Siempre defendió la educación
pública y la soberanía nacional, nació en Gualeguaychú en la provincia
de Entre Ríos el 4 de julio de 1864 y era hijo de inmigrantes italianos de
Liguria. Se graduó de Doctor en Jurisprudencia en la Universidad de Buenos
Aires en 1887. Fue elegido Diputado Nacional en 1890. Dirigió durante pocos
meses los Ferrocarriles Nacionales. Posteriormente fue designado Ministro de
Justicia e Instrucción Pública por el Presidente Julio A. Roca. Su vida pública
finalizó en junio de 1901 cuando Roca le pidió la renuncia por la tensa
situación política con Mitre. De su pensamiento y obra, son dos los temas
que más pesaron en su carrera pública. Como Diputado Nacional integró una
Comisión encargada de investigar a los ferrocarriles. En un importante debate
ocurrido en 1891, Magnasco se opuso a la forma en que las compañías inglesas
aplicaban sus tarifas, evadían devoluciones al Estado previamente acordadas, y
al poder e influencia que las mismas tenían sobre las decisiones a nivel
nacional. Como consecuencia, el 24 de noviembre de 1891 se promulgó el
Reglamento General de los Ferrocarriles. Ya como Ministro de Justicia e
Instrucción Pública de Roca intentó reformar la educación pública de raíz.
Pensó que la enseñanza se había convertido en un servicio para las elites
ilustradas y además, carente de un sentimiento nacionalista. Quería
independizarse de Europa en materia de recursos humanos. Crear escuelas donde se
aprendieran las más variadas profesiones y oficios, integradas en el sistema
educativo nacional. Su verborragia y posturas poco conciliadoras, especialmente
con el pensamiento de Mitre, le provocaron una cerrada oposición durante el
debate acerca del Proyecto de Ley que impulsaba. Fue obligado a renunciar como
Ministro en junio de 1901. A
partir de allí, enseñó Derecho, publicó algunos libros y fue colaborador del
diario La Nación. Pasó
sus últimos años en la
Quinta Mandisoví que hoy es parte del Colegio Belgrano, que
mandó construir, hasta su fallecimiento el 4 de mayo de 1920.