La
Representación de los Hacendados fue un informe económico preparado por Mariano
Moreno, en 1809, que fue redactado el 30 de setiembre, en el cual describía la
situación económica del Virreinato del Río de la Plata y solicitaba al virrey Baltasar
Hidalgo de Cisneros que dejara sin efecto la cancelación del libre comercio que
el propio virrey había decidido autorizar meses antes.
Dentro del
contexto previo el Virreinato del Río de la Plata, de acuerdo a las Leyes de
Indias, sólo podía comerciar con su metrópoli, España. Sin embargo, el comercio
con este país era escaso, ya que España priorizaba otros puertos, se encontraba
en guerra en Europa y sus barcos eran atacados por piratas. Para poder obtener
los productos necesarios para su subsistencia, se ingresaban productos ingleses
mediante contrabando. Esto llevó a la formación de dos grupos de poder
principales: los hacendados que reclamaban la apertura comercial para poder
exportar fácilmente sus producciones de cuero y derivados vacunos, y los
comerciantes que obtenían grandes ganancias con el contrabando y presionaban
para que se mantuvieran las restricciones ya que así podían cobrar por los
productos ingleses precios superiores que si el mercado fuese legal.
A la llegada del
virrey Cisneros, éste intentó congraciarse con los ingleses y los hacendados
abriendo el comercio. Los comerciantes presionaron por medio del procurador del
cabildo, Martín Yáñiz, y lograron que Cisneros volviera a cerrar el comercio
con Gran Bretaña. Mariano Moreno, a pesar de procurar el alejamiento del
virrey, coincidió con su medida inicial y redactó un informe explicando la
necesidad de esta apertura.
De acuerdo a los
historiadores actuales, este fue el documento sobre economía más completo
escrito durante el virreinato. Moreno formula fuertes críticas al proceder
económico del régimen colonial, sustentándose en las ideas de los liberales
económicos que surgían en Europa y que comenzaban a ser conocidos en América.
Se apuntaba a que se debían establecer relaciones comerciales con Inglaterra.
Moreno recurría
con frecuencia a expresiones sarcásticas para establecer sus puntos.
En uno de sus
pasajes argumentaba lo siguiente:
¿Qué cosa más ridícula puede presentarse
que la vista de un comerciante que defiende a grandes voces la observancia de
las leyes prohibitivas del comercio extranjero a la puerta de su tienda, en que
no se encuentra sino géneros ingleses de clandestina introducción?
Finalmente y como resultado del
documento y los debates generados por el mismo, se abrió la aduana pero en
forma limitada.