A no confundir el amor...
En
una reciente entrevista el Papa Francisco recordó que el amor por los pobres no
es comunismo, sino que viene del Evangelio. Asimismo, uno de los coautores de
la entrevista pregunta si el actual sistema económico es “el mejor posible”, y
anima a discutir sobre esta pregunta.
La entrevista de Andrea Tornielli y Giacomo Galeazzi con el
Papa Francisco fue publicada al final de su libro “Papa Francisco: Esta
economía mata”, recientemente publicada en italiano.
Tornielli alienta la discusión sobre este tema porque, dice,
“plantear la cuestión no significa ser comunista”.
En la entrevista, el Papa Francisco señala que su
preocupación por los pobres no es una novedad, sino que “tiene su origen en el
Evangelio y se encuentra documentada ya en los primeros siglos del
cristianismo”.
“Si repitiera algunos pasajes de las homilías de los primeros
Padres de la Iglesia,
de los siglos II o III, sobre cómo habría que tratar a los pobres, algunos
dirían que mi homilía es marxista”, indicó el Santo Padre.
En ese sentido, Francisco citó a San Ambrosio y a San Juan
Crisóstomo, demostrando que la preocupación por los pobres se remonta a la
Iglesia de los primeros siglos.
“Como se puede ver, esta atención por los pobres está en el
Evangelio, y está en la tradición de la Iglesia, no es una invención del
comunismo y no hay que ideologizarla, como a veces ha sucedido durante la
historia”, dijo.
El Papa también subrayó que “la Iglesia, cuando nos invita a
superar lo que he llamado ‘la globalización de la indiferencia’, está lejos de
cualquier interés político y de cualquier ideología: movida únicamente por las
palabras de Jesús, quiere ofrecer su aporte a la construcción de un mundo en
donde se custodien los unos a los otros y en donde se cuiden los unos a los
otros”.
Preguntado si el capitalismo es un sistema irreversible, el
Papa Francisco declaró que “la globalización ha ayudado a muchas personas a
salir de la pobreza, pero ha condenado a muchas otras a morir de hambre. Es
cierto que, en términos absolutos, ha aumentado la riqueza mundial, pero este
sistema se mantiene con esa ‘cultura del descarte’ de la que ya he hablado en
varias ocasiones”.
El Santo Padre dijo que ha notado que “existen una política,
una sociología y una actitud del descarte. Cuando ya no es el hombre, sino el
dinero, lo que ocupa el centro del sistema, cuando el dinero se convierte en un
ídolo, los hombres y las mujeres son reducidos a meros instrumentos de un
sistema social y económico caracterizado, es más, dominado por profundos
desequilibrios”.
Andrea Tornielli, quien es el coordinador del sitio web
especializado de La Stampa, “Vatican Insider”, donde partes de la entrevista
fueron publicadas, fue atraído por las palabras del Papa sobre la cultura del
descarte y la idolatría del dinero, como explicó en declaraciones a ACI Prensa el 11 de enero.
“Leyendo los discursos del Papa, he llegado a ser consciente
de que hay realmente páginas de la enseñanza social de la Iglesia, que parecen
estar un poco olvidadas, y no muy bien conocidas por los cristianos,
especialmente aquellos cristianos involucrados en política”, señaló.
En opinión de Tornielli, la razón de este olvido está en la
historia. “En los años anteriores, cuando el comunismo soviético todavía
existía y el mundo estaba dividido en dos bloques, la atención estaba en otros
temas”, declaró.
Por otra parte, reconoció que ambos, San Juan Pablo II y Benedicto XVI, han
“hablado de forma muy clara sobre la globalización, pobreza y los remedios
contra la pobreza”.
En su entrevista, el Papa Francisco señaló que la cultura del
descarte “lleva a rechazar a los niños también con el aborto. Me sorprenden los
bajos índices de natalidad aquí en Italia: así se pierde el vínculo con el
futuro. Y la ‘cultura del descarte’ también lleva a la eutanasia oculta de los ancianos,
que son abandonados. En lugar de ser considerados como nuestra memoria; el
vínculo con nuestro pasado es un recurso de sabiduría para el presente. A veces
me pregunto cuál será el próximo descarte. Debemos detenernos a tiempo.
¡Detengámonos, por favor!”.
El Santo Padre también se refirió a la acusación de ser “pauperista”
y describe el pauperismo como “una caricatura del Evangelio y de la misma
pobreza”, como fue percibido antes de la llegada de San Francisco de Asís.
“San Francisco nos ayudó a descubrir el vínculo profundo que
hay entre la pobreza y el camino evangélico. Jesús afirma que no se puede
servir a dos amos, a Dios y a las riquezas. ¿Es pauperismo? Jesús dice cuál es
el ‘protocolo’ con base en el que seremos juzgados, es el que leemos en el
capítulo 25 del Evangelio de Mateo: ‘tuve hambre, y ustedes me dieron de comer;
tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me
vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver’”, afirmó el
Papa.
Así, el Papa señaló que “cada vez que hacemos esto a un
hermano, lo hacemos a Jesús. Cuidar a nuestro prójimo: a quien es pobre, a
quien sufre en el cuerpo y en el espíritu, a quien está necesitado. Esta es la
vara de medir. ¿Es pauperismo? No, es Evangelio”.
“La pobreza aleja de la idolatría, del sentirse
auto-suficientes. Zaqueo, después de haberse cruzado con la mirada
misericordiosa de Jesús, dio la mitad de lo que tenía a los pobres. El del
Evangelio es un mensaje que va dirigido a todos, el Evangelio no condena a los
ricos, sino la idolatría de la riqueza, esa idolatría que nos hace insensibles
al grito del pobre”, indicó Francisco.
En ese sentido, Andrea Tornielli dijo que “sería interesante
plantear una discusión dentro y fuera del mundo católico, confrontando ideas”.
Añadió que “mi pregunta es: ¿El sistema económico que vivimos,
es un dogma? ¿Es el mejor sistema posible? Yo diría que no. Pero decir esto,
plantear el tema, no significa ser revolucionario o comunistas. Es simplemente
recuperar un patrimonio no bien conocido, que es el tesoro de la enseñanza
social de la Iglesia, y ver cómo esto puede ser aplicado al mundo y a las
cuestiones contemporáneas”.
En palabras del Papa Francisco, “yo diría que no deberíamos
considerar este estado de cosas como irreversible. No nos resignamos a esto.
Vamos a tratar y construir una sociedad y una economía donde el hombre y su
bienestar están al centro, en vez del dinero”.
Fuente: Vaticano - ACI (13-01-2015).