Biografía
de Nelson Mandela: Nació el 18 de julio de 1918 en Umtata, Transkei, Político
sudafricano que lideró los movimientos contra el apartheid y que, tras una larga lucha y 27 años de cárcel,
presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista.
Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xosa, Nelson
Mandela se hizo abogado en 1942. En 1944 ingresó en el Congreso Nacional
Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión de los negros
sudafricanos. Mandela fue uno de los líderes de la Liga de la Juventud del Congreso,
que llegaría a constituir el grupo dominante del ANC; su ideología era un
socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista.
En 1948 llegó al poder en
Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial
creando el régimen del apartheid.
Bajo la inspiración de Gandhi, el ANC propugnaba métodos de lucha no violentos:
la Liga de la Juventud (presidida por
Mandela en 1951-52) organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes
segregacionistas.
En
1952 Mandela pasó a presidir el ANC del Transvaal, al tiempo que dirigía a los
voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho
del movimiento. La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de
Mandela, que fue confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete
de abogados negros de Sudáfrica.
En
1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación
de una Carta de la Libertad, en la
que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y
democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el
reparto de la riqueza.
El
endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan
del gobierno de crear siete reservas o bantustanes,
territorios marginales supuestamente independientes, en los que confinar
a la mayoría negra. El ANC respondió con manifestaciones y boicoteos, que
condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue
acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.
Durante
el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía
abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes
racistas, matando a 69 manifestantes (1960). La matanza aconsejó al gobierno
declarar el estado de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de
la oposición negra: Mandela permaneció detenido varios meses sin juicio.
Aquellos
hechos terminaron de convencer a los líderes del ANC de la imposibilidad de
seguir luchando por métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que
provocaban una represión igualmente sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido
secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo
movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el
régimen de la recién proclamada República Sudafricana; y se encargó de dirigir
el brazo armado del ANC (la
Lanza de la
Nación). Su estrategia se centró en atacar instalaciones de
importancia económica o de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas
humanas. En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos,
recibiendo instrucción militar y haciendo propaganda de la causa sudafricana. A
su regreso fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Un juicio posterior
contra los dirigentes de la
Lanza de la
Nación le condenó a cadena perpetua en 1964. Ese mismo año
fue nombrado presidente del ANC.
Prisionero
durante 27 años en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas
las peticiones de que fuera puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en
un símbolo de la lucha contra el apartheid
dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta
de libertad de todos los negros sudafricanos.
En
1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad
si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había
concedido una ficción de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante
aquellos años, su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha,
alcanzando importantes posiciones en el ANC. El ferviente activismo de Winnie
no estuvo exento de escándalos; años después, ya en los 90, se vería envuelta
en un polémico juicio en el que fue acusada de asesinato, si bien salió
absuelta.
Finalmente,
Frederik De Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder
ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial,
liberando a Mandela en 1990 y convirtiéndole en su principal interlocutor para
negociar el proceso de democratización. Mandela y De Klerk compartieron el
Premio Nobel de la Paz
en 1993.
Las
elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de
Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación
nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente, y tratando de atraer
hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú.
Mandela impulsó asimismo la redacción de una nueva constitución para el país,
que fue finalmente aprobada por el parlamento en 1996. Un año después cedió la
dirección del ANC a Thabo Mbeki, destinado a convertirse en su sucesor en la
presidencia. En 1998, dos años después de haberse divorciado de Winnie,
contrajo matrimonio con Graça Machel.
Junto
con el arzobispo Desmond Tutu, que presidía la Comisión de la Verdad y la Reconciliación,
Nelson Mandela presentó en junio de 1998 el informe con las conclusiones de la Comisión. La talla
del dirigente africano quedó patente una vez más cuando, frente al parecer del
ANC, avaló las conclusiones del informe, que señalaban no solamente los abusos
y crímenes del régimen segregacionista, sino también los cometidos por los
diversos grupos de los movimientos de liberación, incluido el Congreso Nacional
Africano. Tres meses antes de finalizar su mandato, Mandela anunció que no
pensaba presentarse a la reelección. Le sucedió en la presidencia Thabo Mbeki,
vencedor en las elecciones de junio de 1999.
Retirado
de la vida política desde ese año, recibió múltiples reconocimientos, si bien
sus problemas de salud hicieron cada vez más esporádicas sus apariciones
públicas. Todavía en 2010 estuvo presente en las ceremonias del Mundial de
Fútbol de Sudáfrica, y recibió el caluroso apoyo de la multitud. Elevado a la
categoría de uno de los personajes más carismáticos e influyentes del siglo XX,
el fervor que despierta en sus compatriotas sigue vivo: hoy estando el líder
gravemente enfermo, la población sudafricana se lanzó a las calles para
celebrar su cumpleaños 95.
Fidel Castro y Nelson Mandela, dos ejemplos de lucha por la libertad.