¡¡¡Roberto Gómez Bolaños, nuestro querido “CHAVO del 8” de nuestras infancias
felices, te has ido al cielo, pero como siempre se expresa que una flor se
marchita, una lágrima se seca, pero el recuerdo siempre perdurará y por siempre
en nuestros corazones!!! ¡Ahora quién podrá defendernos!