Por qué es tan importante llegar a un cometa
Los datos que recoja el robot
permitirán explorar directamente este objeto celeste y obtener información
sobre la química del sistema solar.
Por
su complejidad técnica y por convertirse en la primera vez que una sonda
aterriza en un cometa, el descenso exitoso de Philae en el Cometa 67P ya
hizo historia. Y para algunos científicos, la misión recién comienza.
"Dentro de
la historia de la exploración solar es un momento muy importante porque es la
primera vez que una sonda construida por el hombre aterriza en un cometa. Y uno
no puede dejar de pensar lo extraordinario que resulta trabajar en equipo y
que, a partir de una idea, se puede hacer un instrumento, una nave. Es hermoso",
aseguró César Bertucci, investigador del CONICET en el Instituto de
Astronomía y Física del Espacio, quien tuvo la oportunidad de colaborar con
algunos de los investigadores del Rosetta.
El
astrónomo explicó que el robot permitirá explorar directamente el cuerpo celeste,
es decir, la parte sólida que por el efecto de la radiación solar genera la
"coma" o cabellera y deja una cola visible de gases y polvo.
"Como está tan lejos del sol, en un lugar frío, su composición química se
preserva bien. Y es como mantener algo en un freezer", describió el
científico.
Los
cometas son los objetos más primitivos del Sistema Solar y vivieron la
inmensa mayoría de sus vidas muy lejos del Sol. Los datos que obtenga Philae
podrán develar, por ejemplo, cómo se originó el sistema solar hace alrededor de
5 mil millones de años. "El estudio de la composición de los cometas puede
darnos información sobre cómo fue la química en el sistema solar primitivo”,
comentó el investigador.
El proceso de
selección del mejor lugar para el descenso de Philae fue complejo. La zona tuvo
satisfacer las necesidades técnicas del satélite y las del módulo de aterrizaje
durante las fases de separación, descenso y aterrizaje, y tiene que ser
relevante para las operaciones en superficie de los 10 instrumentos científicos
que transporta el robot, que tiene el tamaño similar a un lavarropas y pesa
alrededor de 100 kilos.
"La
bajísima gravedad y la superficie irregular del cuerpo celeste representó un
gran desafío. Su descenso fue complejo porque el cometa es muy chiquito, y la
gravedad que genera es muy débil, mucho menor a la que existe entre la tierra y
nosotros", explicó Bertucci.
El investigador
también comentó que otro de los desafíos a los que se enfrentó Philae para el
aterrizaje fue la superficie irregular del comenta, al que comparó como si
fuera una papa. "Su aspecto lo hace impredecible porque está hecho de
hielo. El terreno puede ir cambiando a medida que el cometa se acerque al Sol
porque va calentando la superficie, y puede despedir gases que afecten a la
sonda", comentó.
Para el
científico, que trabaja en el proyecto Cassini desde 2004 y quien fue autor del
trabajo en el cual se midió por primera vez la capacidad que tiene el satélite
Titán para retener el campo magnético del planeta Saturno, la misión de la
sonda espacial ya es un éxito y aseguró que Rosetta va a seguir
emitiendo datos interesantes sobre el espacio.
"La sonda
Rosetta va a seguir girando alrededor del cometa y lo va a seguir a medida que
se acerca al Sol. Esto significa que va a poder ver cómo se arma la coma del
cometa. Vamos a poder observar más cosas interesantes", aseguró el
científico, que lo comparó como si estuviéramos en la platea pulman de un
teatro. "Vamos a estar al lado", enfatizó.
67P/Churyumov-Gerasimenko.
Así se llama el cometa.
La foto fue tomada por Rosetta a 285 kilómetros de
distancia.
Sonda Philae