La historia no
solo esta en las acciones heroicas del abogado general Manuel Belgrano y el
general José de San Martín, entre otros patriotas, hoy a 32 años del
hundimiento del ARA General Belgrano nuestro “Homenaje a los 323 Hombres de
Valor y Honor de nuestra Patria que dieron su vida en la Epopeya de Malvinas”.
En una breve
reseña histórica del “ARA General Belgrano C-4” de nuestra Armada Argentina: El “USS Phoenix” fue vendido a la Argentina con otro de su
clase el “USS Boise” CL-47, en
octubre de 1951, por la suma de 7,8 millones de dólares. Fue rebautizado “ARA 17 de Octubre” fecha emblemática del
partido justicialista que lideraba el entonces presidente Juan Domingo Perón.
Perón fue derrocado en 1955, mediante un sangriento Golpe de Estado y en ese
año el buque, que había sido nave insignia de las fuerzas sediciosas, al mando
del almirante Isaac Francisco Rojas quien había tomado parte en las acciones de
guerra revolucionaria el 16 de septiembre de 1955, fue rebautizado como “ARA General Belgrano C-4”, en homenaje al general y
abogado Manuel Belgrano, héroe de la independencia de Argentina que había
fundado la Escuela
de Náutica en 1799. En el año 1967 le fueron implantadas lanzaderas de misiles Sea
Cat. Nunca fue dotado de sistemas antisubmarino, ni de censor, ni de ataque. En
el mes de diciembre de 1978 participó en la Operación Soberanía,
destinada a invadir las islas al sur del Canal Beagle.
Al inicio de 1982
recibió a 120 cadetes navales, y se dirigió en misión de adiestramiento al sur
de la Argentina. En
la Bahía de
Punta Este realizó ejercicios de tiro con toda su artillería.
En el servicio a
la Guerra de
las Islas Malvinas enunciamos que el 12 de febrero de 1982 se dirigió a Puerto
Belgrano para el mantenimiento que cada año se daba al crucero. Aunque se
habían añadido tecnologías de radar y misiles, el barco estaba en malas
condiciones de turbinas y no podía alcanzar más de 18 nudos. Entonces, su
comandante era el Capitán Héctor Bonzo.
Durante esta
puesta a punto recibió la noticia de las crecientes dificultades con el
gobierno del Reino Unido acerca de la soberanía de las Islas Malvinas. Así los
trabajos tuvieron que detenerse debido a la necesidad de emplear a los obreros
en la disposición de las demás unidades. El 2 de abril toda la tripulación del
crucero fue avisada de la operación anfibia que las restantes unidades de la
escuadra realizaron para tomar las islas Malvinas.
El barco recibió
el resto de la tripulación para tiempos de guerra, completando 1091 tripulantes
y dos civiles que trabajaban en la cantina y que rehusaron dejar el barco,
aunque sabían que ahora zarparía en misión de guerra, de hecho ellos fueron de
los primeros en morir pues el primer torpedo dio en la zona de la cantina.
El gobierno
británico por su parte, tras enviar a dos submarinos nucleares a la zona y
preparar el envío de un contingente más importante después, estipuló la
creación de una zona de exclusión
que comprendería una circunferencia de 200 millas o sea 370 kilómetros,
centrado en latitud 51° 40' Sur y longitud 59° 30' Oeste del centro geográfico
de las Islas Malvinas.
El ARA General
Belgrano zarpó el 16 de abril de 1982 formando parte de la “Fuerza de tareas 79 número 3 (GT
79.3) con las siguientes instrucciones:
Zarpar al teatro de operaciones y
estacionarse en la Isla de los Estados. Derrotar la costa es decir,
seguir un rumbo paralelo a la costa y tratar de velar intenciones.
Tareas: Vigilar los accesos Sur
al teatro de operaciones; Interceptar unidades enemigas; Disuadir en el marco
regional; Evitar el contacto táctico con unidades del enemigo dotadas de
misiles antibuque; Y en caso necesario y de acuerdo con la situación,
reabastecerse en la Base
Naval Ushuaia.
El barco recibió
también orden de navegar en silencio pues unidades británicas podrían
encontrarse en las inmediaciones.
El 19 de abril,
llegó a la Isla de los Estados. Allí realizó ejercicios de
tiro donde se descubrieron problemas en la munición de los cañones antiaéreos Bofors
40 mm.
Por eso y por necesidad de reabastecimiento se dirigió luego a la base de
Ushuaia.
El 24 de abril
zarpó de nuevo hacia la Isla de los Estados. Ese mismo día los argentinos
descubrieron a la primera Fuerza de tareas británica que se dirigía al teatro
de operaciones. Se trataba de dos portaaviones y siete destructores. El GT 79.3
recibió órdenes de permanecer en la zona de la Isla de los Estados y el Banco Burdwood para
interceptar y neutralizar unidades enemigas de acuerdo con las demás fuerzas de
tarea. Se unieron a la GT
79.3, que desde entonces fue llamada “Peñón”,
los destructores “RA Piedra Buena” y
“ARA Bouchard” y el
petrolero “ARA Puerto Rosales”.
Los días
siguientes fueron de ejercicios y de continuas misiones de reconocimiento por
parte del helicóptero “Alouette” embarcado
en el Belgrano. El 29 de abril recibieron permiso de usar cualquier armamento
en contra de las unidades británicas que descubrieran.
En los sucesos en el Atlántico
Sur durante el hundimiento del Belgrano se acontece que el 1 de mayo durante
una operación LOGOS, los destructores avisaron de un inminente ataque aéreo
británico. En realidad se trataba de un avión argentino con problemas de radio.
Ese mismo día se recibieron nuevas tareas debido a que el grueso de las
unidades británicas se encontraba apoyando acciones de bombardeo en las Islas
Malvinas: el grupo Peñón debía dirigirse al meridiano del enemigo, y atacar con
misiles a los buques británicos que operaran hacia el Sur de Malvinas.
El 2 de mayo
recibió el ataque con torpedos del submarino “MS Conqueror” fuera del área de exclusión militar de 200 millas de radio
establecida por el Reino Unido.
Llegadas las 16.00 hora de Argentina de ese 2 de mayo, Margaret Thatcher
se reunía con su gabinete de guerra en la residencia campestre de Checkers,
cercana a Londres. Fue durante esa reunión que se dio la orden al comandante
del Conqueror de hundir el crucero. Los dos torpedos de los tres lanzados que
recibió el crucero determinaron su hundimiento con la pérdida de 323 de nuetros marinos.