El
31 de mayo de 1852 son convocados los gobernadores de las provincias argentinas
por el general Justo José de Urquiza que firma el Acuerdo de San Nicolás de los
Arroyos que consagra la forma federal de gobierno y dispone la reunión de un
Congreso Constituyente en Santa Fe y nombra a Urquiza director provisorio de la Confederación Argentina.
Contexto histórico de la época: Luego de la batalla de
Caseros, donde se consagró el triunfo de Urquiza sobre Rosas, el 3 de febrero
de 1852, el vencedor, a cargo de un poder de hecho, optó por seguir una
política conciliatoria con las provincias, para lo cual comisionó a Bernardo de
Yrigóyen con la misión de lograr la adhesión de todas las provincias para
lograr la unidad nacional y transformar en jurídico su poder de facto. Urquiza
pretendía que los partidarios de Rosas se sumaran a la causa nacional,
olvidando sus rencores, bajo la consigna de “no hay vencedores ni vencidos”.
Yrigóyen obtuvo el compromiso de los gobiernos provinciales para preparar la
organización nacional, y Urquiza se convirtió en el depositario del manejo de
las relaciones exteriores, por el Protocolo de Palermo, del 6 de abril de 1852,
firmado entre las provincias de Buenos Aires y las del litoral. Por Entre Ríos,
lo suscribió Urquiza, por Corrientes, Virasoro, por Buenos Aires, Vicente
López, y por Santa Fe, Manuel Leiva. Por dicho Protocolo también se decidió dar
cumplimiento al Pacto Federal de 1831, para reunir en Santa fe, una Comisión
representativa, con facultad de convocar a un Congreso constituyente. Luego del
éxito de la misión de Yrigoyen se decidió no reunir la comisión representativa,
citándose directamente a los gobernadores, lo que se realizó en San Nicolás de
los Arroyos, al noreste de Buenos Aires, lugar en que se firmó un acuerdo, el
31 de mayo de 1852, basado en el proyecto del correntino Juan Pujol, por el
cual los gobernadores se comprometían a realizar la organización nacional bajo
el sistema federal. Concurrieron los gobernadores de Entre Ríos, Corrientes,
Santa Fe, San Luis, Buenos Aires, Mendoza, San Juan, Santiago del Estero,
Tucumán y La Rioja.
Urquiza representaba a Catamarca, a su pedido, Por el
artículo primero, de un total de diecinueve y uno adicional, el Pacto federal
de 1831, era declarado ley fundamental de la república, suprimiéndose en toda
la extensión del territorio las restricciones al comercio, navegación y al
tránsito de mercaderías. Los artículos dispuestos entre el 4 y el 13
organizaban el Congreso, encargado de dictar la Constitución. En
dicho Congreso, cada provincia estaría representada por dos diputados, cuyas
personas eran sagradas e inviolables, sin tener que traer instrucciones
especiales, y sin intereses localistas, sancionándose la Constitución por
mayoría de sufragios. El Congreso debería velar por la paz entre las
provincias, condición necesaria para su buen funcionamiento. El acuerdo creaba
el cargo de Director Provisorio, siendo designado Urquiza para ejercerlo, quien
al estar a cargo de las relaciones exteriores, quedaba facultado para emplear
los medios necesarios para restablecer la paz en caso de que fuera perturbada,
lo que le posibilitaba intervenir en las provincias. Tenía la posibilidad de
establecer la reglamentación de la navegación de los ríos interiores, y el
resto de los medios de comunicación. También se lo colocaba al frente del ejército
mientras funcionara el Congreso. Para asesorar al Director se creaba un Consejo
de Estado, cuyos integrantes eran designados por el propio Director. Los gastos
administrativos serían soportados proporcionalmente por las provincias, con el
producto de su recaudación aduanera. En un artículo adicional, se invitaba a
adherir a las demás provincias. Se trataba de Córdoba, Salta y Jujuy, que lo
ratificaron el 1 de julio. La provincia de Buenos Aires había sido representada
por el gobernador Vicente López, y antes de que éste retornara a su provincia
el Acuerdo apareció publicado en el diario “El Progreso”, provocándose un
ambiente de agitación colectiva por el exceso de facultades otorgadas a Urquiza
y por haber perdido Buenos Aires su posición de privilegio, suscribiendo el
pacto en igualdad con el resto de las provincias, perdiendo además su ejército
y sus rentas. Cuando el día 14 de julio, arribó López a Buenos aires presentó
el acuerdo a la
Legislatura, junto con un mensaje, apoyando los fines de
unión que propendía y avalando las facultades de Urquiza con el argumento de
que era necesaria una autoridad provisoria pero sólida, para asegurar el orden.
El 21 de junio se iniciaron los debates, donde Mitre, ese mismo día, lo
consideró atentatorio a la libertad del país, por crear un poder dictatorial,
despótico y arbitrario. Para Mitre se le otorgaba a Urquiza “en una mano el
dinero, en la otra las bayonetas, y disponían a sus pies, el territorio, las
leyes y los hombres”. Al día siguiente, Vélez Sarsfield hizo el ataque desde el
punto de vista jurídico, tildándolo de ilegal, al atribuirse los gobernadores
reunidos, facultades de cuerpo legislativo. A esta opinión se le opuso la del
hijo del gobernador López, Vicente Fidel López, quien adujo que no se trataba de
una nueva ley, sino de la reglamentación del Pacto Fundamental que guiaba los
destinos de la patria desde su origen. En defensa del acuerdo, se pronunció el
doctor José María Gutiérrez, ministro de gobierno, que justificó los amplios
poderes de Urquiza como necesarios para unir los elementos esparcidos.
Finalmente, en medio de disturbios, que debieron ser sofocados por las fuerzas
policiales, el acuerdo fue rechazado por amplia mayoría. En consecuencia, el
gobernador López renunció, designándose a Manuel Guillermo Pinto, Presidente de
la Legislatura,
como gobernador interino. Ante estos acontecimientos, Urquiza disolvió la
legislatura y se puso provisoriamente al mando de la provincia, dejando luego
en su lugar, al General José Galán, para dirigirse a inaugurar las sesiones del
Congreso Constituyente. El 11 de septiembre de1852 se produjo una sublevación
al mando del general Pirán que sin demasiado esfuerzo derrocó al gobernador y
recolocó en el cargo, al general Pinto. Esto provocó la separación de Buenos Aires
de la Confederación.