Hay hechos en la historia que forman
parte de esta gran nación que es nuestra República Argentina.
La Constitución
Argentina de 1853 fue la primera constitución que
rigió en toda la actual República Argentina; aprobada con el apoyo general de
los gobiernos provinciales (con la importante excepción del Estado de Buenos
Aires, que se separó de hecho de la Confederación Argentina
hasta 1859) fue sancionada por una Convención Constituyente reunida en Santa
Fe, y promulgada el 1 de mayo de 1853 por Justo José de Urquiza, a la sazón
Director Provisional de la Confederación Argentina. Sometida a varias
reformas de diferente envergadura, la Constitución de 1853 es, en lo substancial, la
base del ordenamiento jurídico vigente en la Argentina.
La Constitución de la Confederación Argentina se inicia con el
siguiente preámbulo que enumera los fines generales de la Constitución:
“Nos, los representantes del pueblo de la Confederación Argentina
reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias
que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de
constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior,
proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los
beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos
los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando la
protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y
establecemos esta Constitución para la Confederación Argentina.”