
como factor de cohesión y justicia social, posibilitando la participación de
las personas, la distribución de la riqueza, la garantía de los derechos, etc.
Vincula a las personas con la sociedad y la economía en las que viven. El
acceso a un trabajo seguro, productivo y remunerado de manera justa —
asalariado o por cuenta propia — es un factor fundamental para la autoestima de
las personas y las familias, que les afirma su sentimiento de pertenencia a una
comunidad, y les permite hacer una contribución productiva.
Actualmente, se ha producido un
debilitamiento del Estado de bienestar y a la vez un fortalecimiento de los
mercados en su rol de ámbito regulador de las relaciones sociales. Por otro
lado, los cambios tecnológicos se han acelerado colaborando así para que el
trabajo y el empleo sean hoy bienes muy escasos.
Los cambios sociales derivados de
esta situación, se vinculan con grandes procesos de exclusión social y de
precarización de las relaciones laborales, con un crecimiento significativo del
desempleo y un desmantelamiento de los sistemas de protección social.
El cambio hacia un desarrollo
inclusivo y sostenible no será posible si se niega a millones de personas la oportunidad
de ganarse la vida en condiciones dignas y equitativas.
Observatorio Social
Universidad Nacional de
La Matanza
Fuente: Boletín Síntesis Clave
Nº 135