Hoy
es un día especial, en el cual se Conmemora los 70 años del “Día de la Lealtad” al General Juan Domingo Perón,
que genero un cambio historio, en la política y para el pueblo de la República
Argentina; Siempre que se da lectura a artículos periodísticos, que ilustran nuestro pasado y no esta a mano para su lectura, he aquí
uno que nos muestra esa cronología desde el punto de partida de la época, y
expresa textual:
De las “patas en la fuente”
al ARSAT-1
Por
Maximiliano Borches
El 17 de octubre
de 1945 fue una bisagra histórica, que terminó con la exclusión e
invisibilización que desde 1852, les venía imponiendo a las masas populares de
la Argentina profunda, ese paradigma de Estado y gobierno liberal,
profundamente identificado con los intereses imperiales británicos y los de un
puñado de oligarcas transformados en ricos por el robo de tierras a Mapuches,
Tehuelches, Guaraníes, y otros pueblos originarios; y que nace con la traición
del general Urquiza y afirma sus bases con el gobierno de otro General,
responsable de la muerte de miles de gauchos argentinos y paraguayos: Bartolomé
Mitre.
Desde entonces,
su proyecto de una argentina “europeizada” y alejada de sus costumbres y
cultura local –constituida en un sentir americanista, como lo expresara San
Martín, Belgrano, Juana Azurduy, y los generales Andresito Guacurarí Artigas,
Felipe Varela, Mansilla y Don Juan Manuel de Rosas, entre tantos otros
patriotas-, mantuvo a las mayorías populares al margen de la participación en
la vida política nacional, siempre a fuerza de explotación y represión. A
principios del Siglo XX, con la formación de los primeros sindicatos que
nucleaban a trabajadores de distintos oficios, en las ciudades argentinas que
comenzaban a masificarse, las voces de los callados a la fuerza, tanto criollos
como extranjeros, que llegaron a esta tierra perseguidos por la misma
explotación y represión de las que eran víctimas en sus países de origen,
comenzó a delinear un movimiento obrero organizado, que de a poco tomaba la
estatura de un gigante. Estos trabajadores, afincados ya en los nuevos barrios
y ciudades que iban naciendo, comienzan a tener voz y sus históricos reclamos
empiezan a ser escuchados, por primera vez, por un Coronel de la Nación,
devenido en secretario de Trabajo en 1943, llamado Juan Domingo Perón. Este
hombre, hijo bastardo de una mujer tehuelche, rápidamente se constituyó en la
figura central de un proceso de transformación social, económico y político,
que en su origen, se combinaba la procedencia de este Coronel del pueblo con la
misma que tenían millones de compatriotas.
Esta revolución,
que a mediados de la década del cuarenta resultaba imparable, tuvo su epicentro
el 17 de octubre de 1945, cuando la oligarquía local y sus lacayos, encarcelan
a Perón en la Isla Martín García. Allí, una masa anónima, forjada en el trabajo
y el sudor cotidiano, invisible para los “cajetillas” de los principales
centros urbanos y estancias del país…un verdadero “subsuelo de la patria
revelado”, acude de a miles, cruzando puentes, caminando y viajando cientos de
kilómetros, y hasta pasando a nado el Riachuelo, para pedir por la liberación
del entonces “Coronel del Pueblo”. Allí nace, la historia de amor más profunda
y transformadora entre un pueblo y su líder.
Luego de
gestarse el nacimiento del movimiento de masas más importante de la historia
argentina y latinoamericana, los sectores mayoritarios de la República
comenzaron a ocupar el protagonismo que durante casi un siglo habían perdido, y
sus reivindicaciones comenzaron a transformarse en realidades efectivas, al
amparo –también- del susurro, la contención y la entrega sin renuncias de
aquella mujer, convertida en ángel y musa de la revolución Justicialista, que
no dudó un segundo en llevar a la práctica aquello de : “donde hay una
necesidad, existe un derecho”: Evita Perón.
De esta manera,
el peronismo, único movimiento de masas del mundo, nacido en el Siglo XX, que
continúa vigente en el Siglo XXI con el indudable apoyo de las mayorías
populares, transcendió su aspecto político, para convertirse en un proceso
cultural argentino, que se encuentra enraizado en las costumbres más genuinas y
ancestrales de nuestra diversa Nación.
Este mismo
peronismo, logró renovarse y adaptarse a los cambios de época –pero siempre
atento a las necesidades populares- a partir del 2003, con la llegada de Néstor
Kirchner al gobierno, y desde entonces, y principalmente ahora, con la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la “Presidenta Coraje”, que con la
misma sensibilidad y amor demostrado por Evita, abraza a los humildes de la
patria y conduce los destinos de nuestro país, en una dirección de soberanía e
independencia definitiva.
Tanto es así,
que el pasado 16 de octubre, previo al “Día de la Lealtad”, nuestro país logró
colocar en el espacio el primer satélite geoestacionario ARSAT-1, construido
íntegramente en un país latinoamericano.
Argentina, de
esta manera, se constituye en el 8º país del mundo en tener el conocimiento y
la capacidad científico/tecnológica de construir un satélite de comunicaciones,
100% nacional. Pero esta creación no es casual, es el resultado de una política
que nace con el expresidente Néstor Kirchner, y que continúa en la actualidad
con Cristina.
Por eso, sin
lugar a dudas, y lejos de las hipótesis derrotistas expresado por los sectores
llamados “duros” de la izquierda antipopular, y los de la derecha antinacional,
en estos 69 años transcurridos desde aquella movilización espontánea de masas
del 17 de octubre de 1945, para pedir por la liberación de su conductor
estratégico, Juan Domingo Perón, a esta Argentina del 17 de octubre del 2014,
conducida por Cristina Fernández de Kirchner; y en una suerte de síntesis de un
proceso de transformación social, económico y político, podemos afirmar que el
peronismo continúa más vigente que nunca, y pasó de poner “las patas en la
fuente”, como primera expresión de material de su existencia, a colocar
satélites de diseño y fabricación 100% nacionales en el espacio.
Fuente:
Diagonales.com De La Plata a la Provincia (17-10-2015)