PALABRAS DE TITO ALVARADO
EN LA INAUGURACIÓN DEL VI CONGRESO PCSUR
Bonne soir
mesdames et messieurs, good evening brothers and sisters, gutentag liebe
freunde und liebe genossen, Rimaykullayki Wawqiy Panay, boa tarde meus amigos,
buenas tardes amigas y amigos, sean todas y todos bienvenus, welcome,
willkommen, ximopanolti timochtin, allin hamusqa kapaychik, ben vindos a este
ahora y este aquí, que ha de durar un breve instante con proyecciones de
prolongarse en el recuerdo.
Si nos hemos
dirigido a ustedes en diversos idiomas es para manifestarles que aquí, en este
sur de creación y caminos nuevos, entendemos todos los idiomas del mundo, pero
privilegiamos hablar los del amor y la creatividad.
Se entiende que
los seres humanos adultos tenemos un ritmo de latido de nuestro corazón que
oscila entre 60 y 100 pulsaciones por minuto, vamos a establecer un término
medio y diremos que contamos con 80 pulsaciones por minuto y como tengo diez
minutos para decirles a ustedes algo memorable, descontado lo hablado,
exactamente le quedan a mi corazón 770 pulsaciones.
Estoy aquí ante
ustedes porque un hecho infinitamente pequeño, pero prolongado en el tiempo,
desde el sueño de diez personas, seis que se desistieron de inmediato y una
séptima que desistió más tarde, es decir de los iniciadores solamente
continuaron tres. Unir nuestras necesidades y recursos nos ha llevado, en 23
años, a sumar a muchos que también vibran en la misma frecuencia. Hoy somos
poco más de mil. Proyectándonos hacia adelante puedo asegurarles que pronto
seremos legión, leyenda, mito, o mejor aún, aquello indestructible que responde
a las necesidades de quienes se identifican como participantes activos del
quehacer cultural por una cultura de cambio.
Nos dice la
física, aunque nosotros sigamos diciendo que cada día sale el sol, que en
realidad el sol no sale, pues la tierra es la que gira sobre su eje a una
increíble velocidad de 465’11 m/s, tomando como referente la línea del Ecuador.
Con ello queremos decirles que no siempre vemos lo obvio ni, estando en los
apuros de cada día, no vemos que un hecho está relacionado con otros de una
forma tal, que a veces lo que acontece en una oficina, en un lugar concurrido,
en un desierto o donde sea habiten seres humanos, vida o materia en movimiento
esto afecta al resto. Nada es instantáneo ni nada es sin consecuencias. Unos
hechos afectan a otros y así en una cadena de eventos interrelacionados.
Fue a partir de
necesidades y empatías que iniciamos un accionar en pos de soluciones, con más
esperanza que medios materiales. Ahora estamos ante resultados que nos han
superado a todos en nuestras expectativas. Estos resultados son varias veces
mejor, lo cual es motivo de orgullo y alegría, pero a la vez tenemos la certeza
fría de quienes pueden mirar de frente: estamos lejos del potencial que la idea
SUR tiene. Este detalle es lo que nos mantiene en pie, la certeza de que se
puede ir más allá.
Resultados
tangibles no tenemos, pues lo nuestro no es movernos al sonido de los metales
ni es atesorar dinero en los bancos, ni acumular nada que no sea saber,
conocimiento para ponerlo al alcance de quienes lo necesiten. Nos movemos con
lo que está en el aire, con lo intangible que no siendo agua moja, que no
siendo materia sólida aplasta. Lo nuestro es valerse de la imaginación para
proponer soluciones, para iluminar los espacios mondos, para incorporar al ser
humano al desarrollo de su potencial creador. Lo nuestro es movilizar
conciencias y así lo certifican cifras como 282 libros publicados, una veintena
de discos, cientos de exposiciones, 4 festivales de poesía al año, uno de los
cuales ha logrado presencia en 54 países, con cerca de 1.000 organizadores,
10.000 poetas leyendo sus obras en más de 2.000 eventos, hablo del Festival
Internacional de poesía Palabra en el mundo, el que ha dado nacimiento
a otras ideas: 160 Parques de la Paz, es por ahora una meta,
pero será realidad mucho antes de lo pensado, una campaña permanente por Bibliotecas
Palabra en el mundo, el día del Árbol SUR, a partir
de ahí, 80 días de acciones por la Paz, y la antología El
Árbol de la vida. Estamos recién comenzando y multiplicando las
acciones y las personas involucradas. Unidos en la diversidad, lograremos hacer
del mundo un lugar para vivir en paz y armonía.
Otros en sus
oficinas ejercen su poder, su triste poder, su vano poder de iniciar guerras,
continuar con los latrocinios y negocios sucios. Nosotros en cambio, desde
todos los lugares donde nos expresamos lo hacemos por amor al arte, por amor a
la vida, por deber ético moral de quien sabe que podemos tener otro destino. Si
miramos un cielo estrellado nos admiraremos de las palpitaciones de la luz,
poco y nada veremos del colosal movimiento que se expresa ahí afuera. Las
estrellas se desplazan a una velocidad tremenda, se alejan unas de otras, pero
ya no solo se alejan, lo hacen a una velocidad cada vez mayor. Si miramos el
mundo en el que vivimos, los problemas sin solución se acumulan, y a pasos
acelerados nos acercamos al punto del no retorno. Cambios climáticos,
contaminación del aire, la tierra y los mares, derretimiento de los polos,
desertificación, inundaciones, tala indiscriminada de bosques, crisis
financiera global, aumento del costo de la energía, hambre creciente, aumento
del número de pobres, guerras por causas evitables, cientos de millones de
personas sin un trabajo, epidemias, hambruna, corrupción y las lacras que
produce el narcotráfico. En suma, el mundo es un desastre. Desastre que debe
ser reparado y esto no será posible sin la participación de todas y todos los
que hacemos posible la cultura.
No seríamos
honestos con nosotros mismos si aquí no dijéramos las palabras malditas:
democracia, justicia social, salarios decentes, no más narcotráfico ni
corrupción, Iguala, Ayotzinapa, 43 estudiantes normalistas apresados y hechos
desaparecer, respeto a la vida, educación para todos gratuita y de calidad. Ya
basta de tanta inmoralidad, de tanta estupidez. Queremos una vida sin miedos,
en pleno goce de todas nuestras facultades para desarrollar todo nuestro
potencial creador.
Nada más y nada
menos que una revolución cultural mundial es lo que el mundo necesita para
dotarnos de una cultura que no acepte como moral los lujos, el despilfarro, la
corrupción, las guerras. Los recursos que el saber actual del ser humano pone
al alcance, son más que suficientes para satisfacer las necesidades de todos,
lo que lo impide es la peor de las estupideces humanas, la forma en que nos
relacionamos, el valor superior que le damos a las cosas en desmedro de la
gente.
Esto es lo que
debe cambiar y en esto hay que acelerar la marcha. Invitamos a cada una y cada
uno de ustedes, los presentes y las personas que han de leer estas palabras a
ser parte de esta batalla que no podemos perder, pues es la batalla por la vida
y la continuidad de la civilización humana, les invitamos a asumir la idea SUR
y aportar la cuota de responsabilidad y creatividad necesarios para producir el
cambio de rumbo. El Resto lo escribiremos cantando.
Desde esta
tribuna damos nuestro reconocimiento emocionado a los esforzados compañeros de
SUR México, quienes han hecho posible las actividades que desde ahora
inauguramos, la danza, la música, la literatura, el teatro, las artes
plásticas, las discusiones que nos acerquen a un final deseable, los
intercambios que producen el conocer al otro y reconocernos en él. Nuestro
reconocimiento para cada delegado a este VI Congreso SUR, que se anuncia
trascendental. Nuestro reconocimiento para las autoridades del Teatro Hidalgo,
el Centro Cultural México Contemporáneo, el Teatro de la Ciudadela que nos han
facilitado sus espacios para irradiar nuestra energía de esperanza y fe en el
ser humano.
Merci, thanks,
danke schön, tlasojkamati, sulpaa, obrigado, gracias.
Tito Alvarado