EL 18 DE FEBRERO ES EL DIA
INTERNACIONAL DEL SINDROME DE ASPERGER.
En los últimos años cada vez se habla más del Síndrome de Asperger en medios televisión, radio, prensa, cine, pero, lejos de estar afianzándose una visión realista sobre el Síndrome, cada vez parece distorsionarse más la auténtica realidad que hay tras esta condición y que con la revisión del DSM-5 va a ser diluida dentro de los Trastornos del Espectro del Autismo.
En los últimos años cada vez se habla más del Síndrome de Asperger en medios televisión, radio, prensa, cine, pero, lejos de estar afianzándose una visión realista sobre el Síndrome, cada vez parece distorsionarse más la auténtica realidad que hay tras esta condición y que con la revisión del DSM-5 va a ser diluida dentro de los Trastornos del Espectro del Autismo.
Y es que no paran de sucederse
acontecimientos extraordinarios que generan impactos mediáticos y portadas,
generalmente poco afortunadas. Grupos de activistas del Síndrome de Asperger
tratan de lanzar una imagen determinada de esta condición, a pesar de que
tampoco se ajusta con la realidad. Se lanzan mensajes al respecto que si Einstein,
Da Vinci, Isaac Newton, y una larga lista de personajes históricos, tenían esta
condición. Luego un acto criminal llevado a cabo por un desequilibrado, que
asesina a un grupo de niños en los EE.UU. (El país por excelencia de los
asesinatos en masa), tira al suelo todo ese intento de dulcificar la condición.
Existe también una tendencia para afirmar que el Asperger es una versión leve
del Autismo, y que las personas con Asperger son muy inteligentes y que tan
sólo tienen ciertas carencias en los aspectos sociales que bien pueden ser
identificadas como “rarezas”.
Sin embargo, la verdadera
realidad a la que las personas con Síndrome de Asperger tienen que enfrentarse
cada día nada tiene que ver ni con los personajes famosos con los que se
relaciona presuntamente el Síndrome, ni tampoco el Asperger parece tener nada
de leve, ni las personas con Asperger son una especie de genios con rarezas en
su comportamiento social.
El Síndrome de Asperger es un
trastorno que afecta de por vida a la persona. Incide principalmente en
aspectos relacionados con la interacción social y la expresión de la
afectividad, el lenguaje y la literalidad, conductas restrictivas e intereses
restringidos. En cuanto a sus capacidades intelectuales entran en su gran
mayoría dentro de la normalidad social, existiendo casos donde hay una
superdotación intelectual y casos donde tenemos una situación de inteligencia
límite. Debido, en muchos casos, a los intereses restringidos, las personas con
Asperger pueden ser unos auténticos especialistas en alguno de sus temas de
interés, pero luego tener graves problemas a la hora de realizar acciones de
carácter social o demostrar una total incapacidad para poder desenvolverse en
una conversación que hable sobre el clima.
A su vez, pueden presentar
Trastornos del Procesamiento Sensorial, generalmente de tipo auditivo y visual,
que pueden crearles problemas severos en ambientes normalizados para el
conjunto de la sociedad (Un centro comercial, una estación de autobús, un
mercado,…).
Algunas personas con esta
condición presentan un grado de incidencia de este tipo de alteraciones más
bajo, a pesar de que los aspectos nucleares del Asperger están todos presentes,
pudiendo crear a la persona estados continuados de ansiedad y estrés emocional
en sus intentos por tener una aceptación social. En otros casos el nivel de
incidencia será muy elevado, generando un nivel de aislamiento por decisión
propia, que les puede suponer cierta etiqueta de huraños, pero que les permite
tener un nivel de tensión emocional mucho más bajo que a sus pares con un nivel
menos intenso.
El Síndrome de Asperger NO es una versión leve del autismo, y tampoco es
una enfermedad. A pesar de que comparte muchas de sus bases, la forma en que se
expresa es diferente. Los mayores puntos de conexión se dan cuando se
establecen las comparaciones entre grupos de personas con Síndrome de Asperger
y con Autismo de Alto Funcionamiento a partir de la adolescencia, donde más
coincidencias y solapamientos vamos a encontrar, y donde más problemas sociales
van a compartir.