El 28 de mayo se celebra el
Día de los Jardines de Infantes y El Día de la Maestra Jardinera
en homenaje a la educadora y escritora Rosario Vera Peñaloza.
Biografía de
Rosario Vera Peñaloza: Nació en
Atiles, en el Valle de Malazán, provincia de La Rioja, el 25 de diciembre de
1873. Hija de Eloy Vera y Mercedes Peñaloza. Quedó huérfana siendo muy niña y
fue su tía materna y madre de crianza quien le enseñó las primeras letras.
Culminó sus estudios primarios en la provincia de San Juan. En 1884 regresó a su
tierra natal, ingresó a la
Escuela Normal de La Rioja. Tenía 15 años cuando llegó a la escuela la
noticia del la muerte de Sarmiento. En
1892 se dirigió a la ciudad de Paraná: allí fue alumna de Sara C. De Eccleston,
en la Escuela Normal
de Paraná. Estudió el profesorado y, en 1894, obtuvo el título Superior de
Enseñanza. Pero sus deseos de aprender
no culminaron y estudió Trabajo Manual, Dibujo y Pintura, Ejercicios físicos,
Modelado, Tejido de Telares, Grabado, Corte y confección, Artes Decorativas, etc.
En 1900 fundó el Jardín de Infantes
anexo a la Escuela
Normal de La
Rioja, el primero de una larga serie que se jalonaría en las
ciudades de Córdoba, Buenos Aires y Paraná, abocándose al estudio de planes y
programas de educación preescolar. En
1906 fue nombrada vicedirectora de la Escuela Normal de La Rioja y al año siguiente
ocupó el mismo cargo en la Escuela Provincial "Alberdi" de
Córdoba. En Buenos Aires fue directora
de la Escuela Normal
N° 1 "Roque Sáenz Peña" entre 1912 y 1917. Con suma sencillez y
modestia, sustituía al profesor que faltaba y más de una vez a los
especialistas en Ciencias o Letras, con la ventaja de desempeñarse siempre como
eximia pedagoga. Cuando tomó la dirección, la escuela tenía una matrícula de
227 alumnas, el Normal y 300 en el Curso de Aplicación. Cuando dejó el cargo,
la escuela contaba con más de 1.500 alumnas. Fue nombrada también Inspectora de las
Escuelas Municipales, además de dictar las cátedras de Pedagogía y Matemática
en la Escuela Normal
"Del Divino Maestro", incorporada al Profesorado en Lenguas Vivas. Luego, fue injustamente declarada cesante,
situación que se reparó en el año 1924 al designarla Inspectora de Enseñanza
Secundaria Normal y Especial. En este cargo se desempeñó hasta su jubilación,
por razones de salud, en el año 1926 A
pedido del Dr. Carlos María Biedma, fundador de la Escuela Modelo,
recorrió el país impulsando la enseñanza popular y dictando conferencias y
cursos para transmitir la utilización de las nuevas técnicas y para fundar
bibliotecas. Desde el inicio de su
carrera, tuvo un sueño que se concretó en 1931. El Museo Argentino en el
Instituto Félix Bernasconi. La idea del museo se basaba en la teoría pedagógica
de Joaquín V. González, la geografía como base de toda enseñanza que, si bien
fue bastante resistida por sus pares, fue el motor que generó la creación del
museo. A él le dedicó 17 años de su vida en forma gratuita. Estableció una
correlación de materias y de temas. Rosario Vera agregó a las salas del Museo
elementos regionales como preparación de dulces, trenzados, danzas folclóricas,
instrumentos musicales autóctonos. Creó también la cátedra de estudios
folklóricos en la que los maestros aprendían a conocer y utilizar elementos del
acervo nativo para mantener el carácter nacional en un país con tanta
inmigración. Entre su reducida obra
escrita se encuentran: "El hombre que rehusó el Olimpo"; "Los
hijos del sol"; "Historia de la Tierra"; "Un viaje accidentado";
"Cuentos y Poemas" y "Pensamientos breves sobre juegos
educativos". Martha Salotti, su
alumna, editó tras la muerte de Rosario doce trabajos científicos y el
Instituto Sanmartiniano le confirió el Primer Premio por su "Credo
Patriótico" y una condecoración por "Vida del General San
Martín", adaptada para los niños. El
avance del nivel Inicial en Argentina se debió al impulso dado por la Asociación Pro-difusión
del Kindergarten encabezada por R. V Peñalosa, acompañada por Custodia Zuloaga
y otras. A este grupo de maestras pertenece el texto "El kindergarten en la Argentina, didáctica
froebeliana", en donde se perfila la planificación didáctica y la
normativa vigente, en esa época, anterior a la organización de la formación de
la maestra jardinera. Para Rosario Vera Peñaloza, el juego en el jardín de
infantes adquiere un valor de estrategia casi excluyente y lo confirma cuando
dice: "... es así
como trabajamos aunque parezca que jugamos". Se brindó generosamente para dictar
cursos para jardineras, que más tarde tuvieron reconocimiento oficial. Rosario Vera Peñaloza no sólo fue difusora de
los principios de Froebel y Montessori, sino que se dedicó a estudiarlos,
compararlos y adaptarlos a la realidad argentina. Logró ensamblar la rigidez
montessoriana con el excesivo simbolismo froebeliano; es decir, que adecuó el
material didáctico realizándolo con desechos para que estuvieran al alcance de
toda la población; recomendaba la observación de la naturaleza y el
aprovechamiento de los variados e innumerables materiales que proporciona. Con
algodón, paja, lana, piedras o arena podían, las maestras, permitirse una mayor
creatividad con bases científicas, nada librado a la improvisación. Rosario Vera Peñaloza dio mucha importancia a
la utilización de la mano como activadora de la función cerebral y como
instrumento a través del cual el niño se expresa en forma creadora. Con motivo
de cumplir sus bodas de oro con la docencia, se formó una comisión de homenaje
que se encargó de recibir las adhesiones que llegaban de todo el país y de
Chile, Uruguay y Perú. Se recogieron firmas de colegas, alumnos, ex alumnos y
amigos en un álbum ilustrado con el siguiente texto: "A
Rosario Vera Peñaloza, espíritu superior, noble y generoso, mujer abnegada y
educadora ejemplar, que se ha dado y se da por entero a la educación, sin
reparar en sacrificios y sin esperar recompensa y que tiene ganado, en buena
ley, por su vasta cultura, su clara inteligencia, y su gran corazón el título
de MAESTRA DE LA PATRIA,
devotamente le ofrecen sus amigos de todo el país, colegas, admiradores, ex
discípulos, este modesto recuerdo en sus bodas de oro con la escuela argentina.
Día del Maestro, 11 de septiembre de 1945". El 28 de mayo de
1950 falleció, a los 77 años. En su homenaje, esa fecha fue declarada Día
Nacional de los Jardines de Infantes.