Esta
semana del 14 al 20 de octubre se celebra la “Semana de la Familia” que nos ofrece
una ocasión inmejorable para reforzar el concepto tradicional de familia, no
porque corresponda a una convención social, sino porque responde a un designio
natural irrenunciable.
La
familia es una institución inmemorial, en la que la persona nace, crece y se
desarrolla, y es desde su seno que interactúa con la sociedad. Siempre es
propicio acentuar sus valores, pero más aún en estos tiempos en que las
dificultades tienden a desvalorizarla. Hace tiempo que la familia es
considerada, con total justificación, como “la célula básica de la sociedad”,
porque es en ella donde nace la vida y se define la persona, su carácter, su
personalidad, y sobre todo su educación y comportamiento social. El ejemplo que
un niño recibe dentro de su propia familia es el que lo va a marcar para
siempre en su inserción social y en su relación con el prójimo. El hombre, por
naturaleza, está destinado a vivir en familia. Así está implícito en la condición
humana; y de los seres vivientes en general, desde un principio. Es la más
fidedigna transmisora de tradición y la institución por excelencia en la que se
conservan y transfieren los valores de generación a generación. Por eso la
familia es una institución inalterable. Uno nace y muere dentro de la misma
familia, y en ella crece pero también la hace crecer y perfeccionarse. En otros
aspectos de su vida el hombre es más cambiante: el trabajo, los amigos, las
pasiones, suelen ir modificándose con el paso del tiempo. Pese al tan
contundente peso propio de la institución familiar, se vislumbran en nuestros
días algunas nuevas formas de familia, que tratan de imponerse en nombre de la
modernidad y el progreso, pero en realidad no hacen sino tergiversar y forzar
un orden natural intrínseco a la condición humana, y tarde o temprano las
consecuencias de estos desvíos suelen ser irrevocables.
La Comisión
Directiva del Club Social San Justo les desea una “Feliz y Excelente
Semana de la Familia”
a la comunidad de San Justo y La
Matanza.