CLUB SOCIAL SAN JUSTO
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"Al Servicio de la Comunidad de San Justo y La Matanza"

martes, 25 de febrero de 2014

Carlos Páez Vilaró

Biografía de Carlos Páez Vilaró: Nació en Montevideo el 1 de noviembre de 1923 en una familia acomodada, este autodidacta partió en su juventud a Buenos Aires, donde se vinculó a las artes gráficas. A su regreso, en la década de 1940, se apasionó por el mundo de la cultura afrouruguaya: para conocerlo de cerca se instaló en el conventillo Mediomundo, un caserón habitado por familias negras, hoy demolido, donde pintaba ropa para las comparsas, decorando sus caras y tambores o componiendo candombes, pero pronto pasó a pintar escenas sobre las lavanderas, los velorios o los casamientos de la comunidad.
Su fascinación por ese tema lo llevó luego a Brasil y a recorrer África. Sobre su experiencia en ese continente realizó el documental "Batouk" (1967), junto al francés Jean-Jacques Manigot. Pintó centenares de obras y realizó múltiples exposiciones, pero sobre todo dejó su sello en monumentales murales en Argentina, Australia, Brasil, Camerún, Chile, Congo, Estados Unidos, Gabón, Panamá y Polinesia, muchos en hospitales, en el marco de su cruzada "Color para el dolor".
En una oportunidad dijo "Si la pintura de caballete nace confinada a actuar dentro de un escenario elitista, reservado para el goce íntimo de quien puede adquirirla, el arte mural en cuestión es un mensaje despojado de egoísmo, abierto a todos".
En 1972, su nombre ganó una notoriedad mundial extra-artística. Su hijo Carlos viajaba en el avión que transportaba a rugbistas uruguayos a Chile y que cayó y desapareció en la Cordillera de los Andes. Páez Vilaró colaboró con la búsqueda, que continuó tenazmente cuando terminó el operativo oficial, reclutando voluntarios, consultando a videntes e internándose en la montaña.
Finalmente su hijo estuvo entre los 16 sobrevivientes de la tragedia y Páez plasmó esa búsqueda en su libro "Entre mi hijo y yo, la Luna" (1982).
A medio camino de la crónica y la biografía, entre otros títulos publicó además "Así te veo... Montevideo" (1985), "Cuando se pone el sol" (1993) y "Arte y parte" (1995). Tras ser homenajeado en el Parlamento en agosto de 2013, el artista se definió como un "hacedor" de cosas. "He sido un intento: intenté la cerámica sin ser alfarero, intenté la construcción sin ser arquitecto, intenté la pintura sin maestros, intenté la música haciendo candombe pero sin ser compositor. Soy un hacedor", dijo entonces. Sus restos serán inhumados hoy en el panteón de la gremial de autores uruguayos, tras ser velados en el salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.
Un apasionado por el candombe y la cultura afrouruguaya, temas predominantes en una prolífica obra que abarcó la pintura, la escultura, la cerámica, el cine, la música y las letras, Páez Vilaró participó hace pocos días tocando el tambor (como desde hace casi 50 años) en el tradicional desfile de Llamadas de Montevideo. "El último desfile lo realizó con nosotros, con todo el esfuerzo", recordó el director de la comparsa Cuareim 1080, Waldemar "Cachila" Silva. Sus soles y personajes con su trazo inconfundible pueden encontrarse en lienzos y murales en edificios públicos y viviendas privadas de todo el país. También le dieron color a los aviones de la desaparecida aerolínea uruguaya Pluna o a una línea nacional de vajilla.
Ayer 24 de febrero de 2014, a los 90 años de edad falleció en Casapueblo, en su casa-museo-taller modelada con sus propias manos sobre los acantilados en Punta Ballena.