"Volver con todo el
corazón a Dios", el Papa en el Ángelus
“Volver
decididamente al camino de Jesús, el camino que conduce a la vida”, es según el
Papa Francisco el significado de este primer domingo de Cuaresma. Así lo
explicó durante la hora del Ángelus ante una plaza de San Pedro repleta de
fieles a pesar del mal tiempo. Explicando el sentido de este tiempo litúrgico,
el Obispo de Roma habló del periodo que pasó Jesús en el desierto, después de
su bautismo en el río Jordán y la dura prueba que superó en soledad contra las
tentaciones. El desierto, recuerda Francisco, es un lugar donde se puede
escuchar la voz del Señor, pero también la voz del tentador, y por esto es
importante, aseguró, conocer las escrituras, porque “de otra manera no sabemos
responder a las trampas del maligno”.
Antes de rezar
la oración mariana, el Pontífice encomendó a la Virgen la semana de ejercicios
espirituales que comienza este domingo en la cual el Papa participará junto con
sus colaboradores de la Curia Romana. Finalmente, Francisco saludó
detalladamente a algunas de las familias y grupos parroquiales llegados hasta
la Plaza de San Pedro, y les anunció que se les entregaría un pequeño libro
titulado “Custodia el corazón”, ya que “La Cuaresma es un camino de conversión
que tiene como centro el corazón” y con él, explica el Obispo de Roma, tendrán
la ayuda para la conversión y el crecimiento espiritual. “La humanidad tiene
necesidad de justicia, de paz, y sólo las podrán tener volviendo con todo el
corazón a Dios, que es la fuente”, añadió.
Texto completo de las palabras del Papa a
la hora del Ángelus
Queridos
hermanos y hermanas ¡buenos días!
El miércoles
pasado, con el rito de las Cenizas, ha comenzado la
Cuaresma y hoy es el primer domingo de este tiempo litúrgico que se
refiere a los cuarenta días transcurridos por Jesús en el
desierto, después del bautismo en el río Jordán. San Marcos
escribe en el Evangelio de hoy: “En seguida el Espíritu lo llevó al desierto, donde
estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre
las fieras y los ángeles lo servían” (1, 12-13). Con estas pocas palabras el
evangelista describe la prueba afrontada voluntariamente por
Jesús, antes de iniciar su misión mesiánica. Es una prueba de la cual el Señor
sale victorioso y que lo prepara a anunciar el Evangelio del Reino de Dios. Él,
en aquellos cuarenta días de soledad, enfrentó a Satanás
“cuerpo a cuerpo”, desenmascaró sus tentaciones y lo venció. Y
en Él hemos vencido todos, pero nos toca a nosotros proteger en nuestro
cotidiano esta victoria.
La Iglesia nos
hace recordar tal misterio al comienzo de la Cuaresma, porque ello nos da la
perspectiva y el sentido de este tiempo, que es tiempo de
lucha – en la Cuaresma se debe luchar – un tiempo de lucha espiritual
contra el espíritu del mal (cfr Oración colecta del Miércoles de Cenizas). Y
mientras atravesamos el ‘desierto’ cuaresmal, tenemos la mirada dirigida hacia
la Pascua, que es la victoria definitiva de Jesús contra el Maligno, contra el
pecado y contra la muerte. He aquí entonces el significado de este primer
domingo de Cuaresma: volver decididamente al camino de
Jesús, el camino que conduce a la vida. Mirar
a Jesús, qué ha hecho Jesús e ir con Él.
Y este camino de
Jesús pasa a través del desierto. El desierto es el lugar en
el cual se puede escuchar la palabra de Dios y la voz del tentador.
En el rumor, en la confusión, esto no se puede hacer; se escuchan sólo las
voces superficiales. En cambio, en el desierto, podemos bajar en profundidad,
donde se juega verdaderamente nuestro destino, la vida o la muerte. ¿Y cómo
escuchamos la voz de Dios? La escuchamos en su Palabra. Por
esto es importante conocer las Escrituras, porque de otra
manera no sabemos responder a las insidias del Maligno. Y aquí quisiera volver
a mi consejo de leer cada día el Evangelio: cada día leer el Evangelio,
meditarlo un poquito, diez minutos; y llevarlo también siempre con nosotros: en
el bolsillo, en la cartera… Tener siempre el Evangelio a mano. El desierto
cuaresmal nos ayuda a decir no a la mundanidad, a los ‘ídolos’,
nos ayuda a hacer elecciones valientes conformes al Evangelio
y a reforzar la solidaridad con los hermanos.
Entonces,
entremos en el desierto sin miedo, porque no estamos solos: estamos con Jesús,
con el Padre y con el Espíritu Santo. Es más,
como fue para Jesús, es precisamente el Espíritu Santo que nos guía en el camino
cuaresmal, aquel mismo Espíritu descendido sobre Jesús y que nos ha
sido donado en el Bautismo. La Cuaresma, por lo tanto, es un tiempo propicio
que debe conducirnos a tomar siempre más conciencia de cuánto el Espíritu
Santo, recibido en el Bautismo, ha obrado y puede obrar en nosotros. Y al final
del itinerario cuaresmal, en la Vigilia Pascual, podremos renovar con mayor conciencia
la alianza bautismal y los compromisos que de ella derivan.
Que la Virgen
Santa, modelo de docilidad al Espíritu, nos ayude a dejarnos conducir por Él,
que quiere hacer de cada uno de nosotros una “nueva creatura”.
A Ella confío en
particular, esta semana de Ejercicios Espirituales que
iniciará esta tarde y en la cual tomaré parte junto con mis colaboradores de la
Curia Romana. Recen para que en este ‘desierto’ que son los Ejercicios
podamos escuchar la voz de Jesús y también corregir tantos defectos
que todos nosotros tenemos, y hacer frente a las tentaciones
que cada día nos atacan. Les pido, por lo tanto, que nos acompañen con su
oración.
Palabras del Papa después del Ángelus
Queridos hermanos
y hermanas,
Dirijo un
cordial saludo a las familias, a los grupos parroquiales, a las asociaciones y
a todos los peregrinos de Roma, de Italia y de diversos países.
Saludo a los
fieles de Nápoles, Cosenza y Verona, y a los chicos de Seregno venidos por la
profesión de fe.
La Cuaresma
es un camino de conversión que tiene como centro el corazón.
Nuestro corazón se debe convertir al Señor. Por eso, en este primer domingo, he
pensado en regalarles a ustedes que están aquí en plaza, un pequeño
libro de bolsillo titulado “Custodia el corazón”. Es
esto. Este libro recopila algunas enseñanzas de Jesús
y los contenidos esenciales de nuestra fe, como por ejemplo los siete Sacramentos,
los dones del Espíritu Santo, los diez Mandamientos,
la virtud, los trabajos de misericordia, etc. Ahora lo
distribuirán los voluntarios, entre los cuales hay muchas personas sin techo,
que han venido en peregrinación. Y como siempre también hoy aquí en plaza,
aquellos que son la necesidad, son los mismos que traen una gran riqueza: La
riqueza de nuestra doctrina, para custodiar el corazón. Tomen un libro cada uno
y llévenlo con ustedes, como ayuda para la conversión
y el crecimiento espiritual, que parte siempre del corazón: allí donde se juega
la partida de las elecciones cotidianas entre bien y mal, entre mundanidad y
Evangelio, entre indiferencia y compartir. La humanidad
necesita justicia, paz, amor y sólo los podrán tener volviendo
con todo el corazón a Dios, que es la fuente
de todo esto. Tomad el libro, y leedlo todos.
Les deseo a
todos un buen domingo. Por favor, especialmente en esta semana de los
Ejercicios, no olviden rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
Fuente: News.Va
Español22-02-2015
http://www.news.va/es/news/volver-con-todo-el-corazon-a-dios-el-papa-en-el-an