Fue el asesinato
de José Luis Cabezas un
reportero gráfico y fotógrafo argentino,
ocurrido el 25 de enero de 1997. Su caso se convirtió en el mayor emblema de la
lucha de la prensa argentina en pos de la libertad de expresión. La repercusión
política fue enorme y derivó en cambios en el gabinete de gobierno nacional y
en la pérdida de las elecciones del gobernador, por entonces candidato
presidencial del oficialismo.
Su cadáver
calcinado fue hallado en la localidad atlántica de General Juan Madariaga,
dentro de un auto Ford Fiesta incendiado, con las manos esposadas a la espalda
y dos tiros en la cabeza.
Fue después de
que tomara, para la revista Noticias, las primeras fotos públicas del
empresario Alfredo Yabrán, objeto de una investigación periodística sobre la
presunta implicación en casos de corrupción.
El auto y la
cobertura eran compartidos con el hoy presidente del Foro por el Periodismo
Argentino (FOPEA), periodista Gabriel Michi.
El asesinato
ocurrió durante la gobernación de Eduardo Duhalde en la Provincia de Buenos
Aires, y fue visto como un posible "mensaje mafioso" de la policía de
la provincia de Buenos Aires hacia su gestión; "me tiraron un cadáver" declaró.
Por su parte el presidente
Carlos Saúl Menem prometió esclarecer el caso; sin embargo recibió fuertes
críticas por la posible complicidad en los presuntos negociados investigados.
El caso tuvo muchísima repercusión en la Argentina, donde Cabezas sigue siendo
recordado.
El 2 de febrero de 2000, en juicio oral y
público, fueron condenados a prisión perpetua los cuatro integrantes de la
banda "Los Horneros": Horacio Braga, José Auge, Sergio González y
Héctor Retana, así como a Gregorio Ríos, jefe de Seguridad de Yabrán, y los
policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo.