La Organización Mundial de la Salud
eligió el 14 de junio como el día dedicado a reconocer a los millones de
personas que, al donar sangre, salvan vidas y mejoran la salud del prójimo. Este
Día Mundial pone de relieve la importancia de donar sangre periódicamente para
prevenir la escasez en hospitales y clínicas, sobre todo en los países en
desarrollo, donde las reservas son exiguas.