Biografía
de Manuel José de Lavardén: Nació en Buenos Aires el 9 de junio de 1754 abogado,
docente, dramaturgo y periodista rioplatense, destacado precursor de la
Revolución de Mayo.
Su padre, Juan Manuel de Lavardén, era
un abogado nacido en Charcas, jurisconsulto asesor de los virreyes Pedro de
Ceballos y Juan José de Vértiz, además de ser uno de los responsables de la
expulsión de los jesuitas.
Cursó sus estudios de leyes en las
Universidades de Chuquisaca, Granada, Toledo y Alacalá de Henares. Sin embargo,
nunca se recibió de doctor en leyes.
Regresó a Buenos Aires en 1778 y dictó
cátedra de filosofía en el Real Colegio de San Carlos, donde era rector el
canónigo Juan Baltasar Maciel, que lo admiraba como erudito, poeta y pensador.
Fue miembro del Cabildo de Buenos Aires y de la Junta de Temporalidades,
organización encargada de administrar los bienes de los expulsados jesuitas.
Su primer escrito notable fue una Sátira
que ridiculizaba a los poetas limeños, en respuesta a uno de ellos, que había
atacado a Buenos Aires. Pero lo consagró una tragedia en verso de 1786,
"Siripo", la primera obra de teatro no religiosa escrita en la actual
Argentina, que cuenta la destrucción del fuerte Sancti Spíritu y la vida de la
legendaria Lucía Miranda. La mayor parte de la obra se perdió más tarde, y sólo
se conserva el segundo acto.
Ese mismo año se asoció a un capitalista
para la administración de una estancia en la Banda Oriental, cerca de Colonia.
Tras varios años en que intentó mejorar la ganadería de la zona, incluso traer
ovejas merinas de España, se independizó de su socio y estableció un saladero.
Un juicio por un sueldo atrasado lo llevó a la cárcel; se instaló nuevamente en
Buenos Aires, donde se dedicó a trabajar como abogado y a escribir.
En 1792 anunció la presentación de otras
dos obras, de contenido más clásico y europeo, pero el incendio del Teatro de
la Ranchería impidió su representación y destruyó los originales. Por esa época
escribió un poema, "La Inclusa", que fue censurado por la Iglesia.
Su obra más conocida fue la "Oda al
Paraná", publicada en el primer número del Telégrafo Mercantil, periódico
fundado por Francisco Cabello y Mesa en 1801, a instancias de Manuel Belgrano,
y que fue el primer periódico de Buenos Aires. Era una composición netamente
neoclásica.
Participó también de la fundación de una
Sociedad Patriótica, que tenía por fin el estudio de las ciencias y su difusión
entre los porteños ilustres de la época, además del sostenimiento ideológico y
económico del Telégrafo Mercantil. Si bien la Sociedad murió poco después de
fundada, continuó colaborando con el periódico; pero no como poeta, sino como
periodista y divulgador de las ciencias y de conocimientos mercantiles y
navales.
Durante la primera de las invasiones
inglesas se unió al ejército que había reunido Santiago de Liniers en
Montevideo como auditor de guerra. Se adelantó al desembarco de éste en Buenos
Aires unos días, de modo que coordinó el ejército que venía de la Banda
Oriental con los cuerpos de caballería de Cornelio Zelaya y Juan Martín de
Pueyrredón. Tras la Reconquista, secundó en el Cabildo abierto del 14 de agosto
de 1806 la gestión de Martín de Álzaga y Joaquín Campana en favor de la suspensión
del virrey Rafael de Sobremonte.
No hay constancia de lo que haya hecho
durante la segunda invasión. Tras la victoria, asesoró literariamente al nuevo
poeta favorito de Buenos Aires, Vicente López y Planes, y prácticamente le dejó
el lugar de privilegio que tenía en el gusto popular. No volvió a escribir, e
intentó seguir con el saladero de Colonia; el mismo que más tarde pasaría a
manos de Guillermo Brown.
Tuvo serios problemas económicos en sus
campos orientales, tal vez derivados de las invasiones inglesas, y se sabe muy
poco de su último lustro de vida. Posiblemente sufrió un infarto a fines de
1808, que lo alejó de la vida social. Se instaló definitivamente en Colonia de
Sacramento donde falleció en noviembre de 1809, unos meses antes de la
Revolución de Mayo, que en cierto sentido, al menos el cultural, había
anticipado.