Biografía de Marco Manuel Avellaneda: Nació en Catamarca el 18 de junio de 1813, político argentino. Hijo de Nicolás
Avellaneda y Tula, primer gobernador de Catamarca, y padre del Presidente
Nicolás Avellaneda.
Aprendió las primeras letras en la escuela franciscana del
padre Ramón de la Quintana, quien enseñaba latín y Retórica.
En
1823, sus padres se trasladaron a Tucumán y Marco pasó a Buenos Aires con una
beca oficial para estudios en el Colegio de Ciencias Morales. Allí hizo amistad
con Alberdi, Vicente Fidel López, Marcos Paz, Carlos Tejedor y Juan María
Gutiérrez.
En
1834 obtuvo su título de doctor en Jurisprudencia. Ya por entonces se destacaba
como orador, y sus compañeros lo llamaban Marco Tulio. Colaboró por esos años
en el periódico El amigo del país. Quiso quedarse en Buenos Aires, pero
sus padres lo llamaron a Tucumán.
El gobernador Alejandro
Heredia lo distinguió con su amistad. Dice Emilio Carilla que "su
trayectoria de hombre público es de ascensión rápida: síndico procurador,
secretario de la Junta Protectora de la Escuela de Lancaster y legislador, en
1835.
Tres años
después, a los 25 de edad, es ya presidente de la Sala de Representantes de
Tucumán". Autor de proyectos de interesantes, se le atribuye el de una
Constitución, en 1833.
Luego del
asesinato de Alejandro Heredia, en 1838, la Legislatura que presidía Avellaneda
se pronunció contra Rosas, el 7 de abril de 1840.
Es punto de
partida de la reacción regional -la Liga del Norte- contra el jefe de la Confederación.
Avellaneda será,
sucesivamente, ministro de los gobiernos de Bernabé Piedrabuena, de Pedro de
Garmendia y del delegado Gregorio Aráoz de La Madrid.
Derrotada la
Liga del Norte por Oribe, en la batalla de Famaillá, el 19 de septiembre de
1841. Avellaneda debió exiliarse. A caballo, se dirigió a San Javier,
pasó por Raco y siguió hacia el norte, buscando alcanzar Jujuy.
Pero en la
estancia La Alemania fue traicionado y arrestado por Gregorio Sandoval,
quien decidió pasarse al bando rosista. Junto con otros oficiales fue entregado
a Oribe. Este dispuso su ejecución, que llevó a cabo el coronel Mariano Maza
degollándolo el 3 de octubre en Metán. Su cabeza fue expuesta para
escarmiento, clavada en una pica, en el centro de la Plaza Independencia
(en la actualidad se conserva la pica).
Según la
tradición, Fortunata García de García la sacó de noche y le dio sepultura en el
convento de San Francisco.
Marco Avellaneda, apodado "el mártir de
Metán", fue una de las víctimas de los federales. Una suerte similar,
corrió el gobernador José Cubas. Catamarca fue la última de las provincias de
la Coalición del Norte en caer bajo el régimen rosista; luego del combate de
Amadores (donde el entonces gobernador interino Marcelino Augier es derrotado
frente a Mariano Maza), todos los unitarios debieron exiliarse.