En el año 1863,
el gobierno Argentino le otorgó a la compañía, manejada por el ingeniero Guillermo
Wheelwright (que teóricamente los capitales eran británicos), una concesión
para construir y explotar una línea de ferrocarril entre las ciudades de Rosario
(un puerto en el sur de la
Provincia de Santa Fe, sobre el Río Paraná) y Córdoba (una
gran ciudad cerca del centro geográfico del país y capital de la provincia del
mismo nombre). El permiso incluía una cláusula por la que las tierras
adyacentes cedidas por el Estado Nacional debían ser pobladas.
El Ferrocarril
Central Argentino (F.C.C.A.) se comienza a construir el 25 de abril de 1863,
iniciándose el tendido a partir de la ciudad de Rosario. La línea de trocha
ancha (1,676 m)
avanzó hacia el oeste, alcanzando el 1 de mayo de 1866 la población de Cañada
de Gómez, abriéndose al servicio el primer tramo, de 71 kilómetros
El 1 de
septiembre de 1867 la línea llega hasta Villa Nueva (hoy Villa María), a 253 kilómetros de su
inicio. Y en ese punto se paralizan las obras.
El ministro
Rawson presenta su protesta por la paralización de los trabajos. Además, las
quejas de los usuarios por la deficiente calidad del servicio prestado no dejan
de aumentar. La estación central de Rosario ni siquiera se ha comenzado a construir.
Las estaciones intermedias no existen. El telégrafo no se ha implantado. La
compañía argumenta que si no se hace entrega de las tierras pendientes no
pueden continuar los trabajos. La realidad es que requieren nuevos aportes
financieros que, nuevamente, saldrán de las arcas públicas.´
Por ley del 12
de septiembre de 1867, el Gobierno autoriza la realización de un nuevo aporte
de 1.500.000 pesos fuertes, que se suman a las cantidades previamente aportadas
(200.000 pesos fuertes como suscripción de acciones, 214.952 como ganancia
garantizada sobre las cantidades invertidas en la construcción hasta Villa
Nueva (cantidades que, en realidad, nunca fueron realmente invertidas por la
empresa contratista).
El convenio por
el cual se hace este aporte, dice que el Gobierno entrega títulos por 1.000.000
de pesos fuertes, y recibe a cambio acciones por 750.000. Ejemplo flagrante de
corrupción, ya que este convenio está firmado el 12 septiembre de 1867 por el
doctor Lucas González, en nombre del Gobierno, como Ministro de Hacienda, y a
favor del Ferrocarril Central Argentino. En Junio de 1868, el mismo Lucas
González firmará otros documentos, pero entonces lo hará en representación del
mismo ferrocarril.
Finalmente, el
13 de marzo de 1870, el trazado llega hasta la ciudad de Córdoba, y la línea es
inaugurada oficialmente por el Presidente Domingo Faustino Sarmiento el 13 de
abril del mismo año. Era la línea ferroviaria más larga del país en ese tiempo,
y el primero en unir dos provincias.
La estación
terminal de Rosario, la
Estación Rosario Central, finalmente se comienza a construir
en 1868 y se completa también en 1870.
La inauguración
oficial de la línea daba derecho a la empresa a percibir la suma de 553.280
pesos fuertes anuales, correspondientes al 7% garantizado de las 6.400 libras por milla
estipuladas en el contrato. Esa suma debía proceder de los ingresos por
transporte de pasajeros y mercancías, y completada por la Administración, tal
como garantizaban los contratos suscritos.
Durante 18 años
no se construyó un solo kilómetro más de vía. En 1888 la línea mantenía los
mismos 396 kilómetros.