En el día de hoy se celebra un
nuevo aniversario del Día del Ferroviario y también del traspaso de los
ferrocarriles ingleses al Estado Argentino, hecho que ocurrió el 1º de marzo de
1948.
Ese histórico
día ante una multitud llenó la
Plaza de los Ingleses frente a la estación Retiro para
festejar la nacionalización de los ferrocarriles.
Haciendo un poco
de historia diremos que el Ferrocarril Oeste de Buenos Aires (FCO), inaugurado
en la ciudad de Buenos Aires el 29 de agosto de 1857, fue el primero que se
construyó en el país, con capitales nacionales y el principio de lo que sería
uno de los diez países con mayor kilometraje de red ferroviaria del mundo.
Sin embargo los
gobiernos liberales y su política de entrega garantizando tarifas, basándose en
las utilidades que las propias empresas inglesas informaban en sus balances,
cediendo tierras y además con asesores o gerentes que eran también funcionarios
de gobierno, fueron dejando en manos extranjeras el manejo de los
ferrocarriles.
Con el correr de
los años los capitales ingleses y franceses fueron los que terminaron de
desarrollar los distintos ramales principalmente para acceder a los puertos de
Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca, Mar del Plata y Neuquén. En el año 1870 la
red contaba con 772
kilómetros de vías, para 1900 ya estaba en los 16.500 kilómetros
de vías, en 1915 contaba con 33 mil kilómetros y para 1947 ya eran 42.700 kilómetros
de vías, de los cuales 29.000 habían sido construidos por capitales ingleses y
franceses.
Capitales
principalmente de origen británico que financiaban el crecimiento de la red
ferroviaria pero a su vez condicionaban el desarrollo de la industria nacional.
Las empresas que participaban en el negocio eran en su gran mayoría británicas
y pertenecían al mismo grupo de intereses que invertían en la red ferroviaria.
Con respecto al tema, Scalabrini Ortiz decía: “El ferrocarril no es
argentino nada más que para maniatar, para usar, sofocar y explotar los
productos naturales, es decir, que sólo es argentino como factor primordial del
antiprogreso”.