Biografía de Aníbal Troilo:
Nació el 11 de julio de 1914 en la ciudad de Buenos Aires, y poco después de
llegar a este mundo fue bautizado por su padre con el alias de Pichuco, a lo
que siempre Troilo recordaba: “Parece que mi padre tenía un amigo a quien
llamaban Pichuco. Sobre mis primeras lágrimas de niño, con su dulzura de
hombre, acaso feliz, mi padre trató de calmarme: 'Bueno, Pichuco, bueno'. Dijo
Pichuco y me quedó para siempre”. En su barrio, como en cada rincón de la
ciudad a orillas del Río de la
Plata, sonaba el ritmo nervioso y cadencioso del tango, y
Pichuco creció escuchando aquel compás que lo enamoró para siempre, mientras
permanecía sentado en los umbrales de los bares donde sólo se respiraba el
aroma de esa sensiblera música ciudadana. A los 10 años, y después de varios
intentos fallidos, finalmente logró que su madre le comprara su primer
bandoneón usado en una casa de empeño, y tan sólo tres años después Pichuco
comenzaba su carrera, de lo cual recordaría tiempo después: Mi debut ocurrió en
el Café Ferrraro, en Pueyrredón y Córdoba, yo tenía trece años y los bolsillos
llenos de miedo”. Luego de aquella primera presentación, Aníbal Troilo se
incorporó como bandoneonísta estable de una orquesta de señoritas, y al cumplir
14 años, convencido de que la música era la misión de su vida, conformó su
primer quinteto. Poco tiempo debió pasar para que el talento de este joven bandoneonísta
de tango comenzara a generar repercusiones en el ambiente, por lo que en 1930
fue contratado para formar parte de una afamado sexteto compuesto por músicos
de la talla de los violinistas Elvino Vardaro y Alfredo Gobbi, el pianista
Osvaldo Pugliese, y el bandoneonísta Ciriaco Ortiz. Fue precisamente su paso
por dicho sexteto, que dio origen a una gran amistad entre Troilo y Ciriaco, de
quien Pichuco aprendió la mayoría de los aspectos técnicos de la interpretación
del instrumento, que le permitiría alcanzar el virtuosismo que lo convertiría
en el Bandoneón Mayor. A partir de aquel momento, y gracias a su capacidad
interpretativa, Troilo comenzó a ser requerido y contratado por diversas
orquestas ya consagradas, como fue el caso de Julio de Caro, Juan Carlos
Cobián, Juan Pacho Maglio, Juan D´Arienzo y Ángel D´Agostino. No obstante, el
punto máximo de su éxito y fama llegarían con la conformación de su propia
orquesta típica, la cual nació en el año 1937, estando en aquel momento
conformada por Enrique Díaz, Orlando Goñi, Juan Miguel Rodríguez, Roberto
Gianitelli y el cantor Francisco Fiorentino. Dos años después se sumaría el
gran Astor Piazzolla, el Gato como lo llamaba Pichuco, quien con su impecable
estilística, tanto como bandoneonista y como arreglador, aportaría a la
orquesta de Troilo un caudal interpretativo único. A lo largo de los años en
que duró su orquesta, la cual se convirtió en una de las más requeridas para
los bailes en los clubes más importantes de Buenos Aires, por sus filas
transitaron algunas de las más destacadas figuras del tango, entre los que se
inscribieron pianistas como José Basso, Orlando Goñi, Carlos Figari, Osvaldo
Manzi, José Colángelo y Osvaldo Berlingheri. Otro tanto ocurrió con los
cantores, iniciándose con el Tano Fiorentino y continuando con voces como las
de Raúl Berón, Aldo Calderón, Jorge Casal, Floreal Ruiz, Roberto Goyeneche,
Alberto Marino, Tito Reyes y Edmundo Rivero, entre muchos otros. Después de una
intensa vida, en la que por supuesto no faltó el amor incondicional de su
esposa Zita y de sus miles de amigos, Troilo falleció un 18 de mayo de 1975.