La historia a través de sus pasos históricos con los
hechos, los libros y los documentos escritos dan una riqueza digna de resaltar
por sus contenidos que son más allá del área de recopilación y/o investigación,
dan lugar al pensamiento, y como decía algún mayor te abrían la cabeza. Aquí podemos
observar y leer una carta del que fuera tres veces presidente de la Argentina,
a uno de los pensadores más importantes de la historia nacional, Raúl
Scalabrini Ortiz, la cual expresa textual:
Al señor Raúl Scalabrini Ortiz
Ciudad Trujillo, marzo 18 de 1958
Buenos Aires
Mi Querido Amigo
He leído con profunda emoción su carta del 28 de
febrero contestación a la que yo le dirigiera. En ella, usted expone puntos de
vista sobre la política Argentina que no están contaminados por egoísmos
personales ni partidistas sino que responden a una inmensa pasión patriótica.
Coincido plenamente con esas opiniones, y a tal
respecto creo que dos documentos que usted seguramente conocerá traducen esa
identificación de pensamiento, el mensaje a todos los peronistas y las
directivas dirijan a los comandos tácticos peronistas de 6 y 10 de marzo
respectivamente. Allí he fijado una conducta que responde a las necesidades del
país desoyendo toda incitación a la violencia sin sentido o ductilidad
oportunista.
El peronismo tiene una misión histórica que
cumplir, y de allí no se apartara toda su táctica está subordinada a los
grandes objetivos que justificaron su aparición y que confirman su vigencia,
por lo que la búsqueda de minúsculos dividendos de politiquería inmediata es
ajena a la esencia y a la razón de ser del movimiento.
En tal sentido, he comprometido el apoyo de del
movimiento a un programa de restauración nacional y popular que se comprometió
a cumplir el nuevo presidente.
Mientras él haga fe a su palabra, no tendrá que
estar cuidándose las espaldas mientras lucha con el enemigo de afuera: de ese
me encargo yo. Tengo una esperanzada confianza en que no obstante el mediocre entourage
político del Dr. Frondizi se mantendrá a la altura de las gravísimas circunstancias
nacionales. En su elenco figuran hombres que siempre han combatido en las filas
de lo antinacional, lo cual no han sido obstáculo para que nosotros los consagráramos
con nuestro voto para la alta función pública. Esa es la demostración de que esperamos que prevalezcan las posiciones enunciadas por Frondizi,
por sobre la conjuración de los mediocres que intentaran desviarlo de los
objetivos nacionales libertadores. Hemos hecho lo que debíamos y seguiremos
haciéndolo solo nos resta entonces encontrar idéntico espíritu por parte del
nuevo mandatario y el coraje para despreciar las incitaciones al compromiso, al
hedonismo y a equilibrios mezquinos.
Como usted me dice de la clase media es atinado y
oportuno. El fenómeno que se produce en América Latina es el de una clase media
con más sentido clasista que el proletariado. Los obreros tienen más claramente
fijado el concepto de la integración nacional y de la necesidad de presentar un
frente unido al adversario común. Las clases medias en cambio, tienen
extraordinaria tendencia a concentrar su espíritu combatiendo en antagonismos
internos y artificiales a menudo creados y siempre alentados por la propaganda
imperialista. Es evidente que sectores cuya suerte que está unida
indisolublemente a la clase trabajadora tiene su vista puesta sin embargo en la
oligarquía que por su interrelación con el imperialismo esta marginada de los
anhelos y las necesidades nacionales
Las causas de este contrasentido son numerosas, y
han sido analizadas por algunos escritores que siguen los asuntos del país.
Pero entre esas causas ocupa un lugar preponderante la propaganda de la “intelligentzia”
usted es uno de los intelectuales Argentinos que siempre vio claro, y denuncio
al enemigo real, dando su ubicación y detallando los disfraces que adopta para
predicar la desintegración del país. El peronismo fue el primer movimiento
político social que entablo la lucha en los verdaderos términos del conflicto.
Nuestro antiimperialismo fue practico y efectivo adecuado a la realidad y no a
declamaciones teóricas. Eso que el pueblo sabía, después del 16 de septiembre
de 1955 lo comprendieron algunos intelectuales que ahora buscan sumarse a la
corriente nacional y popular en la que siempre estuvo enrolado.
De manera que no soy yo con una carta quien lo hace
entrar en la historia, si no su obra incansable, su vocación patriótica y su
sacrificada trayectoria, nosotros siempre lo consideramos de los
nuestros, y cada una de sus líneas es un aporte al movimiento peronista que
valoramos debidamente y apreciamos como parte de nuestro acervo.
No reconsiderare el pedido que formula, porque él
estaba supeditado a sus modalidades, usted ejerce una jefatura espiritual innegable
no le pido que la transforme en un mandato político si no que la emplee para
nuclear esfuerzos, para evitar dispersiones que no responden a la realidad. En
el campo intelectual como en los demás frentes de lucha se han ido conformando
bloques antagónicos e irreconciliables que libran batallas enconadas y
continuaran combatiéndose implacablemente. Nosotros no queremos apaciguamiento
ni transacciones ni eclecticismos de conveniencias con lo que representa
intereses antinacionales y antipopulares. Pero jamás ahondaremos divisiones con
quienes están en la línea de pensamiento que sobrepone los intereses de la
patria a toda consideración de otra índole. Lo que sobran son puestos para esta
lucha que nadie se aleje de ellos por incomprensión, por suspicacias, por
plantear mal las cuestiones.
En esa obra de persuasión es que reclamo su
concurso para que aclare panoramas que algunos no ven con nitidez para que
termine con fricciones y antagonismos artificiales la historia tiene sus fueros
y siempre los hace valer las soluciones para el país son peronistas y quienes
no lo comprendan giraran en el vació, lo cual a su ves impone a nuestro
movimiento la obligación de desechar sectarismos absurdos y planteos miopes
para constituir la gran fuerza que integre los empeños para realizar el gran
destino nacional. Seremos intransigentes hasta cualquier extremo en la
preservación y la defensa de los ideales, pero jamás mezquinos guardianes de las
formas sacrificando objetivos a diferencias tácticas.
La etapa que se abre con las nuevas condiciones
políticas creadas por el triunfo popular el 23 de febrero requerirá de nosotros
una acción vigilante y enérgica al mismo tiempo que dúctil para adaptarse a las
variantes de circunstancias.
La masa tiene disciplina y
madurez, lo mismo que muchos cuadros del movimiento que se han templado
peleando en las condiciones más adversas. Queremos que los intelectuales
también cumplan adecuadamente las funciones que los destina su actividad. Nadie
mejor que usted para decir la palabra orientadora y llevar el mensaje que los alinea
para mejor defensa del programa que el país reclama.
Yo parto en un corto viaje, a cuyo regreso volveré
a escribirle. Le ruego mantenga contacto con el Dr. Cooke, que ha conversado
conmigo largamente sobre todos estos temas y esta compenetrado de mi
pensamiento sobre estas y otras materias.
Hasta entonces, le reitero mi amistad y afecto, lo
abraza.
Juan Perón