Biografía
de Arturo Umberto Illia: Nació en Pergamino el 4 de agosto de 1900, Político argentino,
presidente de la República entre 1963 y 1966. Realizó sus estudios secundarios
en una institución salesiana y se graduó como doctor en Medicina en la Facultad
de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires. Como médico de los
Ferrocarriles del Estado se radicó en la ciudad de Cruz del Eje, provincia de
Córdoba. Perdió su trabajo en 1930 por razones políticas. Se afilió a la Unión
Cívica Radical (UCR).
En
1936 fue electo senador provincial y en 1940 vicegobernador de la provincia de
Córdoba. El golpe del 4 de junio de 1943, que derrocó a las autoridades
nacionales, produjo también su cese como vicegobernador. Fue electo diputado
nacional para el período 1948-1952. En marzo de 1962, como candidato de la UCR,
ganó las elecciones a gobernador de la provincia, pero no pudo asumir el cargo
por las presiones militares que obligaron al presidente Frondizi a anular las
elecciones, en el marco de un proceso que concluyó con el golpe de estado que
determinó su derrocamiento.
Llegó
a la primera magistratura tras haberse impuesto la fórmula de la UCR del
Pueblo, que compartía con el entrerriano Carlos Perette, en los comicios del 7
de julio de 1963 por el 21,15%. El segundo lugar en las elecciones había sido
logrado por los votos en blanco, con un 19,72% de los sufragios, que eran
expresión de la resistencia del peronismo proscripto; luego seguían la UCRI de
Oscar Alende, con el 16,40%, la UDELPA, que respondía al ex presidente de facto
Pedro Eugenio Aramburu, con el 7,49%; y cuarenta y cinco partidos más.
El
gobierno de Illia nació con una debilidad intrínseca: la abstención del
peronismo constituía un serio escollo por el hecho de que los sindicatos se
adherían a esa tendencia política. Otro elemento de debilidad era la falta de
mayoría propia en la Cámara de Diputados. Por último, debía manejarse con un
ejército cuyos jefes venían de derrocar al presidente Frondizi, de manipular a
su sucesor Guido con el objetivo de proscribir al peronismo y de dividirse en
dos líneas que llegaron al enfrentamiento armado entre septiembre de 1962 y
abril del año siguiente.
El
peronismo había organizado un frente que proponía como candidato a Vicente
Solano Lima, pero había sido prohibido por el ministro del Interior, general
Osiris Villegas. Siete días antes de las elecciones Raúl Matera, dirigente
peronista y médico de prestigio, fue encumbrado como candidato de la democracia
cristiana, hecho que motivó su veto por parte del gobierno, que argumentó la
violación del Estatuto de los partidos políticos. De inmediato, las ramas
política y sindical del justicialismo propusieron el voto en blanco, y acusaron
al radicalismo de manipular las normas en su favor, ya que el mencionado
estatuto, que prohibía la existencia de partidos de corte peronista o
comunista, había sido redactado por Carlos Adrogué, ministro del Interior de
Guido y hombre de la UCR.
El
gabinete de Illia se integró con Juan Palmero en la cartera de Interior, Miguel
Zavala Ortiz en Relaciones Exteriores, Leopoldo Suárez en Defensa, Eugenio
Blanco y luego Juan Carlos Pugliese en Economía, Carlos Alconada Aramburú en
Educación y Justicia, Miguel Ferrando en Obras y Servicios Públicos, Arturo
Oñativia en Asistencia Social y Salud Pública, y Fernando Solá en Trabajo y
Seguridad Social.
Pero
además el gobierno radical nacía de un partido que Illia no dominaba
totalmente. El presidente representaba a la llamada "Línea Córdoba",
tendencia provincial que gozaba de una independencia notoria en el ámbito
nacional. Su candidatura fue un compromiso entre los diversos sectores del
radicalismo, que en realidad manifestaban sus recelos ante la conducción
nacional encarada por Ricardo Balbín, que ya había sido candidato cinco años
antes y había resultado perdedor.
Una
de las primeras medidas del gobierno de Illia fue la de anular los contratos
petroleros celebrados durante la presidencia de Arturo Frondizi, los que, a
juicio del radicalismo, ponían en serio riesgo la soberanía nacional. El
decreto respectivo fue luego enviado a la Cámara de Diputados, la cual formó
una comisión con el objetivo de investigar la validez de dichos contratos. Al
cabo de intensas deliberaciones que se prolongaron por un año, la cámara
ratificó lo resuelto por el Poder Ejecutivo y acusó al ex presidente Frondizi y
a su ministro Frigerio de "ser los responsables de las transgresiones
morales, de las violaciones jurídicas y de los perjuicios económicos
ocasionados."
El
conflicto larvado con el peronismo tuvo su primera manifestación en un
"Plan de lucha" propuesto por la Confederación General del Trabajo
(CGT) en enero de 1964, que consistía en jornadas de agitación progresiva hasta
llegar a la toma de los establecimientos productivos y concluir en veinticuatro
horas de ocupación simultánea en todo el país. El primer paso de la CGT fue
conseguir el apoyo de la oposición. Las ocupaciones de plantas comenzaron en
los últimos días del mes de mayo y se prolongaron hasta julio. Diversos
dirigentes sindicales fueron procesados por violar la propiedad privada, pero
la movilización sindical continuó.
En
los primeros días de 1964 se presentó en el congreso un proyecto de ley de
medicamentos que regulaba aspectos de su producción y comercialización, con el
objetivo de evitar los excesos que cometían los laboratorios, sobre todo los
extranjeros. La sanción de esta ley fue vista por muchos analistas políticos
como la causa que llevó al derrocamiento del presidente Illia.
Durante
su gobierno se produjeron los primeros movimientos guerrilleros, sobre todo en
el norte del país. Se desactivaron células guerrilleras en las provincias de
Salta, Jujuy, Formosa, Buenos Aires y otras, mientras aparecían en los diarios
declaraciones en repudio del comunismo, el castrismo o el peronismo de
izquierda. El general Juan Carlos Onganía, comandante en jefe del ejército,
declaraba su profunda convicción anticomunista, y apareció hacia mediados de
1965 el concepto de frontera ideológica, mediante el cual se promovían
asociaciones militares de países anticomunistas para "combatir la amenaza
del comunismo".
El 3
de octubre de 1965 llegó en visita a la Argentina el presidente de Francia,
Charles De Gaulle. Previamente se habían producido agitaciones en ámbitos
universitarios y políticos que trataban de ligar la figura del francés con la
de Perón. Durante el acto público en el que habló De Gaulle se escucharon
consignas peronistas en el sentido antes mencionado; lo mismo sucedió en
Córdoba, donde hubo disparos y represión policial.
Desde
Madrid, el ex presidente Perón amenazaba con volver al país, y en Buenos Aires
sus partidarios aseguraban que lo haría durante 1964. Se formó entonces una
comisión pro retorno liderada por el dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica,
Augusto T. Vandor. El ex presidente intentó viajar a Buenos Aires, pero cuando
el avión hizo escala en Río de Janeiro no le fue permitido permanecer en Brasil
ni proseguir el viaje, por lo cual debió regresar a Madrid. La cancillería
argentina se había movido con rapidez y había pedido al gobierno brasileño la
reexpedición del avión.
El 14
de marzo de 1965 se realizaron elecciones para renovar parcialmente la Cámara
de Diputados con la intervención del peronismo, que actuaba bajo la
denominación de Unión Popular. La compulsa fue ganada por esta agrupación por
50.000 votos sobre el partido oficial, mientras la agrupación que respondía al
ex presidente Frondizi quedó relegada al tercer lugar. De todos modos, el
gobierno logró mantener la primera minoría en diputados y, lo que era al postre
más importante para el sistema, incorporó a una parte del peronismo a las
reglas de convivencia democráticas.
Otro
problema, esta vez en el ámbito externo, fue provocado por un golpe de estado
en la República Dominicana que concluyó con una intervención de los Estados
Unidos, que solicitó a los países miembros de la Organización de Estados
Americanos (OEA) que convalidaran la medida y enviaran a su vez tropas. Fue una
brasa caliente en manos del canciller argentino conciliar la posición no
intervencionista que pretendía la opinión pública con los compromisos asumidos
con la OEA. La Cámara de Diputados exigía que una decisión como la del envío de
tropas pasase por sus manos. El gobierno dilató toda decisión, lo que
contribuyó a fortalecer la propaganda antigubernamental que acusaba al gobierno
de lentitud en la resolución de cuestiones importantes.
Hacia
mediados de 1965 comenzaron a correr rumores de golpe militar. Hubo un forcejeo
entre el comandante en jefe del ejército, Juan Carlos Onganía y el secretario
de guerra Avalos, que concluyó con la renuncia del segundo, en una demostración
del poder que concentraba el primero. Sin embargo, Onganía pidió su retiro en
noviembre de 1965, en un gesto que parecía demostrar pérdida de poder pero que
apuntaba, en realidad, a preservar su figura.
Al
iniciarse 1966 arreciaron los conflictos gremiales con paros, movilizaciones y
ocupaciones de plantas, a los que en mayo se agregaron disturbios estudiantiles
que exigían aumento del presupuesto educativo. El 29 de mayo, día del ejército,
el comandante en jefe, general Pistarini, afirmó ante la presencia del
presidente Illia que las indecisiones del gobierno estaban alentando la
persistencia del peronismo. Fue ésta la primera manifestación pública de
desagrado por parte de los militares. Mientras tanto, diversos medios
periodísticos hablaban abiertamente del golpe en gestión, y daban diferentes
versiones acerca de sus conductores y participantes.
El 28
de junio se produjo el golpe preparado; las fuerzas armadas actuaron en
conjunto y sin desinteligencias entre sus componentes. Illia no tenía ningún
respaldo entre los militares, y fue desalojado de la casa de gobierno por una
compañía de lanzagases. Asumió inmediatamente la presidencia el general Juan
Carlos Onganía.
El
gobierno del presidente Illia cayó por sus debilidades de nacimiento, en
particular por el escaso apoyo electoral, a lo que se sumó la gigantesca
concertación entre las fuerzas armadas y ciertos sectores del periodismo en
complicidad con una parte importante del sindicalismo peronista. Estos sectores
postulaban que la lentitud e irresolución del poder ejecutivo constituían un
obstáculo en la carrera hacia la modernización de la sociedad. En lo económico,
el gobierno de Illia aprovechó el impulso de la salida de la crisis económica
de 1962-63 y, con medidas acertadas, logró una reactivación. El producto
interior bruto y el industrial crecieron, la balanza comercial obtuvo saldos
favorables y la inflación se redujo. Falleció en Córdoba el 18 de enero de
1983.
Video: Presidencia de Arturo Illia. https://www.youtube.com/watch?v=UwN7ommEa70