El
1º de diciembre de 1913 se inaugura en Buenos Aires el primer subterráneo de América
Latina.
La
construcción estuvo a cargo de la empresa “Compañía de Tranvías Anglo Argentina”.
Se
tardó 26 meses en llevar a cabo esta obra realizada a cielo abierto.
La
inauguración del primer tramo de la Línea "A" contó con la presencia
de autoridades nacionales y comunales, además de distinguidas personalidades de
la época. El recorrido cubría desde Plaza de Mayo hasta Plaza Miserere y
realizaba el trayecto por debajo de la Avenida de Mayo y Rivadavia. Los trenes
tenían hasta seis vagones cada uno, lo que permitía el traslado de 17 mil
pasajeros por hora. De este modo, el viaje resultaba más rápido que los que ofrecían
en ese entonces el transporte a nivel.