El
Telescopio espacial Hubble está situado en los bordes exteriores de la
atmósfera, en órbita circular alrededor de la Tierra a 593 kilómetros sobre
el nivel del mar, que tarda en recorrer entre 96 y 97 minutos. Fue puesto en
órbita el 24 de abril de 1990 como un proyecto conjunto de la NASA y de la ESA. El telescopio puede
obtener resoluciones ópticas mayores de 0, segundo de arco. Tiene un peso en
torno a 11.000 kilos, es de forma cilíndrica y tiene una longitud de 13,2 m y un diámetro máximo
de 4,2 metros.
El telescopio es reflector y dispone de dos espejos, teniendo el principal 2, 4 metros de diámetro. Para
la exploración del cielo incorpora varios espectrómetros y tres cámaras, una de
campo estrecho para fotografiar zonas pequeñas del espacio (de brillo débil por
su lejanía), otra de campo ancho para obtener imágenes de planetas y una
tercera infrarroja. Mediante dos paneles solares genera electricidad que
alimenta las cámaras, los cuatro motores empleados para orientar y estabilizar
el telescopio y el equipos de refrigeración de la cámara infrarroja y el
espectrómetro que trabajan a -180
ºC. Desde su lanzamiento, el telescopio ha recibido
varias visitas de los astronautas para corregir diversos errores de
funcionamiento e instalar equipo adicional. Debido al rozamiento con la
atmósfera (muy tenue a esa altura), el telescopio va perdiendo peso muy
lentamente, ganando velocidad, de modo que cada vez que es visitado, el
transbordador espacial ha de empujarlo a una órbita ligeramente más alta. La
ventaja de disponer de un telescopio más allá de la atmósfera radica
principalmente en que ésta absorbe ciertas longitudes de onda de la radiación
electromagnética que incide sobre la
Tierra, especialmente en el infrarrojo lo que oscurece las
imágenes obtenidas, disminuyendo su calidad y limitando el alcance, o
resolución, de los telescopios terrestres. Además, éstos se ven afectados
también por factores meteorológicos (presencia de nubes) y la contaminación
lumínica ocasionada por los grandes asentamientos urbanos, lo que reduce las
posibilidades de ubicación de telescopios terrestres. Desde que fue puesto en
órbita en 1990 para eludir la distorsión de la atmósfera - históricamente, el
problema de todos los telescopios terrestres -, el Hubble ha permitido a los
científicos ver el Universo con una claridad jamás lograda. Con sus
observaciones, los astrónomos confirmaron la existencia de los agujeros negros,
aclararon ideas sobre el nacimiento del Universo en una gran explosión, el Big
Bang, ocurrida hace unos 13.700 millones de años, y revelaron nuevas galaxias y
sistemas en los rincones más recónditos del cosmos. El Hubble también ayudó a
los científicos a establecer que el sistema solar es mucho más joven que el
Universo. En principio se pensó traer el telescopio de vuelta a la Tierra cada cinco años para
darle mantenimiento, y que además habría una misión de mantenimiento en el
espacio en cada periodo. Posteriormente, viendo las complicaciones y riesgos
que involucraba hacer regresar el instrumento a la Tierra y volver a lanzarlo,
se decidió que habría una misión de mantenimiento en el espacio cada tres años,
quedando la primera de ellas programada para diciembre de 1993. Cuando al poco
tiempo de haber sido lanzado, se descubrió que el Hubble padecía de una
aberración óptica debida a un error de construcción, los responsables empezaron
a contar los días para esta primera misión de mantenimiento, con la esperanza
de que pudiera corregirse el error en la óptica. A partir de que en esa primera
misión de mantenimiento se instaló un sistema para corregir la óptica del
telescopio, sacrificando para ello un instrumento (el fotómetro rápido), el
Hubble ha demostrado ser un instrumento sin igual, capaz de realizar
observaciones que repercuten continuamente en nuestras ideas acerca del
Universo. El Hubble ha proporcionado imágenes dramáticas de la colisión del
cometa Shoemaker-Levy 9 con el planeta Júpiter en 1994, así como la evidencia
de la existencia de planetas orbitando otras estrellas. Algunas de las observaciones
que han llevado al modelo actual del universo en expansión se obtuvieron con
este telescopio. La teoría de que la mayoría de las galaxias alojan un agujero
negro en su núcleo ha sido parcialmente confirmada por numerosas observaciones.
En diciembre de 1995, el telescopio fotografió el campo profundo del Hubble,
una región del tamaño de una treinta millonésima parte del área del cielo que
contiene varios miles de galaxias. Una imagen similar del hemisferio sur fue
tomada en 1998 apreciándose notables similitudes entre ambas, lo que ha
reforzado el principio que postula que la estructura del Universo es
independiente de la dirección en la cual se mira.
Las
mejores imágenes del telescopio espacial hubble.
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