Notas periodísticas de nueva era de Martino como DT
de la Selección de Futbol.
Con la impronta de Martino, un futuro optimista para la Selección
El Tata impuso su filosofía desde el primer
día y el equipo respondió con una goleada ante Alemania en Düsseldorf.
Pese a que
contaba con un solo entrenamiento y que enfrente tenía al campeón del mundo, Gerardo
Martino le impuso su impronta al debut como técnico de la Selección
argentina.
Lo más lógico,
al menos lo más prudente, hubiera sido repetir la estrategia de la final del
Mundial, sus trazos gruesos aunque sea, para minimizar los riesgos y empezar de
a poco. Pero el Tata apostó más fuerte: les tiró a sus nuevos
jugadores los enunciados de su filosofía y les dijo algo así como
"arrancamos hoy".
Es cierto que
Martino cuenta con una materia primera envidiable: la calidad y la capacidad de
adaptación del futbolista argentino de elite. También es innegable que Alemania
ayudó. Primero, presentando un equipo que en nombres poco y nada tenía que ver
con el que se consagró en Brasil. Estuvo Neuer, pero el resto de la defensa fue
nueva, sólo"sobrevivió" Höwedes, aunque en una posición distinta, que
en realidad es la suya, zaguero central. Sí estuvieron en el medio Schürrle,
Kramer y Kroos. Y en el ataque regresó Reus, ausente por lesiónen el Mundial.
Pero faltaron Lahm, Boateng, Hummels, Schweinsteiger, Klose y Götze y Müller
ingresaron cuando el encuentro estaba 4-0.
En
Argentina faltó Messi, pero compensó Di María con una actuación
deslumbrante. En fin, fue un amistoso raro que no debería usarse como chapa
para colgarse un "goleamos de visitante al campeón del mundo", pero
sí para mirar el futuro con optimismo.
Martino no se
conforma con heredar un equipo armado y un grupo fuerte. Le quiere dar su toque
personal. Es decir: que el arquero participe más con los pies en la salida, que
la pelota circule por abajo, que se meta presión alta, como se dice ahora, que
no es otra cosa que presionar en la salida del rival y jugar unos metros más
adelante. Todo eso a partir de un 4-3-3 que se flexibiliza pero que como
referencia tiene dos delanteros abiertos, como lo fue Di María con un resultado
espectacular.
Le puede
hace bien Martino a esta Selección. Porque va a estar menos pendiente
de lo que plantee el rival y va a apostar con más decisión a lo que pueda
producir en la ofensiva. Al menos esa es la intención y es saludable.
Por Adrián Maladesky, enviado
especial.
Fuente Diario Clarín http://www.clarin.com/deportes/impronta-Martino-Seleccion-futuro-optimismo_0_1205879646.html
Di María fue Messi en el debut de Martino
El
jugador del Manchester United hizo un gol y dio tres asistencias en una
actuación sensacional
La Selección
superó la ausencia del crack en el primer partido del nuevo técnico. Argentina
se tomó una pequeña revancha de la final del Mundial y goleó a Alemania. Ya se
empiezan a notar algunas de las ideas ofensivas del DT.
Fue como si
invitaran a un pibe de 17 años a un cumpleaños con todos chicos de 11 y -en el
fulbito- el de 17 los gambetea una y otra vez, les sirve tres goles a los
demás, convierte el suyo con un lujo y después se va a comer la torta mientras
el cumpleañero sigue llorando desconsolado en un rincón.
Así jugó Di
María en Düsseldorf y ése fue su regalo de bienvenida para el Tata Martino.
Contextualicemos: Alemania preparó su fiestita, con regalos para Lahm, Klose y
Mertesacker, con las cuatro estrellas (una por cada Mundial ganado) por todos
lados, con 50 mil personas dispuestas a aplaudir... Pero cometió un error:
invitó a Di María y a la Selección Argentina. Y otro más: presentó un equipo
que nada tuvo que ver con el que ganó en Brasil, en juego y en nombres (apenas
cuatro titulares también lo fueron en la final).
Del otro lado
faltaba Lionel Messi, pero estaba Di María, que lejos de hacerle honor a su
nombre fue un demonio. Participó en los cuatro goles: hizo uno (definición de
lujo) y sirvió los otros tres. ¿Qué hubiera pasado con este Di María en la
final del Mundial? Fue tan inverosímil su actuación de anoche como lo sería
pensar que en una final podría tener tantos espacios y tantas facilidades.
Es que fue un
partido incomparable con aquél. Abierto, sin estrés, casi ni se gritaron los
goles... En ese marco el principal acierto del técnico debutante fue hacer
jugar a Di María donde más lastima: como delantero neto. Y desde los 15
minutos, cuando Di María se pasó a la derecha (con Lamela del otro lado) empezó
el festival. El nuevo jugador del Manchester United fue imparable y simplificó
cualquier análisis: es imposible hablar del partido sin empezar por él. La
contracara, y una de la explicación del resultado, fue el delantero alemán
Mario Gomez. Di María hizo todo bien y Gomez, frente al arco de Romero, hizo
todo mal.
Pero volvamos a
Martino. El técnico tuvo la audacia de plantarse ante el campeón del mundo con
un esquema bastante ofensivo (un flexible 4-3-3), una intención mafiesta de
salir jugando (en los primeros minutos Romero jugó más con los pies que en todo
el Mundial de Brasil) y la idea de meter una presión alta en varios momentos
(hasta Biglia apretó a Neuer en un par de oportunidades). Todo un manual de
estilo del nuevo entrenador. Después de la conferencia de prensa, Martino
destacó “la valentía” de sus jugadores para arriesgar con la pelota pese a
tener un solo entrenamiento bajo su conducción. El elogio, sin dudas, fue
merecido.
Lo más positivo
entonces fue la descomunal actuación de Di María, como delantero, arrancando
desde derecha y haciendo desastres con la diagonal. Por eso, de acá en adelante
vuelve a plantearse el desafío de encontrar un funcionamiento que incluya a los
cuatro de arriba o tomar una decisión dejando a alguno afuera. Hoy, Messi y Di
María aparecen como los únicos indiscutibles en el sector.
También fue
positivo el ingreso de Erik Lamela, quien aportó frescura con la pelota y un
golazo, y que demuestra que se abre la puerta para otros nombres en eset nuevo
ciclo. Y hay que destacar la seriedad del equipo para jugar en cualquier lado.
Entre lo
negativo, el sector central de la defensa dejó demasiadas dudas, tanto en el
manejo de la pelota como en la zona de la cancha donde decidio plantarse,
permitiendo que Alemania jugara demasiado cerca de Romero y que generara muchas
situaciones de peligro, algunas clarísimas, absurdamente desperdiciadas por
Mario Gomez.
Lo insólito del
partido fue que a los cuatro minutos del segundo tiempo Argentina le ganaba
4-0, de visitante, al campeón del mundo. Entonces se escucharon silbidos.
Después Alemania decoró con un poco de honor el resultado hasta llevarlo al 4-2
final. Di María, claro, ya se había cansado de gambetear a todo el mundo y de
arruinar una fiesta a la que no lo van a volver a invitar.
Por Adrián Maladesky, enviado
especial.
Fuente Diario Clarín http://www.clarin.com/deportes/edicion-impresa/Di-Maria-Messi-debut-Martino_0_1205879514.html