Siempre hay artículos periodísticos que llaman la
atención este es uno de ellos pues refleja el pensar de un docente de larga
trayectoria, el cual fue publicado en un medio local:
Carta de
Lectores: Reflexiones sobre el día del maestro
Mi contacto con el arte me ha hecho resignificar el concepto de “maestro” que había tenido toda la vida, incluso en el seno de una familia docente. Llamar a alguien “maestro” no es cosa menor. A los grandes directores orquestales se los llama así, sin necesariamente haber sido alumno.
El maestro, al
modo del pedagogo griego, instaura un momento ritual: la clase, el espacio de
materialización del vínculo docente-alumno, maestro-discípulo.
El maestro, como
iniciador, mesías y padre, es una figura fundamental, un libro al que siempre
se vuelve, incluso para complementar otras lecturas.
Ahora bien, el
día del maestro, en conmemoración al fallecimiento de Sarmiento, alguien a
quien sí considero un gran impulsor de la educación pública y del proyecto de
modernización y democratización argentina (con todas las críticas posibles), va
por otro lado.
En Japón, los
maestros son los únicos que no hacen reverencia ante el emperador, ya que éste
ha obtenido su cargo gracias a quienes fueron sus maestros.
En Estados
Unidos, los vecinos del barrio conocen a la maestra de tercer grado como un
tipo social y se dirigen a ella con el respeto pertinente.
En Argentina,
han creado un mito falso del docente y lo han convertido, con lo difícil que es
estar frente a una clase, en un caprichoso que tiene tres meses de vacaciones.
Los maestros contemporáneos
(al menos en mi caso) padecen el proceso de primarización de la secundaria y
futura secundarización de la universidad producto del falso dilema
inclusión-calidad.
En mi
experiencia, las materias docentes son las que menos me han enseñado en toda mi
trayectoria universitaria. Hoy si un alumno falla, insulta a un docente o
incendia un aula, hay que ver qué hizo el maestro para que eso fuera así.
La señorita es
una boluda, no sabe nada, solo usa el celular. Juancito, tu maestra está
equivocada. Usted me tiene que enseñar porque yo le pago.
Entonces ¿cuál
es el concepto de “maestro” que formamos en la escuela? Si en el arte perdura,
¿por qué en el epicentro de la educación, la “civilización y la cultura” se ha
degenerado en algo monstruoso? Quiero que volvamos al ritual, quiero que
volvamos a elegir a nuestros maestros y a respetarlos por eso mágico que nos
dan.
Quiero que se
respete el trabajo docente.
Simplemente,
este día es muy especial para mí.
Mariano
Magnifico
Río Negro
139 Ramos Mejía Pcia. Bs. As.
No
existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
Oscar
Wilde (1854 -1900)
Fuente: Diario NCO (Lunes 12 de octubre
de 2015)
http://www.diarionco.net/carta-de-lectores-reflexiones-sobre-el-dia-del-maestro/