CLUB SOCIAL SAN JUSTO
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"Al Servicio de la Comunidad de San Justo y La Matanza"

lunes, 12 de enero de 2015

Cayetano Alberto Silva



Biografía de Cayetano Alberto Silva: Fue un músico uruguayo, con ascendencia africana y nacionalizado argentino, autor entre otras de la famosa marcha San Lorenzo.
El 8 de julio de 1901, en su casa de Venado Tuerto, compone una marcha que dedica al Coronel Pablo Riccheri, Ministro de Guerra de la Nación en ese entonces.
Riccheri le agradeció el homenaje pero le pidió que le cambie el título por "San Lorenzo", población donde él había nacido. La marcha se interpretó por primera vez en un acto público el 30 de octubre de 1902 en dicha ciudad, en las cercanías del histórico Convento de San Carlos donde se gestó la batalla.
Ese día la marcha fue designada Marcha oficial del Ejército Argentino. Dos días después Silva vuelve a ejecutarla al inaugurarse el monumento al General San Martín en la ciudad de Santa Fe, con asistencia del presidente Julio Argentino Roca y de Riccheri.
Silva fue también empleado policial pero al morir por serios problemas de salud en Rosario, el 12 de enero de 1920, la policía le negó sepultura en el Panteón Policial por ser negro y fue sepultado sin nombre. Sin embargo sus restos fueron trasladados en 1997 al Cementerio Municipal de Venado Tuerto a través de gestiones efectuadas por la Asociación Amigos de la Casa Histórica Cayetano A. Silva.
Esta casa, sede del museo regional, archivo histórico, y sede de la Banda Municipal "Cayetano A. Silva", tiene domicilio en Maipú 966, Venado Tuerto, y es en la que vivió el compositor.
Marcha de San Lorenzo
Febo asoma; ya sus rayos
iluminan el histórico convento;
tras los muros, sordo ruido,
oír se deja de corceles y de acero.
Son las huestes que prepara
San Martín para luchar en San Lorenzo;
el clarín estridente sonó
y la voz del gran jefe
a la carga ordenó.
Avanza el enemigo
a paso redoblado,
al viento desplegado
su rojo pabellón.
Y nuestros granaderos,
aliados de la gloria,
inscriben en la historia
su página mejor.
Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal;
y allí, salvó su arrojo
la libertad naciente
de medio continente,
¡Honor, honor al gran Cabral!