Papa, Ángelus: un cristiano
sordo a la voz del Espíritu es un cristiano mudo que no evangeliza
En el domingo
del Bautismo del Señor, que concluye el tiempo de Navidad, el Papa
Francisco se refirió al pasaje del Evangelio que describe lo sucedido
en la orilla del Jordán: cuando Juan el Bautista bautiza a Jesús,
el cielo se abre.
Con el evento
del Bautismo de Jesús terminó el tiempo de los 'cielos
cerrados' - explicó el Santo Padre – que indican la separación
entre Dios y el hombre como consecuencia del pecado. "Los 'cielos
abiertos' en cambio - dijo - indican que Dios ha donado su gracia para
que la tierra de su fruto. De este modo la tierra se
transforma en la morada de Dios entre los hombres y cada uno
de nosotros tiene la posibilidad de encontrar al Hijo de Dios.
Lo podemos encontrar realmente presente en los sacramentos, especialmente en la
Eucaristía. Lo podemos reconocer en el rostro de
nuestros hermanos, en particular en los pobres, en los
enfermos, en los encarcelados, en los prófugos que son, la carne viva del
Cristo sufriente y la imagen visible del Dios invisible”.
El Papa
Bergoglio destacó además que el Espíritu Santo, que animó la
vida y el ministerio de Jesús, es el mismo que guía la existencia cristiana
y afirmó que “un cristiano y una comunidad "sordos"
a la voz del Espíritu Santo que nos impulsa a llevar el
Evangelio hasta los confines de la tierra, se transforman también en
un cristiano y una comunidad “mudos” que no hablan y no evangelizan.
El Papa concluyó
pidiendo a la Madre de Dios que acompañe el camino de todos los bautizados para
crecer en el amor hacia Dios y en la alegría de servir al Evangelio.
Y al saludar a
los peregrinos presentes en la plaza de San Pedro, Francisco recordó que mañana
inicia su viaje apostólico a Sri Lanka y Filipinas
y les pidió que lo acompañen con su oración.
Queridos hermanos y hermanas, buenos días.
Hoy celebramos
la fiesta del bautismo del Señor, con el cual concluye el tiempo de Navidad. El
Evangelio describe lo que sucede a orillas del Jordán. En el momento en el cual
Juan el Bautista confiere el bautismo a Jesús, el cielo se abre. «Enseguida –
dice san Marcos – al salir del agua, vio que los cielos se abrían» (1,10).
Viene a la mente la dramática súplica del profeta Isaías: «Si tu abrieras los
cielos y bajaras» (Is 63,19). Esta invocación ha sido escuchada en el evento
del Bautismo de Jesús. Así se ha terminado el tiempo de los “cielos cerrados”,
que indican la separación entre Dios y el hombre, como consecuencia del pecado.
El pecado nos aleja de Dios e interrumpe la relación entre la tierra y el
cielo, determinando así nuestra miseria y el fracaso de nuestra vida. Los
cielos abiertos indican que Dios ha donado su gracia para que la tierra de sus
frutos (Cfr. Sal 85,13). Así la tierra se ha convertido en la morada de Dios
entre los hombres y cada uno de nosotros tiene la posibilidad de encontrar el
Hijo de Dios, experimentando todo el amor y la infinita misericordia. Lo
podemos encontrar realmente presente en los Sacramentos, especialmente en la
Eucaristía. Lo podemos reconocer en el rostro de nuestros hermanos, en especial
en los pobres, en los enfermos, en los encarcelados, en los prófugos: ellos son
la carne viva de Cristo sufriente e imagen visible del Dios invisible.
Con el bautismo
de Jesús no solo se abren los cielos, sino Dios habla nuevamente haciendo
resonar su voz: «Tu eres mi Hijo amado: en Ti me he complacido» (Mc 1,11). La
voz del Padre proclama el misterio que se esconde en el Hombre bautizado por el
Precursor.
Luego, la venida
del Espíritu Santo, en forma de paloma, esto consiente a Cristo, el Consagrado
del Señor, inaugurar su misión salvífica, que es nuestra salvación. El Espíritu
Santo – el gran olvidado en nuestras oraciones: nosotros frecuentemente rezamos
a Jesús, oramos al Padre, especialmente cuando rezamos el Padre Nuestro, pero
no rezamos frecuentemente al Espíritu Santo, es verdad. ¿No? Es el olvidado. Y
tenemos necesidad de pedir su ayuda, su fortaleza, su inspiración – el Espíritu
Santo que ha animado enteramente la vida y el ministerio de Jesús, es el mismo
Espíritu que hoy guía la existencia cristiana, la existencia de un hombre y de
una mujer que dicen y que quieren ser cristianos. Poner bajo la acción del Espíritu
Santo nuestra vida de cristianos y la misión, que todos hemos recibido en
virtud del bautismo, significa redescubrir el coraje apostólico necesario para
superar fáciles comodidades mundanas. En cambio, un cristiano y una comunidad
“sordos” a la voz del Espíritu Santo, que nos impulsa a llevar el Evangelio
hasta los confines de la tierra y de la sociedad, se hacen también un cristiano
y una comunidad “mudos” que no hablan y no evangelizan. Pero, recuerden esto:
rezar frecuentemente al Espíritu Santo para que nos ayude, nos de la fuerza,
nos de la inspiración y nos haga ir adelante.
María, Madre de
Dios y de la Iglesia, acompañe el camino de todos nosotros bautizados; nos
ayude a crecer en el amor hacia Dios y en la alegría de servir al Evangelio,
para dar así sentido pleno a nuestra vida.
Queridos hermanos y hermanas,
¡Los saludo a todos ustedes, romanos y
peregrinos!
Con mucho gusto
saludo al grupo de estudiantes de los Estados Unidos de América, como también a
la Asociación de Laicos Amor Misericordioso. Hay tanta necesidad hoy de
misericordia, y es importante que los fieles laicos lo vivan y lo lleven a los
diversos ambientes sociales. Adelante, nosotros estamos viviendo el tiempo de
la misericordia, este es el tiempo de la misericordia.
Mañana por la tarde
partiré para un viaje apostólico en Sri Lanka y en las Filipinas. Gracias de
sus saludos en ese cartel, muchas gracias. Y les pido por favor de acompañarme
con la oración y pido también a los esrilanqueses y a los filipinos que están
aquí en Roma de orar especialmente por mí, por este viaje. ¡Gracias!
Les deseo a
todos buen domingo, a pesar de que el tiempo está un poco feo, pero un buen
domingo. Y también hoy es un día para recordar con alegría el bautismo.
Recuerden aquello que les he pedido, busquen la fecha de su Bautizo así cada
uno de nosotros podrá decir: yo he sido bautizado en este día. Que hoy sea la
alegría del Bautismo. No se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y
hasta la vista!
Fuente: News.va
(11-01-2015)
http://www.news.va/es/news/papa-angelus-un-cristiano-sordo-a-la-voz-del-espir