CUENTO ANTIBELICISTA PARA
HIJOS DE MASONES (1931)
“— Papá, ¿sabes
lo que me vas a comprar para mi cumpleaños?
Pues… una caja
de soldados.
— Bueno, hijo
mío. Ya que te gusta esa clase de juguetes te compraré una caja… pero no de
soldados, sino de exploradores.
— ¿Y
por qué no quieres que sea de soldados?
— Porque con la
caja de soldados tendrías que jugar a hacer batallas, mientras que con la de
exploradores puedes jugar a campamentos, a marchas,
a muchas cosas, pero siempre en plan de paz.
— ¿Y
tú no quieres que yo juegue a guerras?
— No, hijo mío.
No quiero que te familiarices con la idea de formar combates. Demasiado metida
está en el ánimo de los hombres la idea de la guerra y la matanza, sin
necesidad de imbuirla también en los niños por el método de Montesorí.
— Sin embargo,
hay muchos niños que juegan con soldados de plomo, y con sables y escopetas.
— Es verdad, hay
demasiados. Pero yo quiero para ti una educación esmerada; quiero que aprendas
a respetar la vida de los hombres y de los animales; por eso nunca te compraré
cajas de soldados, ni de toreros, ni escopetas, ni sables. Te compraré
rompecabezas que te enseñen a construir, y no a destruir, juguetes mecánicos
que exciten tu curiosidad por saber cómo funcionan, aunque los rompas para ver
lo que tienen dentro; aros, pelotas, balones, etc., que te obliguen a correr y
a hacer ejercicio, pero nunca juguetes que al jugar con ellos tengas que pensar
en matar a alguien.
— ¿Y
qué importa que lo piense, mientras no lo haga?
— Es que el
pensamiento es una fuerza muy poderosa. En lo que piensa un niño, en aquello se
convierte cuando llega a hombre. Si de niño piensas en matanzas, de hombre
llegarás a matar” (“La caja de exploradores”, en Vida Masónica,
revista mensual, año VI, sept. y octubre, 1931, núms. 7 y 8, pp. 95-96).
Publicado en
José Antonio Ferrer Benimeli, La Masonería española: La Historia en
sus textos, Madrid, 1996, pp. 197-198.
Fuente: http://www.diariomasonico.com/cultura/literatura/antibelicista-masones